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Los humanos pescan en más de la mitad del océano

Flota pesquera mundial explota al menos 55 % de los océanos y un puñado de países se aprovecha de la alta mar.

Flota pesquera mundial explota al menos 55 % de los océanos y un puñado de países se aprovecha de la alta mar.

12 de marzo de 2018

Al menos 55 % de los océanos del planeta, cuatro veces el área cubierta por agricultura, o unos 200 millones de kilómetros cuadrados, son explotados por la pesca cada año.

El porcentaje podría ser de hasta 75 %, reveló un amplio estudio sobre la explotación de los mares, que cubrió registros de 70.000 buques pesqueros que en 2016 se desplazaron por 460 millones de kilómetros, algo así como ir y volver de la Luna 600 veces.

Los científicos de la Universidad de California en Santa Bárbara, Global Fishing Watch, National Geographic Society’s Pristine Sea project, Dalhousie University, SkyTruth, Google y Stanford University documentaron la extensión de la pesca mundial en un estudio publicado en Science.

Pudieron identificar qué tipo de pesca hacen los barcos, determinando que la realizada con palangre (una larga cuerda con anzuelos puestos a intervalos) es la más usada, en 45 % de los océanos, mientras que los buques con grandes redes representan el 17 % y los barcos de arrastre el 9 %.

“Pienso que la mayoría de las personas se sorprenderán porque hasta ahora no sabíamos dónde se realizaba la pesca”, dijo Christopher Costello, de la UCSB, coautor.

La agricultura, la silvicultura y la pesca, recordaron los autores, son las principales actividades con las que las personas se apropian de la producción primaria del planeta y modifican los ecosistemas. Y el alcance de la pesca marina global no se había estudiado.

Los datos tienen una resolución cientos de veces mayor a sondeos anteriores y se estima que el área donde se pesca es más del 55 % dado que hay zonas con poco cubrimiento satelital o zonas económicas exclusivas con pocos buques usando el Sistema Automático de Identificación.

Este sistema fue diseñado para evitar la colisión entre embarcaciones informando de barcos cercanos, su identidad, posición, velocidad, una información disponible vía satélite, y es un mandato de la Organización Marítima Internacional para los buques de 300 o más toneladas y para todos los de pasajeros independiente del tamaño.

Con el SAI identificaron seis clases de buques pesqueros y seis de no pesqueros, con una precisión de 95 %.

El equipo analizó 22.000 millones de mensajes de los barcos emitidos entre 2012 y 2016, identificando más de 70.000 barcos pesqueros comerciales, sus tamaños y motores, el tipo de pesca y cuándo y dónde pescaban.

Parecieran pocos barcos para una flota global de 2,9 millones de buques pesqueros motorizados, pero incluye 50 a 75 % de los de más de 24 metros y 75 % de los más grandes de 36 metros, el tamaño con el cual están obligados a transmitir señales del SAI.

Patrones

Como no se observaron regiones con cubrimiento satelital deficiente o zonas exclusivas, si se asume que son áreas con mucha pesca, sería 73 % de los océanos explotados en 2016.

Ese año se observaron más de 40 millones de horas de pesca por barcos que consumieron 19.000 millones de kilovatio/hora de energía.

Y aunque la mayor parte de la flota pescaba predominantemente dentro de sus propias zonas exclusivas, cinco países se están apropiando de alta mar: China, España, Taiwán, Japón y Corea del Sur representan 85 % de la pesca en esas áreas.

La actividad pesquera parece influida, además, por fiestas y celebraciones nacionales. “Esta base de datos tiene tan alta resolución de la actividad pesquera que podemos ver patrones culturales, como cuándo descansan los pescadores de las diferentes regiones”, según Juan Mayorga, coautor, investigador del Sustainable Fisheries Group.

La pesca responde más a esas situaciones culturales y políticas que a los ciclos naturales como las migraciones de los peces o la producción marina, explicó Costello.

La flota de China, por ejemplo, la más grande del mundo, reduce actividad alrededor del nuevo año chino, comparable al nivel visto cuando el gobierno establece vedas estacionales.

En Europa y Norteamérica se nota una disminución de las actividades pesqueras durante las vacaciones y los fines de semana.

No se encontró una disminución cuando el precio de los combustibles aumenta, pero cuando hubo presencia de El Niño en 2015 y la temperatura superficial del mar subió, los barcos del océano Índico se tenían que desplazar unos 90 kilómetros. Al subir 10 % el diesel, la pesca solo se redujo 0,6 %.

De todo este trabajo surgió un mapa interactivo, de libre consulta, que muestra una imagen casi en tiempo real de los patrones de pesca de barcos y flotas.

“Al hacer públicos los datos, damos a los gobiernos, órganos de manejo e investigadores la información requerida para tomar decisiones transparentes y bien informadas para regular mejor la pesca y alcanzar objetivos de conservación y sostenibilidad”, expresó Mayorga.

Un estudio que revela que la huella de la pesca es mayor a la de esas otras formas de producción de alimentos, aunque la captura de peces representa solo 1,2 % de la producción global de calorías para consumo humano.