La historia poco descrita de los perros rescatistas del 9/11: se deprimían al no encontrar personas con vida
En medio de los escombros de las Torres Gemelas, los perros rescatistas desempeñaron un papel esencial en la búsqueda de sobrevivientes. Sin embargo, los canes se deprimían al no poder encontrar sobrevivientes.
En el vigésimo segundo aniversario del trágico atentado del 11 de septiembre de 2001, se recuerda no solo la devastación de ese día fatídico, sino también una historia del heroísmo de los perros rescatistas luego del ataque terrorista en Estados Unidos.
Aquel día, mientras el mundo observaba con horror los ataques terroristas que dejaron miles de víctimas humanas en Nueva York, los perritos rescatistas se convirtieron en héroes en la búsqueda de supervivientes entre los escombros de las Torres Gemelas.
Estos canes, entrenados para encontrar personas vivas atrapadas bajo los escombros, se enfrentaron a una realidad la cual no estaban acostumbrados: solo encontraban cuerpos sin vida.
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Gary Freitag, un guía de la unidad canina de la policía de Nueva York, compartió su preocupación por Billy, un pastor de tres años y medio: “No ha encontrado nada (...) Hemos tenido solo dos días de descanso desde el 11 de septiembre (...) Es un poco duro para él”, dijo Freitag en ese entonces.
“Estos perros quieren encontrar personas vivas, es para eso que están entrenados. Billy no encuentra los cadáveres: no conoce el olor. Él no es recompensado con la comida, su recompensa es jugar”, dijo la policía a La Nación el 28 de septiembre de 2001, 17 días después del atentado.
La situación desanimaba tanto a los canes como a sus cuidadores. Los perros, que habían sido entrenados para salvar vidas, ahora enfrentaban la terrible tarea de recuperar cuerpos. La desesperación de solo encontrar cadáveres afectaron profundamente a estos animales, y muchos de ellos mostraron signos de depresión. Dejaron de comer y perdieron su entusiasmo por la búsqueda y el rescate.
Sin embargo, la Policía que trabajaba en la Zona Cero se las ingenió para subir el ánimo a los canes. Para ayudar a reanimar a los perros, idearon una estrategia: se escondieron entre los escombros y simularon ser víctimas atrapadas. Los perritos, con su instinto de rescate, creyeron que estaban salvando vidas nuevamente.
Esta táctica de simulación tuvo éxito en revitalizar a los perros. El detective retirado de la policía de Nueva York Michael Saxe indicó que el panorama en la Zona Cero fue difícil tanto para los socorristas como para los perros de búsqueda. En los 30 días que pasó buscando supervivientes, contó cómo se escondían de los perros rescatistas para simular un rescate.
“Tuvimos que levantarles la moral”, dijo Saxe. “Así que nos escondíamos para que ellos pudieran encontrarnos. Y de hecho verías un cambio completo en su comportamiento de deprimido a feliz porque finalmente encontraron a alguien”.
En los días posteriores al 11 de septiembre de 2001, los equipos de rescate humanos y los caninos trabajaron incansablemente, enfrentando jornadas de 12 horas durante un promedio de 10 días seguidos.
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En las primeras horas luego del atentado, solo se logró rescatar a cinco personas heridas, mientras que más de 6,300 personas estaban reportadas como desaparecidas. El atentado del 9/11 causó la muerte de aproximadamente 2,977 personas.