Allá arriba, en las alturas, hay otro hábitat posible: el dosel arbóreo
Se trata de la parte más alta de los bosques, la cual alberga una gran variedad de especies y de plantas que todavía no se han estudiado a fondo en el país.
Periodista de medio ambiente de EL COLOMBIANO. En sus ratos libres se dedica a la lectura, al quehacer dibujístico y a la maternidad de gatos.
Este jueves 21 de marzo se celebró en todo el mundo el Día Internacional de los Bosques, una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2012, con el fin de crear conciencia sobre estos ecosistemas que concentran más de la mitad de la biodiversidad del planeta. Según el mismo organismo, anualmente se pierden 10 millones de hectáreas debido a la desaparición de bosques y aproximadamente 70 millones de hectáreas debido a los incendios. En consecuencia, es indispensable hacer un llamado a todos los actores sociales para crear sistemas de alerta temprana y para la producción sostenible de materias primas.
Asimismo, “es necesario un empoderamiento de los pueblos indígenas, que son los guardianes de gran parte de los bosques aún intactos en el mundo, mediante la cartografía de las tierras y acceso a una financiación climática, lo que contribuirá a preservar su función crucial en la conservación de la biodiversidad y la fijación de carbono”, dice la ONU.
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Por eso hoy queremos presentarles una parte fundamental de los bosques del mundo entero, partiendo, sobre todo, del hecho irrefutable de que no se ama, no se protege y no se conserva lo que no se conoce.
Para ello, imagine primero que está parado en el centro de un bosque maduro. Desde donde usted está puede ver cómo el suelo le empolva los zapatos. Si mira alrededor, con atención, descubre una gran variedad de tonos marrones y verdáceos y las texturas leñosas de los tallos de los árboles. Entonces, mira hacia arriba, siguiendo esos tallos, hasta que en algún punto nota que se han convertido en diminutas líneas rectas, cada vez más delgadas, más pequeñas, cada vez menos perceptibles entre sus follajes, los cuales, por supuesto, parecen estar más fuera de su alcance que el mundo mismo.
Y es justo allí, donde usted ni siquiera alcanza a ver, que está el dosel.
Es decir, el dosel, tal y como lo explica la revista de educación científica, Ecología Verde, es el estrato superior de un bosque o una selva formado por ramas y hojas donde las copas de los árboles se entrelazan y forman un ecosistema único fundamental que contribuye al ciclo del agua, evita la erosión del suelo y las inundaciones, constituye un hábitat propicio para numerosas especies de plantas y animales, interviene en la mitigación y adaptación del cambio climático y mejora la calidad del aire, entre otras numerosas funciones.
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Sin embargo, lo que se conoce actualmente sobre este hábitat constituye tan solo el 10% de toda la información que se puede obtener de él, especialmente en Colombia, en donde, pocas veces —por no decir “casi ninguna”— se han destinado recursos a investigaciones que den cuenta de los procesos ecológicos y fisiológicos que justo allí suceden.
Por eso, en el 2021, desde esa perspectiva de desconocimiento y de los limitados que pueden ser los recursos para trepar árboles de 20, 30 y hasta 50 metros o más de altura —teniendo en cuenta que según un estudio de mapeo del dosel forestal del planeta, a cargo de la Nasa, que fue publicado en el 2020, determinó que los bosques más altos están alrededor del ecuador en la Amazonía, África central e Indonesia— un grupo de amigos y de colegas científicos consolidó la plataforma Red Dosel Colombia, con el fin de que todos los interesados pudieran llegar con la intención de hacer estudios sobre el tema y se creara una red colaborativa entre diferentes entidades que lo hicieran posible, y de ese modo generar conocimiento sobre el estado biológico del dosel y así poder tomar medidas para su protección y conservación.
La estructura del dosel
En la actualidad, por ejemplo, se sabe que la estructura del dosel arbóreo se caracteriza por la disposición estratificada de las copas de los árboles, es decir, algunos forman un techo continuo sobre el dosel inferior, mientras que otros, los más altos, desarrollan una sinergia de copas y de ramas extensas que se entrelazan, creando una especie de coraza que filtra la luz solar y que regula la temperatura y la humedad del bosque, por medio de un proceso llamado evapotranspiración, que es el fenómeno “por el que parte del agua pasa a la atmósfera por evaporación directa del agua del suelo y por transpiración de las plantas”, es la definición que le da al término la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Aunque, bueno, tal y como explica Luis Felipe Barrera Rodríguez, director técnico y de proyectos de la Fundación Alianza Natural Colombia, “esa estructura depende mucho del tipo de bosque, no obstante, en todos los doseles se dan las mismas dinámicas o al menos muy parecidas: se crean diferentes microhábitats que abren la posibilidad a que cientos de especies vivan e interactúen allí”.
Los animales
Entonces, así como hay animales que están en el suelo y a los cuales usted se puede encontrar en los bosques o jardines cuando sale a caminar, hay algo más interesante aún: en el dosel hay animales que, al parecer se han adaptado a la conectividad que este les ofrece y se han alojado allí definitivamente, como es el caso de algunos gusanos, ranas, osos hormigueros, primates y puercoespines, entre otros.
“Hay muchos animales que usan las plantas que están en el dosel para reproducirse, una de ellas es un tipo de rana venenosa que deposita sus renacuajos en las bromelias que se encuentran en ese lugar. En ese mismo sentido sabemos que hay muchas especies de aves, como el águila arpía, que son grandes depredadores, que anidan allí. Esos microhábitats son necesarios para la descendencia exitosa de todos ellos, y aunque en este momento no tenemos el número exacto y la caracterización de los animales presentes en el dosel, sabemos que son muchísimos”, anota Eliana Barona Cortés, investigadora de la colección de sonidos del Instituto Humboldt, quien, amparada por su lugar de trabajo, se unió a la Red Dosel Colombia para estudiar el tema de la acústica ecosistémica de ese hábitat, a través de métodos pasivos.
“Métodos pasivos” le llaman al hecho de dejar cámaras trampa y grabadores de sonido para luego poder hacer monitoreo de todo lo captado, y que son los que permiten acceder a información desconocida de, en este caso, el dosel, que está repleto de una comunidad de insectos, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, que lo componen y que a menudo juegan un papel importante en el funcionamiento del bosque, como lo reseña el proyecto Dosel en las nubes, una iniciativa similar a la que se está haciendo en Colombia, pero en Costa Rica. Y esto porque, por solo nombrar un caso, muchas plantas dependen de las aves y mamíferos que se alimentan de sus frutos y dispersan sus semillas.
Así que además, de conocer las especies de animales específicas, es probable que con las cámara trampa instaladas se encuentren nuevas especies para la ciencia, como ocurrió en Perú, donde, “descubrieron 43 especies de hormigas en un solo árbol del bosque, una cifra superior a todas las que se conocen en Inglaterra”, como lo reseñó Fernando Fernández, biólogo y mirmecólogo colombiano.
La investigación, en este aspecto, cuenta Eliana, arrojará los resultados preliminares a finales de 2024.
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Las plantas
Bueno, no solo de animales está habitado el dosel arbóreo, también hay árboles, lógicamente, que son los que conforman su estructura primaria, y hay muchos grupos especializados de flora que viven y se desarrollan en esos mismos árboles, entre los que se “incluyen las plantas trepadoras, epífitas, hemi-epífitas, y hemi-parásitas”, comentan en Dosel en las nubes.
“En los bosques tropicales nubosos de montaña las trepadoras pueden ser enredaderas, lianas, o palmas; las epífitas pueden ser bromelias, orquídeas, musgos, líquenes y helechos; las hemi-epífitas incluyen a los famosos higuerones estranguladores; mientras que de las plantas hemi-parásitas las más famosas son el matapalo verdadero o muérdago”.
O sea, hay tanta variedad, que aunque no existen estimaciones precisas, los científicos calculan que las plantas del dosel en la mayoría de bosques, llegan a los miles.
Importancia del dosel arbóreo
A lo largo de todo el artículo se han dado luces sobre la importancia del dosel arbóreo, y aun así, vale la pena profundizar en ella.
Para empezar, esta tiene qué ver con una de sus principales funciones en contribuir al ciclo del agua, pues las especies leñosas en él presente tienen un papel vital en el ciclo hidrológico, ya que “a través de la evapotranspiración, liberan vapor de agua a la atmósfera, contribuyendo a la formación de nubes y al ciclo de precipitaciones. Este proceso es esencial para mantener los patrones climáticos y la disponibilidad de agua en las cuencas hidrográficas”, puede leerse en Ecología verde.
También previene la erosión del suelo y las inundaciones, anota Eliana, la investigadora del Instituto Humboldt, ya que al consolidarse como un techo, este reduce el impacto de las gotas de agua en el suelo, que muchas veces llegan cargadas de minerales, e incrementa la infiltración y retención del agua controlando la escorrentía (agua de lluvia que discurre por de un terreno). “Adicional a esto el dosel mantiene la humedad necesaria para el crecimiento de muchas especies fúngicas o vegetales, y por ende para la supervivencia de muchas especies animales”, pues al retener la radiación solar evita que el suelo se caliente rápido y que la evaporación sea veloz.
Por otro lado, el dosel mejora la calidad del aire ya que todas las especies vegetales que allí habitan absorben contaminantes atmosféricos e interviene en la mitigación y la adaptación del cambio climático debido a que capturan dióxido de carbono y a que funciona como barrera ante los cambios climáticos atmosféricos.
A lo que se le suma que es un refugio de biodiversidad, o mejor dicho, “un reservorio de vida”, como dice Luis Felipe, el investigador de la Fundación Alianza Natural Colombia, “el dosel es una estructura tridimensional, llena de una gran diversidad de seres vivos que encuentran justo allí condiciones óptimas para reproducirse y sobrevivir, es una locura. Por eso es tan importante investigarlo, pues solo de esa forma se podrán diseñar planes de conservación efectivos”.
Si le interesa sumarse a la Red Dosal Colombia, ingrese a la página www.alianzanatural.org, allí encontrará toda la información al respecto.