Tan bagre como una mula
La historia de este pez, un bagre híbrido, se parece mucho a la de las mulas, el cruce más conocido.
Es periodista porque le gusta la cultura y escribir. A veces intenta con la ficción, y con los poemas, y es Camila Avril. Editora de la revista Generación. Estudió Hermenéutica Literaria.
Las vacas se reproducen con los toros, no con los cerdos, los cerdos se reproducen con los cerdos, porque, qué podría salir entre una vaca y un cerdo. El bagre rayado y el cajaro pueden reproducirse, bajo condiciones muy particulares, y terminar en un pez nuevo, un bagre híbrido que es, muchas veces, y como dice el dicho, de mejor familia.
Se reproducen igual. La hembra libera los huevos en el agua, y el macho, de sus misma especie, pasa cerca y los fecunda con su esperma. Si un rayado y un cajaro se encuentran en el mismo río –están en ríos de Suramérica, coinciden en el Amazonas, el Meta y gran parte de la Orinoquía–, puede pasar, aunque no tienen una tendencia natural a cruzarse.
Los acuicultores lo hacen, como un negocio, bajo condiciones de cautiverio. Toman los huevos de una de las especies y los fecundan con el esperma de la otra.
Como estos bagres están tan emparentados se producen crías viables, con características de sus padres. Sale, por ejemplo, un pez con una carne de gran sabor como la del rayado, del gran tamaño del cajaro.
La carne del primero no tiene espinas intramusculares. En la cuenca del Magdalena, donde también habita en Colombia, es la especie de mayor tamaño: hasta 1.5 metros de longitud, que en altura puede medirlo una persona baja.
Entonces las rayas del rayado terminan en la nueva especie, acompañadas del color del cajaro, que no tiene rayas, que es café grisáceo en su mayoría. El híbrido tiene tanto franjas oscuras de uno de sus padres, como la cola roja del otro.
Los bigotes de los dos también vienen en el cachipiro, que es un título más adecuado para la mezcla: se unen los nombres, cachara, como le llaman en Brasil al rayado, y pirara, como le llaman al otro.
Si la genética lo acompaña, tendrá las mejores características del uno y del otro parental. Será mejor: mayor resistencia a enfermedades, mejor adaptabilidad a los cambios climáticos, más longitud, una carne más magra.
También les puede pasar, como les pasa a las mulas, esa mezcla entre yegua y burro, el híbrido más conocido entre esos que no saben de animales híbridos, que sean estériles.
La mezcla puede ser un beneficio para el bagre rayado, el pez que parece un tigre alargado y oscuro, que es un mapa hecho pez.
Según el Libro rojo de peces dulceacuícolas de Colombia de 2012, el rayado está en peligro crítico en categoría nacional. En los 70 era el más apetecido: el 50 % de capturas en la cuenca del Magdalena eran rayados. La situación no ha cambiado y, sigue el libro, su supervivencia ha llegado a un punto crítico.
El híbrido, reproducido en cautiverio, podría hacer que no se quiera más al rayado, y se le prefiera a él. Reduciría las cuotas de extracción de las otras dos especies amenazadas, comenta Luis Kamil Buitrago, biólogo.
El peligro igual existe, y puede traer riesgos, como la posibilidad de que algunos híbridos fértiles se empiecen a reproducir con las especies originales, compitan con ellas, y los reemplacen al final.
Aunque para eso se necesitan muchos años, precisa la bióloga Xiomara Gómez.
Los híbridos nadan con sus rayas, sus manchas, su aleta. Se parecen más al rayado, pero son únicos, al fin y al cabo.