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¿Se puede comer una arepa o una fruta con hongos?

Los hongos son diversos y los hay comestibles o tóxicos. Le explicamos qué hacer cuando le salen a sus alimentos.

Periodista de la UPB. Amante de las historias y de las culturas. Estoy aprendiendo a escuchar y a escribir.

30 de marzo de 2022

A la arepa paisa, de ese característico color blanco amarillento, bien redonda y quemada con las marcas de la parrilla, le llega, en ocasiones, un componente repentino que le quita su perfección: unas manchas verdes, azules o rojas. Son hongos que colonizan, que van abriéndose paso en la superficie y que indican que esa arepa ya no es suya sino de ellos. Algunos osados se la comen a pesar de ello, le quitan el pedacito y se comen el resto, pero otros optan por botarla completa, sin compasión. ¿Qué es lo correcto? ¿Puede uno comerse la fresa, el tomate, el pan que ya tiene hongos?

Los hongos son organismos diversos pertenecientes al reino propio denominado Fungi. Vienen en todos los colores, formas y tamaños y se pueden encontrar en el suelo, el agua y hasta en el aire. Tienen amplia distribución y diversidad y, por lo tanto, hay algunos comestibles, otros tóxicos, alucinógenos y venenosos. Tan comunes y nutritivos como un champiñón, son muchos los que se pueden comer y traen beneficios alimentarios, pero otros pueden causarle hasta la muerte.

Son tantos y tan diversos, que no se pueden catalogar a simple vista. Su peligro dependerá de su tipo y del alimento en el que se encuentre, pero la única recomendación general es que puede ser peligroso y es mejor que no consuma lo que no conoce. Le explicamos qué hacer de la mano de Nataly Gómez, profesora investigadora del grupo de Taxonomía y Ecología de Hongos de la Universidad de Antioquia y de Paola Zapata Ocampo, docente de la Facultad de Ciencias y Biotecnología de la Universidad CES.

Organismos complejos

Los hongos tienen varias características destacadas, entre las que Gómez resalta tres: son heterótrofos, que indica que no pueden generar su propio alimento, por lo que necesitan de fuentes externas de carbono que encuentran en los restos vegetales; hacen un proceso diferente de digestión, pues primero digieren y luego ingieren a través de enzimas que degradan el sustrato; y tienen unas estructuras llamadas hifas que son células que en conjunto crean micelios, esas telarañas que se ven al levantar la hojarasca o sobre el tomate, la fresa y demás alimentos. Además, los hay microscópicos, como los que le salen a la arepa, y macroscópicos, como el champiñón.

¿Quitar y comer o no?

Al final, ¿qué hacer con el pedacito de la arepa al que le salió ese hongo? ¿Se puede uno comer las fresas y los tomates así? Gómez explica que cuando uno ve los microscópicos en la comida ya por dentro llevan un largo proceso de degradación del alimento, por lo que no es nunca aconsejable comerlo. Quiere decir que ya ha “colonizado” áreas más grandes que las que se ven y que puede enfrentar a quien lo coma a alergias, enfermedades y demás malestares. “ No es que vayamos a morir por comernos esa arepa, depende del sistema inmune, pero igual no se aconseja”.

¿Son peligrosos?

Dentro de la variedad hay comestibles, tóxicos, venenosos y alucinógenos y otros a los que se les desconoce aún su efecto sobre el humano. Los comestibles no causan afecciones sobre los sistemas del cuerpo sino que benefician, aportando vitaminas como la B, D, K y C o hierro.

Zapata añade la variedad en los comestibles son una oportunidad alimentaria que supliría varias necesidades, solo que en el mercado colombiano aún no son comunes, y que van más allá del champiñón: “hay orellanas amarillas, rosadas, que ya se están cultivando más, hay pleorosospulmonarios, uno grande y carnoso que se asa en la parrilla llamado erinzi, son varios, solo que se ven en mercados especializados, restaurantes con propuestas diferentes”. Pero añade que también hay nocivos, que causan diferentes enfermedades y alergias, que tienen micotoxinas que son sustancias venenosas y algunos que pueden causar hasta la muerte.

¿Qué enfermedades causan?

Dependerá de la cantidad ingerida, del tipo de hongos y de cómo el organismo de cada persona reaccione. “Habrá quien se coma una sola fructificación de algún hongo y le dé dolor de estómago, y habrá a quienes esa misma cantidad les dé diarrea o vómito”, dice Gómez. Además, hay unos que tienen una sola toxina, otros que tienen varias y hay quienes, incluso, son alérgicos a algunos hongos. Zapata añade que tanto humanos como otros animales pueden ser los afectados con: alucinaciones, vómito, diarrea, intoxicaciones, sudoración excesiva, dolor, dolor torácico, fatiga, taquicardia, dificultad respiratoria, colapso cardiovascular hasta la muerte.

¿Se pueden diferenciar?

Es difícil conocer todos los tipos de hongos y reconocer cuáles sí y cuáles no se comen. No hay técnica, diferencias por colores o por formas, para reconocerlos, y no hay procesos para quitarles toxicidad. “Es un mito que hervirlos durante una hora les quita lo tóxico, porque hay hongos que no se dañan con nada”, explica Zapata. Por lo tanto, la única forma de reconocerlos será con estudios de laboratorio o con conocimiento adquirido. La recomendación es la misma: no se coma los hongos que no conoce, no se coma los que se encuentra por ahí, no se coma esa arepa o ese pan y, si quiere consumir los que son comestibles, vaya a comercios y consulte con expertos.