¿Por qué le gusta tanto estrenar el 24 y el 31?
La costumbre tiene sus causas en la religión y el comercio. Incluye el 8 y el 25. A veces el 1 de enero.
Periodista de la Universidad de Antioquia. Interesado en temas de tecnología y cultura. Disfruto del cine y la música.
¡Mocho, mocho, ¿cuánto me va a a cobrar por esto pues? !8.000 pesos!, responde él. ¿No tiene ombligueras?, le pregunta Leidy, pero el vendedor no responde. La escena de la película La Vendedora de Rosas muestra la tradición de comprar “el estrén” en Navidad, esa pinta para las celebraciones del último mes del año.
En Medellín los centros comerciales y el Centro se atestan de gente que está en busca de los aguinaldos y de la ropa que va a comprarse para los días 24 y 31, y hay otros que no solo se engalanan de pies a cabeza en esas dos fechas, sino también el 8, el 25 y el primero de enero. Estrenan hasta ropa interior.
Esta costumbre adoptada por muchas personas tiene su significado y su explicación. Para William Cruz Bermeo, docente e investigador en teoría e historia de la moda de la Universidad Pontificia Bolivariana, hay una fuerte relación entre el hábito y la cultura cristiana, sobre todo en territorios como Antioquia, donde la mayoría de sus personas son católicas. Según la Oficina Central de Estadísticas de la Iglesia, en Colombia hay 45.3 millones de católicos.
La razón es la celebración del nacimiento de Jesús en el pesebre, un evento especial para los practicantes de esta religión, y al que, según Cruz, se le otorga un fuerte significado, teniendo como consecuencia la tradición de usar ropa nueva para conmemorar la natividad.
El Licenciado en educación religiosa de la Universidad Pontificia Bolivariana, Alejandro Usma, indica que hay testimonios de la celebración del nacimiento de Jesucristo, el 25 de diciembre, desde el año 221, según lo contó el historiador Sexto Julio Africano en los Anales de la historia (escrito histórico), y que desde el siglo IV la conmemoración se volvió común en occidente.
Antes de eso, relata el docente, profanamente se festejaba el día del Sol Invicto, que era el 25 de diciembre. “Las personas tenían por costumbre conmemorar paganamente esa fiesta, y la Iglesia, que tenía el hábito de cristianizar esas usanzas, lo hizo y decidió instaurar en esa fecha el nacimiento, un acontecimiento del que no se conoce con certeza su verdadero día”. Esa, añade Usma, se convirtió en una causa de fiesta, y ya mezclados los dos asuntos, terminaron teniendo esa consecuencia de volverlo fiesta y lo que esto implica, como participar del festejo con ropa nueva”.
Más allá de la religión
También hay que tener en cuenta los sistemas de producción globales, apunta Cruz Bermeo. Estos han demostrado en la historia de la humanidad, explica él, que durante el año se trabaja arduamente para, al final, recolectar. Eso, continúa el investigador, se convierte en una demostración de los resultados de esa labor, un fenómeno que “indiscutiblemente atraviesa el vestuario y se manifiesta en el hecho de usar una nueva gala en diciembre, la última época del año”.
Juliana Mira, diseñadora de modas y estudiante de sociología en la Universidad de Antioquia, cree que la respuesta a por qué estrenar en estas fechas se responde desde tres miradas; “1. Desde el funcionamiento del sistema capitalista y de consumo. 2. El fetiche de las mercancías. 3. En diciembre celebramos varios mitos y cada mito tiene un ritual diferente y entre esos esta el estrenar ropa nueva”.
Sobre la primera razón, explica que desde que la moda incurrió en el llamado Prêt-à-porter (listo para vestir) en su sistema, se decidió aumentar el consumo para generar movimiento en la industria “y con el apoyo de la publicidad se crearon necesidades en la gente de lucir algo nuevo”, comenta Mira.
La segunda causa es para ella más difícil de explicar, pero cuenta que está relacionada con lo psicológico, “cómo podemos transmitir ciertas ideas o sentimientos hacia un objeto”. Eso, unido a lo primero, hace que, precisaJuliana, la gente se vuelque a comprar por estos días. De los mitos en año nuevo, la diseñadora menciona el del cristianismo, ya expuesto por Cruz y Usma, y agrega que el año nuevo hace que muchos sientan la necesidad de vestir atuendos como parte del rito. Suele decirse, incluso, que es para estrenar todo el año.
También tiene relación con el encuentro con otros, ya que este día congrega a familias y amigos, que en ciertos casos ni siquiera se han visto durante del año, por lo cual la reunión tiene un ritual del que el vestuario hace parte con el fin de embellecernos para otros.
Que algunas personas extiendan el hábito de hacerlo, además del 24 y el 31, a otros días, obedece, indica Cruz Bermeo, a “la celeridad del comercio de hoy, que ha extendido las fechas de duración de la festividad decembrina, de modo que el día de las velitas ya se incluye como celebración navideña, y de hecho varios municipios dan apertura oficial a la Navidad ese día. En cuento al 25 y 1, son de hecho las fechas oficiales del estreno, especialmente para la ropa de día. Es decir, después de la festividad nocturna, 24 y 31, apareces vestido de nuevo. Una muestra más de eso que explicaba de la ostentación pública, del mira cómo me ha ido de bien este año”.
Sin duda, para el docente investigador, esta extensión está muy relacionada con las nuevas disposiciones del mercado y la facilidad de adquisición a bajo costo por la aceleración productiva.
“Si la vestimenta se ha de considerar como una segunda piel, lo que hacemos entonces de manera simbólica al estrenar es renovarla”, puntualiza William Cruz. Para él, en resumen, estrenar se trata de renovarse y exhibir lo que se ha logrado durante el año