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“El yoga no es acrobacia”: Xuan-Lan, de visita en Medellín

Uno de los principales referentes del yoga en España es Xuan-Lan. La francesa de origen vietnamita y radicada en España está en Colombia presentando su plataforma de yoga y una edición revisada de su segundo libro. EL COLOMBIANO habló con ella.

Periodista, presentadora y locutora. Fui DJ de radio, reportera de televisión y ahora disfruto el ejercicio de escribir a diario. Melómana, cinéfila y seriéfila.

02 de noviembre de 2022

Es licenciada en Finanzas y Administración de empresas y los números y las cuentas eran parte de su día a día. Xuan-Lan, de familia vietnamita, nació en Francia y no llegó al yoga por tradición cultural como podría pensarse, el yoga llegó a su vida por casualidad.

Tras vivir y estudiar en París hasta los 24 años se mudó a Nueva York e hizo parte de empresas que trabajaban el .com e Internet y fue en la llamada capital del mundo en donde empezó su práctica de yoga, “porque habían clases y me invitaron. Lo disfruté, pero no era ninguna pasión, era un pasatiempo más”, le contó a EL COLOMBIANO en su una visita que hizo a Medellín.

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Hace 21 años llegó a España en un entorno en el que poco se practicaba y menos se hablaba de yoga, “y descubrí una profesora que me introdujo al Ashtanga Yoga que es un tipo de yoga más tradicional, de la India, con una particularidad y es que se practica en silencio, en autopráctica y temprano por la mañana”.

Xuan-Lan seguía trabajando en el campo económico, específicamente en un banco y tenía su clase de yoga antes de ir a la oficina. Fue su práctica habitual por siete años.

El cambio

Tras practicar en silencio decidió hacer un curso de formación para conocer la parte teórica y filosófica que le faltaba de su práctica regular. Se certificó y empezó dando clases a amigos, familiares y a sus compañeros del banco.

“Recibí una muy buena retroalimentación y entonces empecé, al final de mi jornada laboral, a dar clases como placer-trabajo, ir a dar clases a particulares, en casas, hasta que un día tomé la gran decisión de dejar el trabajo corporativo estable e intentar empezar una nueva carrera de yoga”.

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Una decisión que hoy le cambió la vida y que generó que ahora sea reconocida no solo en España sino también en América Latina gracias a su canal de Youtube y a que en la pandemia, sus constantes clases en vivo, la hicieron muy popular en el público de habla hispana.

Aunque antes de dar clases digitales Xuan-Lan estuvo dando muchas a la semana, en centros de yoga, al final se dio cuenta de que podía llegar a mucha más gente con eventos mutitudinarios, copiando un concepto que conoció en Nueva York en Times Square cada año: “Llegamos a tener 4.000 personas, dos veces al año en Barcelona y en Madrid, y a partir de ahí empecé a subir al escenario, la gente empezó a conocerme”. Creo un blog y subía videos en Youtube hace ocho años.

La pandemia

Su primera clase en redes sociales fue dos días antes de empezar el confinamiento español. Recibió miles de personas en vivo a través de Instagram y fue tal su sorpresa que al otro día, “el último con libertad” hizo otra clase que se llenó con más gente. “Yo pensaba hacerlo de vez en cuando y mi esposo me dijo: ‘no, esto va a ser muy fuerte, no van a ser dos semanas como tu lo piensas, una cuarentena es como mínimo 40 días, lo que tu tienes es un don que puedes compartir con los demás’”.

Y empezó el encierro y Xuan-Lan, sin falta, hacía sus clases de yoga a las 6:30 de la tarde, “y di 75 clases en 75 días, desde mi casa, sin parar y así mucha gente que no había tenido la oportunidad de probar yoga o lo hacía de vez en cuando, se conectó con nosotros”.

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Pero además como los videos quedaban grabados se podían repetir y se empezaron a generar miles de repeticiones, cientos de mensajes al día y sus redes sociales a punto de “explotar”.

Si la gente no podía hacer la rutina de una hora que creaba a diario buscaban en su canal unas más cortas o temáticas como yoga para después del teletrabajo, yoga para empezar el día, para la cintura, para generar flexibilidad, meditaciones y más. “Fue un boom total, clases con más de 15.000 personas, recaudamos dinero para la Cruz Roja (más de 20.000 euros) y se generó el mensaje de perder el miedo a esta práctica, vivir de otra manera el día a día. Fue una relación muy bonita, íntima y emocional”.

Aunque el canal de Youtube sigue activo (lleva ocho años subiendo un video semanal), Xuan-Lan montó una plataforma en plena pandemia: XLYStudio.com, en la que comenzaron a trabajar 4 personas y ya van 18. “Es una plataforma tipo Netflix en la que publicamos videos premium de muy buena calidad tanto en sonido, entorno y calidad de profesores, certificados y con muy buena experiencia y ofrecemos todas esas disciplinas y temáticas alrededor del yoga, meditación y bienestar. Lo que intentamos hacer es que el yoga entre en la vida de la gente como hábito de vida saludable y no sea una clase de vez en cuando. Les damos calendarios, clases en vivo y una regularidad para que sea algo muy natural abrir su tapete y darle play”.

En esta plataforma no es la única que da clases porque hay muchas disciplinas de yoga que ella no enseña, entonces hay otros profesores de Colombia y México, por ejemplo, que amplía el catálogo.

Y como su filosofía en la enseñanza del yoga es repetir clases, repetir posturas hasta que salga más fluido también está su página web xuanlanyoga.com, ha sacado dos libros, el más reciente Yoga para mi bienestar que fue actualizado tras la pandemia tras un pedido de la editorial de afianzar el trabajo en pro de la salud mental, “había cuatro meditaciones y añadimos tres, por ejemplo”.

Xuan-Lan cree que en los 11 años que lleva enseñando yoga (8 en digital), ha cambiado mucho esa percepción de que es algo esotérico, muy espiritual o mente en blanco para gente que medita en un bosque, en una cueva, que sube la pierna hasta los hombros o se para de cabeza. “Todavía hay prejuicios e ideas falsas como el pie detrás de la cabeza porque hay cada vez más imágenes de las redes sociales que distorsionan un poco, pero tengo la suerte de tener una gran comunidad que me permite recordarle a la gente que el yoga no es gimnasia, no es acrobacia, es una disciplina holística. No hay un objetivo de competencia, aquí no hay medallas, cada uno puede decidir mejorar y avanzar en buenas posturas, en fluir en movimientos en la respiración y sentir que la calma mental está llegando”.

Para ella, el camino del yoga es un camino de transformación que pasa por respirar, meditar, hacer posturas y beneficia al ser humano y por ende su relación con los demás, el planeta o la familia. Se genera menos irritabilidad, más amor, más armonía entre todos, “parece un poco Paz y amor, pero si todos practicaran el planeta sería mucho mejor”, insiste.

Xuan-Lan recibe el cariño de la gente con mucho agradecimiento, como el de esa mujer que, en plena cena en un restaurante en Bogotá, la vio y le dio un fuerte abrazo. Que la reconozcan en Colombia ha sido una bonita experiencia que le reitera que su mensaje ha calado.

Los números no se han ido de su vida, pero ahora llegan para sumar seguidores y personas que ha impactado a través de su enseñanza del yoga: “No hay que esperar a estar mal para hacer yoga. Al igual de que queremos comer bien, dormir bien, si le podemos dedicar 30 minutos, dos o tres veces a la semana, va a ser más beneficioso aún para nuestra salud y bienestar”.