El 24 % de los niños en Colombia tiene exceso de grasa
En el mes de la lucha contra la obesidad se discuten los riesgos de esta enfermedad en la salud de niños y jóvenes del mundo.
Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. El sueño de ser médica lo cumplí haciendo periodismo de salud. También escribo sobre ciencia y de vez en cuando cultura.
La obesidad es una enfermedad que se desencadena cuando no se tienen hábitos de vida saludables como una alimentación balanceada con frutas y verduras o si no se hace suficiente actividad física para eliminar el exceso de calorías.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los adultos hacer al menos 75 a 150 minutos de ejercicio aeróbico, y a los jóvenes, por lo menos 60 minutos al día. En los niños es diferente: se espera que ellos crezcan en medio de juegos que los inciten a moverse y a explorar, para así evitar el sobrepeso y la obesidad.
Y es que, según Nora Alejandra Zuluaga, pediatra endocrinóloga y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, la obesidad aumenta el riesgo de tener diabetes tipo 2, problemas de colesterol y triglicéridos, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, hígado graso, enfermedades renales, problemas ortopédicos, alteraciones como la apnea del sueño, problemas en el sistema nervioso central, trastornos psicológicos y psiquiátricos e inclusive un riesgo mayor de 13 tipos de cáncer. También existen riesgos en el desarrollo cognitivo, baja autoestima, estigmatización o socialización deficiente.
Si no hay hábitos de vida saludables, la OMS alerta que hay un riesgo de muerte mayor entre un 20 % y un 30 % en comparación con las personas que sí alcanzan este nivel de ejercicios. Lo que es preocupante debido a la alta cifra del diagnóstico en esta población: 1 de cada 4 niños entre los 5 a 12 años presenta exceso de peso, es decir, alrededor de 41 millones de niños y niñas en todo el mundo.
¿Cómo controlar el peso en los niños y jóvenes? La principal causa del sobrepeso y la obesidad en ellos son los malos hábitos principalmente en la alimentación, como lo explica Nelly Castillejo Padilla, docente de Nutrición y Dietética de la Universidad CES.
“Desde que son bebés es importante que las madres alimenten a sus hijos con leche materna por encima de la fórmula, ya que muchas de ellas contienen azúcar y muchas calorías y eso podría predecir más adelante un sobrepeso”.
A medida que el bebé crece, se espera que su alimentación esté balanceada y que sea un bebé activo, que gatee, luego cuando sea capaz de caminar, que quiera explorar el mundo y no se quede en su habitación solamente viendo series, películas o jugando videojuegos. Esto es peligroso, porque a mayor calorías consumidas y menor movimiento, aumentan los riesgos de estas múltiples enfermedades.
Adicción en la infancia
Durante los primeros cinco años de vida es más fácil para el cerebro desencadenar una adicción, cuenta la nutricionista Castillejo Padilla. Esto hace que resulte tan peligroso que los niños se acostumbren a la comida chatarra.
“Los niños se van volviendo selectivos, les dicen a sus padres que tienen hambre pero de helado o chucherías y no de comida real. Puede que incluso no les gusten las verduras porque su familia no les enseña a consumir este tipo de alimentos desde pequeños. En las consultas, algunos padres dicen que a sus hijos no les gustan las frutas o las verduras pero hay una gran variedad de ellas por explorar, es imposible que entre tantas opciones no haya alguna que les guste y este tipo de alimentos son muy beneficiosos”, dice la nutricionista Nelly.
Los síntomas de un niño con obesidad son: acumulación de grasa abdominal o en la espalda, dolor de tobillos o de rodillas; en la sangre los niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa aumentan; fatiga diurna y somnolencia que afecta la rutina escolar, problemas de atención, entre otros.
Situación en Colombia
En el país casi el 25 % de niños tiene sobrepreso y el 18 % de los adolescentes tienen riesgo de sobrepeso y obesidad, según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional.
En un artículo de la Pontificia Universidad Javeriana, Gilma Olaya, directora del Departamento de Nutrición y Bioquímica, explica que estas cifras demuestran que en Colombia nos enfrentamos a un problema muy serio porque “estamos programando la enfermedad, y el niño que es obeso tiene un mayor riesgo de serlo de adulto también”.
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Por supuesto que la cultura alimentaria en el país influye en la obesidad de los niños, al igual que el estilo de vida de los padres sedentarios. Una mezcla de ambos se conoce como entornos obesogénicos, que es cuando los cuidadores influyen en el aumento de peso de niños y jóvenes.
“En Colombia, por ejemplo, en la mayoría de familias prevalece la cultura alimentaria alta en grasas, comida ultraprocesada, dulces, consumo de bebidas azucaradas y desafortunadamente también se consume licor desde edades tempranas que favorece el exceso de calorías”, agrega Nelly.
Es momento para que desde la infancia se comiencen a promover hábitos de vida saludables, niños que crezcan con la costumbre de hacer ejercicio y comer bien. Así habrá adultos más saludables en el futuro.
¿Cómo prevenir la obesidad infantil?
Lo primero es evitar que niños y jóvenes crezcan en entornos obesogénicos (aquellos que promueven el sedentarismo y una mala alimentación). Según la nutricionista Nelly Castillejo Padilla se debe introducir al niño desde edades tempranas al consumo de frutas y verduras y si parecen no gustarles, se debe probar con varias de ellas, que el niño explore, ya que la oferta de estos alimentos es muy diversa.
Por otro lado, la pediatra endocrinóloga Nora Alejandra Zuluaga aconseja que los niños y jóvenes aumenten su consumo de agua, comer mínimo cinco frutas y verduras al día, disminuir el consumo de alimentos ultraprocesados y con alto contenido en azúcar, aumentar la actividad física —mínimo una hora al día— y mejorar el patrón del sueño.
Que los niños y jóvenes duerman temprano y tengan horarios establecidos. Por último, el trabajo principal está en la educación y en promover hábitos de vida saludables.