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Autoinmunes: otro riesgo del aire contaminado

La polución aumenta riesgo de enfermedades autoinmunes sistémicas, como el lupus eritematoso y la artritis reumatoide.

20 de abril de 2016

Alergias, problemas respiratorios, afecciones cutáneas, condiciones patológicas que puede generar la contaminación del aire, como la que sufrió el Valle de Aburrá durante varias semanas.

Pero no son las únicas afectaciones. Y aunque muchas de las secuelas de la polución aérea sobrevienen con el tiempo, hay que tenerlas presentes en el momento de evaluar la situación.

“La contaminación ambiental, la exposición a químicos (pesticidas), las infecciones, la exposición al sílice, el tabaquismo, y/o los niveles bajos de vitamina D son factores que también se asocian a un mayor riesgo para el desarrollo de enfermedades autoinmunes sistémicas tales como el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoide o las vasculitis sistémicas entre otras”, afirma el investigador José A. Gómez Puerta, del Grupo de Inmunología Celular e Inmunogenética de la Universidad de Antioquia.

No solo son aquellas enfermedades, pueden ser otras autoinmunes también.

Desarrollo

¿Cómo se desarrollan? El investigador explica que “la exposición continuada a un factor exógeno puede favorecer una respuesta autoinmune. Quiere decir que nuestro sistema inmunológico, que habitualmente está preparado para exposición a infecciones, comienza a desarrollar una respuesta a factores externos. En personas con predisposición genética a desarrollar dichas enfermedades, la exposición continua puede ser el desencadenante a la aparición de signos o síntomas de enfermedades autoinmunes”.

En el país no se han hecho estudios sobre el tema, pero sí en otros países. Entre otras porque no son estudios sencillos: requieren de múltiples mediciones y de la valoración de otros factores coadyuvantes (tabaquismo, exposición laboral a pesticidas, sílice, asbesto, etc) que pueden potenciar los efectos de la contaminación sobre la aparición de enfermedades autoinmunes.

Pero investigaciones de la Universidad de Harvard, del Instituto Karolinska en Suecia y del Instituto de Salud Pública de Canadá “han demostrado una clara asociación entre diversos factores medioambientales (la exposición a micropartículas, el tabaquismo, o residir cerca a grandes núcleos urbanos) con un mayor riesgo de enfermedades autoinmunes sistémicas”.

Presentes

Las autoinmunes no son extrañas acá. “Nuestra población mayoritariamente mestiza o afro-colombiana suele tener formas mas agresivas de dichas enfermedades y de forma no infrecuente familiares de primer o segundo grado con otros trastornos autoinmunes asociados”.

Existen enfermedades autoinmunes organoespecíficas y sistémicas. Entre las organoespecíficas las más comunes serían la tiroiditis autoinmune, diabetes mellitus tipo 1 y vitíligo. “Entre las sistémicas destacaría la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, el síndrome de sjögren y las vasculitis sistémicas”.