La Luciérnaga ilumina la vida de los colombianos hace 25 años
El espacio de Caracol Radio surgió para entretener a la gente en el racionamiento de energía motivado por la sequía de 1992 y sigue metido en la cotidianidad.
Envigadeño dedicado a la escritura de periodismo narrativo y literatura. Libros de cuentos: Al filo de la realidad y El alma de las cosas. Periodismo: Contra el viento del olvido, en coautoría con William Ospina y Rubén López; Crónicas de humo, El Arca de Noé, y Vida y milagros. Novelas: Gema, la nieve y el batracio, El fiscal Rosado, y El fiscal Rosado y la extraña muerte del actor dramático. Fábulas: Las fábulas de Alí Pato. Premio de la Sociedad Interamericana de Prensa.
El apagón de 1992 les encendió el bombillo de las ideas a los de Caracol Radio para que crearan La Luciérnaga. Y sigue alumbrando.
Esa revista radial que acompaña la transición entre la tarde y la noche cumplió 25 años hace 15 días. Su formato ágil que incluye humor, información deportiva y de actualidad, poesía y música ha enriquecido el medio: puede decirse que dio origen a un género de programas radiales y, por lo tanto, demostró que en los medios, en los que parece que todo estuviera inventado, hay posibilidad de realizar nuevas propuestas.
La Luciérnaga ha tenido dos directores: Hernán Peláez Restrepo, fundador, quien la orientó hasta el 23 de diciembre de 2014, y Gustavo Gómez quien desde ese momento ha estado al frente del grupo de periodistas y comediantes. El primero fue declarado Director Emérito en la celebración del cuarto de siglo.
Peláez habla así de La Luciérnaga: “Rescató un horario vespertino y casi nocturno...”. Nació con la idea de “buscar un relajamiento en la persona y nada mejor que la música y el humor...”.
Por su parte, Gustavo Gómez cree que si “usted le pega la oreja a la radio a las 4 de la tarde, encontrará una manera grata de informarse con el humor como herramienta. Si los oyentes nos acompañaran durante el día, sabrían que esto es un circo con humoristas, trovadores, periodistas, libretistas, músicos, opinadores, cuentachistes, imitadores y seguramente un par de trapecistas. Alguna vez me pareció ver un tragasables”.
Édgar Artunduaga, Héctor Rincón, Gustavo Álvarez Gardeazábal, Pascual Gaviria, Gabriel de las Casas, Claudia Morales, Chemas Escandón, Guillermo Díaz Salamanca, Vargasvil, Alexandra Montoya, Óscar Monsalve “Risaloca”, Pedro González “Don Jediondo” y Ricardo Lozano “Alerta” son algunos de quienes han pasado por La Luciérnaga.
Para Risaloca, quien en el momento en que este programa abrió micrófonos por primera vez estaba estudiando en el colegio, porque —asegura— tenía 12 años, recuerda la perfecta imitación que Díaz Salamanca hacía de Alberto Piedrahíta Pacheco, apodado El Padrino, locutor de noticias y deportes, dueño de un vozarrón de trueno.
Y Gustavo, quien se convirtió en oyente “juicioso” cuando entró al equipo del noticiero matinal de Caracol y, por las tardes, preparaba el del día siguiente acompañado por Peláez y su grupo, aunque observa que es difícil decidirse por un personaje, dice: “Conservo especial cariño por la presencia radial de Juan Havey Caicedo. Un ícono, un señor y un talento irrepetible”.
Claves para agradar
Hernán Peláez comenta: “Solo digo que quienes llegaban a la mesa de trabajo tenían la ocasión de demostrar su talento. Si eran buenos, la respuesta del público era el mejor termómetro... Conseguí que los grupos de trovadores (antioqueños) Los Marinillos, Griots, Salpicón y Revolcón, se adentraran en el arreglo de temas musicales y acondicionaran canciones que derivaron en parodias de éxito... En el caso de los chistes flojos, descubrí que entre más simples y previsibles si se quiere, logran sonrisas, tal vez no carcajadas. A veces eso que parece tan sencillo... es lo más complicado”.
Llaneros, costeños, paisas, boyacenses... El país entero tiene representación en este espacio.
Sobre este punto, Gustavo Gómez señala: “En 25 años hemos tenido personajes de todas las regiones, y toda la nación, con sus virtudes y defectos, pasa por los micrófonos de La Luciérnaga. Este animalito está muy bien de ‘baterías’ y sabe hablar como hablan los colombianos”.