En el carro, bien concentrado
Según datos de la OMS, el mayor porcentaje de accidentes viales lo desencadena el factor humano. Recomendaciones.
Con los avances tecnológicos en distintos campos, la seguridad vial ha caminado a pasos agigantados en los últimos 50 años. Desde la concepción de las vías hasta los modernos sistemas de seguridad que monitorean permanente el comportamiento de un vehículo se ha contribuido a bajar el número de personas lesionadas o fallecidas en eventos de tránsito. Pero, ¿y el factor humano?
El 90 % de los accidentes tienen que ver con el comportamiento de quienes manejan, bien sea por imprudencias motivadas por el exceso de confianza o por estrés al volante, que deriva en un 40 % de las causas por exceso de velocidad y un 30 % por no respetar las normas y señales de tránsito, alertan desde la Agencia Nacional de Seguridad Vial de Colombia.
Los conductores que usan el teléfono móvil y las pantallas multimedia mientras conducen tienen cuatro veces más probabilidades de verse involucrados en un accidente, que los conductores que no lo hacen, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Además explican que el uso del teléfono móvil y las pantallas durante la conducción reduce la velocidad de reacción (especialmente para frenar, pero también ante las señales de tránsito), y hace más difícil mantenerse en el carril correcto y guardar las distancias.
Y las cifras siguen: la circulación con estrés provoca una reducción de la concentración del 12 %, que supone un aumento del tiempo para la toma de decisiones. Esto es vital, especialmente en una situación de riesgo, a la hora de frenar ante un imprevisto o evitar un posible accidente, de acuerdo con datos de la dirección general de tráfico de España. También cambia la percepción del nivel de riesgo. La aversión al riesgo es menor, aumentando un 28 % el riesgo de sufrir un accidente.
¿Cómo se solucionan estos problemas de tajo? Con conciencia plena, con atención constante. Es lo que lo que los antiguos hindúes llamaban vipassana, o ver las cosas tal como son y que la neurociencia moderna ha recogid bajo el nombre de mindfulness.
“Estar siempre atento a lo que se hace, sin juzgar, sin apegarse y sin rechazar lo que se está viviendo son los principios de la atención plena, que es la traducción de mindfulness. Es también la capacidad de controlar las emociones, los pensamientos, las sensaciones corporales, el ambiente, en fin, de no distraerse en lo que no se puede manejar, lo cual libera del estrés, de la depresión, la impaciencia y la ansiedad, logrando una sensación de bienestar”, dice el médico Joaquín Narváez.
Mientras maneja
Estas técnicas que promueven la inteligencia emocional pueden aplicarse tanto para situaciones cotidianas de la vida como para un acto que implica riesgos y atención plena como la conducción de vehículos. “Hay un síndrome muy común entre los conductores, se llama manejar con el piloto automático, y es que los pensamientos se abstraen del acto de manejar y este pasa a un segundo plano, quedamos como se dice “volando por instrumentos” durante unos minutos y solo cuando llegamos a nuestro destino nos damos cuenta de que no recordamos nada de lo que sucedió en el camino, en otras palabras, no supimos ni cómo llegamos a donde íbamos”, dice la sicóloga Alexandra Flórez.
Regla para todos
No es un misterio que los viandantes que no van en un auto, como peatones, ciclistas y motociclistas, también deben hacer su parte para evitar incidentes en las calles. “Ellos leen el celular, se distraen con la música de los audífonos, hablan con otras personas o van como decimos ‘elevados’, y son objetos en movimiento que pueden causar problemas porque el acto de caminar o desplazarse lo hacen de manera inconsciente. Ellos, por su vulnerabilidad, sí que son llamados a tener atención plena, mindfulness ”, dice la sicóloga.
Además, añade: “La percepción del riesgo tiene que subir cuando se sale a la calle. El hecho de caminar o de conducir ya implica peligros y si no se tiene la cabeza puesta 100 % en esas tareas aumenta el factor de vulnerabilidad. Primero lo primero, siempre habrá tiempo para pensar en otras cosas una vez se llegue al destino, eso está comprobado siempre”