“A ella le gustaba la violencia”: alias Rivi, sicario de Griselda Blanco, revela escabrosos detalles de ‘la madrina’
La verdadera historia de Griselda Blanco, la protagonista de la serie más popular de Netflix en la última semana. Desde su estreno, el 25 de enero, suma más de 20 millones de vistas
En los primeros tres días desde su estreno, –entre el 25 y el 28 de enero–, la serie Griselda, según datos de Netflix, suma más de 20 millones de vistas, está en el Top 10 de las series más vistas en 89 países, y en 62 de esos países es la serie más vista de toda la plataforma. Entre esos Lituania, Estonia, Bélgica, Nigeria, Serbia, Qatar, Sri Lanka, Emiratos Árabes Unidos, Trinidad y Tobago, Jamaica, El Salvador, Argentina, Bahamas... en fin, la serie, que retrata a la 'Madrina' es un éxito rotundo.
Y ese éxito hará a Griselda aún más popular, pero esa popularidad hará que su vida sea recordada más por la interpretación de Sofía Vergara que por como realmente fue, y finalmente, la vida y la serie, se parecen tanto como Sofía y Griselda, casi nada.
La serie está llena de imprecisiones, pero la historia de Griselda también, como la historia de los narcos, que son esquivos y mentirosos, pero tan atractivos que muchos ciudadanos están dispuestos a decir lo que sea con tal de decir que los conocieron.
De Ana Griselda Blanco Restrepo se dice que nació en Cartagena, pero realmente fue en Santa Marta, el 15 de febrero de 1943. A Medellín llegó con su mamá, Ana Lucía Restrepo, en 1955, y empezó su carrera delictiva en los barrios de Loviana y Santísima Trinidad, más conocido como Barrio Antioquia.
En esos primeros años de Griselda en Medellín, se fecha su primer asesinato. Así lo aseguró en el documental 'Cocaine Cowboys 2. Hustlin' With the God Mother', el último de sus amantes, Charles Cosby. Según él, Griselda mató por primera vez a los 11 años y el muerto que tenía apenas 10, lo habían secuestrado ella y unos amigos, pero como la familia no pagó el rescate, ella le disparó en medio de los ojos.
Según el libro 'Cocaine Cowgirl', de la periodista Jennie Erin Smith, Griselda se casó por primera vez a los 13 años con Carlos Trujillo, un falsificador de documentos. Con él tuvo sus primeros tres hijos: Dixón, Uber y Osvaldo (todos asesinados).
En 1964 llegó a vivir a Estados Unidos, en Queens, Nueva York. A mediados de los 70, su esposo murió de cirrosis. Para entonces, Griselda ya estaba en el negocio del narcotráfico gracias a Alberto Bravo, que empezó siendo su amante y terminó siendo su segundo esposo.
Según Insight Crime, “ambos comenzaron traficando remanentes de cocaína pura legal que compraban a dos enfermeras de una exclusiva clínica de Medellín” y que venían por 10 veces su valor en la ciudad de Nueva York.
Griselda era absolutamente ingeniosa para trasladar la droga. La metía en los tacones de los zapatos, en brasieres, fajas, jaulas de perros y en las pelucas de sus amigas, a quienes invitaba de paseo.
El negocio creció rápido y Blanco y Bravo crearon nuevas formas de transportar la droga para llevar cada vez más cantidad, y buscaron también nuevos socios, entre ellos, José Antonio Carbrera Sarmiento alias 'Pepe Cabrera', y los hermanos Ochoa Vásquez, Jorge Luis, Juan David y Fabio.
En 1974, una década después de instalarse en Queens, Griselda Blanco fue incluida en la lista de los fugitivos más buscados por las autoridades estadounidenses, y fue el principal objetivo de la 'Operanción Banshee', pero su capacidad para evadir la justicia era tal que su detención se logró apenas en 1985.
En esa década, mientras eludía a las autoridades, pasó un tiempo en Colombia y finalmente se instaló en Miami. En 1975 asesinó a su esposo, Alberto Bravo, durante una reunión que sostuvieron en Bogotá, y auspició una guerra brutal. Después se casaría con Darío Sepúlveda, con quien tuvo su cuarto hijo, y el único que sigue vivo, Michael Corleone Blanco. Sepúlveda también fue asesinado por orden de Griselda. Su muerte tuvo lugar en Medellín.
En 1979, el año que la violencia detonó en Miami, el 30% de los muertos por homicidio fueron colombianos. De ese año, se recuerda sobre todo el tiroteo en el centro comercial Dadeland, el 11 julio, en pleno verano a plena luz del día. Y del tiroteo, en el que murieron dos personas, se recuerda sobre todo a Griselda, pues aunque la policía nunca la pudo vincularla directamente con el tiroteo, uno de los muertos era su enemigo. El paso de Griselda Blanco por Miami coincidió con el alza en los homicidios de esa ciudad.
“Lo que ella hacía era que si le comprabas drogas y no le pagabas, te mataba. Y si te compraba drogas y no te quería pagar, te mataba también”, dijo el sargento Nelson Andreu en el documental, donde se aseguran, además, que la violencia de esos años era tanta, que las autoridades de Miami, animaron a los ciudadanos a armarse para defenderse.
A principios de 1985 fue detenida por fin, en Irvine, California. Un juez la condenó a 15 años de cárcel si derecho a fianza y al pago de una multa. Aunque a Griselda se le ha relacionado con por los menos 250 asesinatos, finalmente solo se le acuso de tres, en 1995, gracias al testimonio de su sicario de confianza, Jorge Ayala Rivera, 'Rivi. Ella aceptó los cargos a cambio de una reducción de condena.
Rivera, que también participó en el documental Cociane Cowboys, dijo que era imposible persuadir a Griselda de no matar, “a ella les gustaba la violencia”.
En 2004 fue liberada y deportada a Colombia. Se instaló en el barrio El Poblado, en Medellín, y pasó bastante desapercibida hasta que dos sicarios la asesinaron en una carnicería del barrio Belén, en la carrera 76 #29-3, el 3 de septiembre de 2012. Tenía 69 años.
Según Insight Crime, Griselda Blanco fue una de las figuras más importantes en la expansión del negocio de tráfico de cocaína hacia Estados Unidos. Abasteció los mercados de Nueva York, Miami, San Francisco y Los Ángeles. Durante su apogeo, a principios de los años 80, llegó a transportar 1.5 de toneladas de cocaína al mes y creo su propio grupo de sicarios, 'Los Pistoleros'.
Su historia, tantas veces contada, y ahora tan popular en el mundo, gracias a la serie de Netflix, hará de Griselda Blanco un mito. De todo se dirá. Y frente al interés de tantos por esta nueva vieja historia de narcos en Medellín, nada raro que hasta resulte un nuevo tour.