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Comprar y preparar pescado es más simple de lo que parece

La magia de los ingredientes, recetas e historias que llenan de sabor nuestras cocinas inspiran las páginas de Paladares, una revista que circula cada mes para suscriptores de El Colombiano.

06 de abril de 2017

La norma de oro es simple: mientras más fresco, mejor. Así lo indica Santiago Isaza, dueño de La Pesqueira. Hay que asegurarse, explica, de que en el traslado del pescado entre ciudad de origen y destino, se haya mantenido la cadena de frío de forma estricta y constante. Por eso, su compra debe hacerse en una pescadería de confianza, y es vital que la pesca haya sido del mismo día.

Ahora bien, esto no quiere decir que no se pueda comprar en un supermercado; en ese caso, debe elegirse un producto fresco y se sugiere consumir el mismo día, ya que en las grandes superficies el pescado ha pasado más tiempo desde el momento de la captura y el paso por centros de acopio.

Luego, si solo se consigue congelado, la forma óptima para descongelar es en la nevera. Allí se deja uno o dos días hasta que se vea fresco nuevamente. ¿Qué no se debe hacer?: ponerlo directamente en un chorro de agua caliente, usar microondas o dejarlo afuera, donde no hay control de temperaturas.

Y el paso final, antes de cocinar, es respetar el verdadero sabor del pescado. ¿Cómo? Condimentando únicamente con sal marina y pimienta y, como opciones secundarias, con ajo, perejil liso y aceite de oliva. Hoy tenemos acceso a pescado de muy buena calidad con sabores exquisitos, así que no hay necesidad de esconderlos con salsas o exceso de aderezos.

7 signos para reconocer un pescado bueno:

1. Los ojos. Es preciso que sean saltones y brillantes. No deben estar chupados o hundidos.

2. Las agallas. Si las tiene, deben ser rojas y verse muy vivas. Mientras más tiempo pase se verán más grises o cafés.

3. Las escamas. Deben estar muy firmes y adheridas a la piel. Tenga cuidado si se desprenden fácil.

4. La cavidad. Luego de quitar las vísceras, esta área abdominal no debe estar quemada o tener manchas.

5. El olor. El pescado fresco no huele a pescado, sino a mar, a océano. Debe ser un olor cristalino.

6. Las aletas. Así como las escamas, las aletas también deben estar firmes y adheridas.

7. Sensación táctil. Cuando se aprieta la piel, no debe quedar hundida, sino mantener su posición inicial, es decir, volverse a hinchar.

En el caso de que se compra en filete estas son las señalas a tener en cuenta:

- El color. Debe ser brillante. Mientras más opaco, menos agua tiene, es decir, menos fresco está.

- El olor. Como en un pescado completo, también debe oler a mar y a océano.

En seguida, Santiago Isaza, comparte las características y formas de preparar de algunos de los pescados que más se adaptan a una cocción casera.