Tres días de lluvia de estrellas
Una de las dos lluvias de meteoros más esperadas tiene condiciones excepcionales para la observación; desde hoy hasta el jueves, momentos claves.
Si usted quiere ver una lluvia de meteoros hay dos grandes opciones cada año dice la Nasa. Las perseidas, una de ellas, cuyo pico máximo se alcanzará entre hoy y el amanecer del jueves, están aquí.
Para los aficionados y curiosos es especial, No solo es de las que más meteoros permite ver por hora, sino que son de los más brillantes.
Y en esta ocasión vienen acompañadas de un ingrediente especial: coinciden con la Luna nueva, por lo que no habrá obstáculos para ver, salvo el clima.
¿Cuántos se verán? Pueden ser 80 por hora, pero también 100 o más. No se puede predecir pero expertos creen que será una lluvia nutrida por algunas coincidencias vigentes fuera de la Luna. Podría ser un año inolvidable.
Qué es
Todo el tiempo la Tierra en su viaje por el espacio se encuentra con meteoros. Caen por centenares aunque muy pocos llegan a ser meteoritos: aquellos que alcanzan la superficie del planeta.
Estimativos con base en satélites sugieren que cada día de 100 a 300 toneladas métricas de polvo entran a la atmósfera , pero a una velocidad de entre 38.000 y 248.000 kilómetros hora se consumen en las capas superiores.
Una lluvia de meteoros se produce cuando la Tierra cruza el sendero de partículas (meteoroides) dejado por algún cometa en su aproximación al Sol, partículas liberadas al acercarse a la estrella y sublimarse el hielo en su superficie.
Son pequeñas partículas, granos a lo sumo de unos milímetros, que se encienden al entrar en la atmósfera y se consumen a entre 60 a 100 kilómetros encima de nuestras cabezas.
También son llamadas por la gente lluvias de estrellas o estrellas fugaces.
Las perseidas ingresan con una velocidad de 59 kilómetros por segundo. Son muy luminosas, durando unos pocos segundos. Algunos de estos meteoros dejan una huella de gas ionizado que se puede ver por un poco más de tiempo.
De todas las lluvias de meteoros, solo dos han sido asociadas al paso de asteroides, las demás a cometas.
Una de aquellas es la Gemínidas, con pico en diciembre, la otra gran lluvia del año, asociada al asteroide Phaeton 3200 y cuya velocidad de ingreso es de solo 35 kilómetros por segundo.
El experto Bruce MacLure explica que cada año, alrededor del 17 de julio y hasta el 24 de agosto, la Tierra cruza la huella dejada por el cometa Swift-Tuttle, pero pasará por el grueso de esa corriente entre hoy y el jueves.
Esas partículas dejadas son las perseidas, llamadas así porque parecen provenir de la constelación Perseo, el Hemisferio Norte (esta lluvia no se aprecia en las latitudes altas del Sur).
Pero en verdad pueden salir de cualquier punto en el cielo. Además, como dice Alan MacRobert, editor de la revista Sky & Telescope, también se pueden ver en estas noches meteoros asociados a otras lluvias activas aunque más débiles. En este caso las Delta Acuáridas del sur y las Alfa Capricórnidas.
El cometa Swift-Tuttle, que fue descubierto a fines de los 1800, sigue una órbita muy excéntrica, oblonga, que algunas veces lo lleva más allá de la órbita de Plutón, y cuyo periodo es de 133 años. La última vez que pasó por acá fue en 1992 y se acercará de nuevo en julio del año 2126, indicando cálculos del astrónomo Brian Marsden que en el año 3044 pasará a solo 1,6 millones de kilómetros (casi cuatro veces la distancia Tierra-Luna).
Su núcleo tiene una longitud de 9,7 kilómetros, similar al objeto que cayó sobre la superficie y borró del mapa los dinosaurios.
Denominaciones
La Organización Internacional de Meteoros (IMO), con cerca de 250 asociados, recuerda que las perseidas han sido observadas durante muchos siglos pero fueron reconocidas oficialmente como una gran lluvia de meteoros a mediados del siglo pasado y han sido seguidas por astrónomos y aficionados durante los últimos 150 años.
Son conocidas también por una serie de picos muy altos: en la primera mitad de los años 1900 hubo conteos de hasta 500 meteoros por hora.
En algunos pueblos se les denomina las lágrimas de San Lorenzo, porque su llegada es cercana a la fecha de martirio de ese santo, quemado vivo en Roma el 10 de agosto de 258.
Perseo, la constelación de la que derivan su nombre proviene de la mitología griega.
Es hijo de Zeus, quien enamorado de la ninfa Dánae debió modificar su forma para ingresar a su habitación y engendrar un hijo. Eligió la forma de una lluvia dorada.
Luego tuvo amores con la princesa Andrómeda, que por eso aparece a su lado en el cielo como otra constelación.
Expectativas
Dejando de lado la mitología y de vuelta a la realidad, ¿cuáles son las previsiones para el actual pico?
Fuera de la Luna nueva que favorece la observación de los meteoros más débiles, hay otras condiciones especiales en esa ocasión, que invitan a observar la lluvia.
El aumento en la actividad se puede deber a dos factores: el encuentro con un rastro joven de polvo del cometa o a una perturbación gravitacional favorable provocada por el planeta Júpiter u otros planetas, que envía el centro de la corriente de meteoroides hacia la Tierra.
Una modelación teórica de Jérémie Vaubaillon, especialista en meteoros, sugiere que habrá un encuentro de la Tierra con la huella dejada por el Swift-Tuttle en 1862: pasará a tan solo 80.000 kilómetros mañana miércoles.
“Es un encuentro en verdad cercano, pero al ser 11 años después del primer encuentro con ese rastro (aconteció en 2004) los niveles de actividad son inciertos”, según un informe de la IMO.
Eso sí, cualquier incremento en la actividad por ese encuentro tan cercano durará varias horas con centro en el pico máximo, que ocurrirá entre la 1:30 de la mañana de este jueves y las 4:30, siendo observable en el país.
La variabilidad en el pico también podría hacer que se presentase antes de la hora indicada y hasta varias horas después según la IMO.
En el primer paso por ese rastro, en 2004, hubo un estallido sorprendente de meteoros durante dos horas, contándose alrededor de 200.
Para mejorar las condiciones favorables también se tendrá en esta oportunidad una perturbación gravitacional por parte de Júpiter que acrecentará el número de meteoros en la atmósfera.
Hay que considerar, como afirma MacLure, que aunque las perseidas casi siempre han sido confiables, no se puede predecir con certeza cómo será la lluvia.
“Predecir el tiempo y la intensidad de cualquier pico de una lluvia de meteoros es como predecir el resultado de un encuentro deportivo. Siempre está el elemento de sorpresa e incertidumbre”.
Se debe tener en cuenta asimismo que a medida que el radiante sube en el firmamento, así lo hace el número de meteoros: el radiante (sitio de donde se irradian) en este caso Perseo, que desde nuestra latitud aparece estos días por el oriente hacia la medianoche. Por eso esta razón es mejor la observación al amanecer.
Con todos estos ingredientes las perseidas prometen ser un buen espectáculo para los amantes de la observación celeste. Aunque el Ideam pronostica una semana más nublada que la pasada, no será así en todas partes.
A aprovechar la ocasión. Sí, es que desde 2007 esta lluvia no se daba en Luna nueva.