El ardor o molestia después de tener relaciones sexuales se puede prevenir, ¿por qué sucede?
La rigidez y la tensión muscular en la zona pélvica están relacionadas con dolores durante y después de las relaciones sexuales, siendo causas frecuentes para este tipo de problemas.
Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. El sueño de ser médica lo cumplí haciendo periodismo de salud. También escribo sobre ciencia y de vez en cuando cultura.
Una relación sexual dolorosa es un problema que afecta la vida íntima de los seres humanos. Medicamente es conocida como dispareunia. Este término define un dolor genital persistente o recurrente que ocurre justo antes, durante o después de tener encuentros íntimos con otra persona.
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Estos dolores suelen ser frecuentes y se deben a diferentes causas, desde problemas fisiológicos hasta preocupaciones psicológicas. Y es que, lo más relevante, es que la mayoría de mujeres sentirán dolor al tener relaciones sexuales en algún punto de sus vidas, según Daniela Zapata, fisioterapeuta, especialista en piso pélvico y sexual y fundadora de la clínica Ser-Pélvica de Medellín, y puede ocurrir en relaciones heterosexuales como homosexuales.
La especialista admite que en sus consultas, 8 de cada 10 mujeres ha referido algún tipo de molestia mientras sostienen relaciones sexuales. También puede ocurrir antes o después del acto.
“Las personas a veces no son conscientes de que es dolor, pero solo una molestia en el toque de la vulva o el clítoris puede definirse como tal. Son sensaciones de ardor, rasgor, como si hubiesen agujas alrededor. También existe el dolor más profundo que ya es más una sensación de punzada y esto se puede sentir con la penetración o incluso en un examen ginecológico o con la inserción de un tampón”, dice la fisioterapeuta Daniela Zapata.
Dolor sexual muscular
La experta explica que una de las causas de estos dolores, que compete a la fisioterapia, es debido a la tensión muscular. Ella indica que los músculos externos y profundos que hacen parte de la vagina, alrededor del ano, y en el caso de los hombres, en la base del pene y alrededor de los testículos, suelen tener espasmos musculares, generando un bloqueo y una tensión en esta región del cuerpo.
“En esos momentos se crean unos puntos de tensión, conocidos también como puntos gatillos (zona hiperirritable del músculo asociado a un nódulo hipersensible) que producen que duelan los toques o la penetración. Si estos músculos se estiran puede haber sensación de ardor o quemazón y son dos causas del dolor sexual de origen muscular”, detalla Daniela Zapata.
Estos son más frecuentes en las mujeres y puede ser superficiales, profundos o combinados. “A veces no se asocia a dolor, no lo disfrutan ni sienten que hay buena lubricación, que les quema o les arde pero creen que esto es ‘normal’. Es un tema del que se desconoce”, cuenta la fisioterapeuta.
La molestia podría aumentar durante un embarazo, después de tener hijos o a partir de los 40 años.
“Esto ocurre más por tensión y espasmos, porque todo está muy pegado, compacto en nuestra zona íntima. Es como tener tortícolis pero en nuestra vagina y esto provoca mucho dolor”, agrega la especialista.
Síntomas
Si bien el síntoma más notorio de los espasmos en esta zona del cuerpo es el dolor sexual, existen otros como el ardor después de orinar, infecciones vaginales, que se escape la orina después de toser o hacer algún tipo de fuerza o si duele al momento de un examen ginecológico.
También, si hay estreñimiento o dificultad para evacuar o quedar con ganas de dar del cuerpo.
“La valoración de piso pélvico se requiere a partir de la semana 20 de embarazo, si ya hubo un parto de cesárea o parto vaginal, si se siente una ‘bolita’ como una masa que quiere salir por la vagina; eso podría ser un prolapso de esos órganos del piso pélvico. Otro signo del que no se habla mucho es si no se disfrutan las relaciones sexuales, se siente molestia, no son placenteras o hay dificultad para el orgasmo”.
Otra afección después de mantener relaciones sexuales es la cistitis. No debería ocurrir, pero es frecuente. Se trata de la inflamación del revestimiento de la vejiga; los síntomas incluyen dolor y sensación de ardor al orinar, sangre en la orina, orina oscura o turbia, necesidad de orinar con frecuencia o de forma inmediata, incapacidad de controlar el flujo de la orina y dolor en la pelvis o la parte inferior de la espalda.
“La cistitis generalmente no debería ocurrir, a no ser que sea una relación muy intensa donde hubo mucha fricción, en la que uno puede quedar un poco lastimado o resentido. Sin embargo, hay que hacer ejercicios de fortalecimiento para mantener la musculatura del piso pélvico muy activa”.
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Las ventajas de este fortalecimiento son: tener la capacidad de lograr un sello hermético de la uretra para que así no colonicen bacterias que pueden pasar a través de la penetración. Además, los músculos deben estar en buen estado de salud para que haya una buena excitación y placer.
“Si los músculos no tienen buena fuerza, resistencia o están tensos, harán que la experiencia sexual no sea la mejor”.
Recomendaciones
Un consejo que entrega la experta es que siempre antes y después de una relación sexual, podamos orinar porque eso hará que la orina haga una limpieza de cualquier microorganismo que pudo ingresar en la uretra; también hay que fijarse en la postura al orinar, que no sea una postura encorvada o agachada; no ingresar el celular al baño porque este distractor puede hacer que se orine de manera incorrecta y posiblemente quedará orina represada en la vejiga, lo que llevará a una cistitis.
También existen una gran variedad de ejercicios para fortalecer y mejorar la coordinación de los músculos del piso pélvico.
En esta infografía podrá encontrar más información sobre ellos.