Tecnología

Perseverance: un paso para que un día lleguen los humanos

Es un sueño: que el hombre llegue al planeta rojo. Si bien hay que tener paciencia, el trabajo ya empezó.

26 de febrero de 2021

Hace 52 años se enviaron las primeras personas a la Luna para recoger muestras físicas. “Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”, dijo el astronauta norteamericano Neil Armstrong al poner su pie izquierdo sobre la superficie lunar. Las misiones Apolo ayudaron, por ejemplo, a entender el origen del sistema solar.

Desde entonces no han parado las exploraciones espaciales con sondas y robots que han permitido avances científicos y tecnológicos para tratar de comprender el lugar del ser humano en el universo y su propio origen.

Con la llegada del rover Perserverance a Marte el pasado 18 de febrero se abrió otra puerta para la ciencia: descubrir la posibilidad que existe para que los seres humanos puedan algún día pisar suelo marciano. Este vehículo autónomo (primera vez que se envía una tecnología de estas a otro planeta) tiene además entre sus misiones identificar si allí hubo vida en el pasado. Un desafío. El día que eso se descubra, es decir, que hay vida por fuera del planeta Tierra (por ejemplo, en Marte), seguramente cambiará la visión de los seres humanos porque daría respuesta a la pregunta que intriga a la humanidad desde hace siglos: ¿los humanos son únicos en el universo?

Pero descubrirlo o llegar a Marte es un proceso que lleva tiempo y cuesta dinero. El Perseverance es un paso importante en ese objetivo. “La mayor parte de la atmósfera del planeta rojo está compuesta por dióxido de carbono y uno de los objetivos de la misión es tratar de adecuar el ambiente para futuras misiones humanas, obtener oxígeno a partir de algo que ya esté disponible en Marte sería extremadamente importante”, dice Zusi Eil González, astrónoma del Observatorio Astronómico del ITM.

Precisamente, el instrumento con el que se realizará este experimento se llama Moxie, una pila de combustible de alta temperatura que tratará por medio del proceso “electrólisis del oxígeno sólido” obtener el dióxido de carbono del planeta rojo y convertirlo en oxígeno, fundamental para los humanos. De lograrlo, resolvería uno de los principales obstáculos que impiden la presencia en ese planeta de una misión tripulada: poder respirar.

Nada fácil

Juan Diego Soler, investigador en astrofísica del Instituto Max Planck de Astronomía en Alemania, explica que solo el 40 % de los módulos lanzados para aterrizar en Marte han sido exitosos, comenzando por el impacto de la sonda Soviética Mars I en 1962. Desde entonces van 16 misiones (incluida la Mars 2020) que lo han intentado.

“La llegada del Perserverance abre las siguientes décadas de exploración de este planeta que en términos relativos tiene 200 millones de kilómetros de distancia con la Tierra, una distancia tan larga que a un carro le tomaría más de 250 años en hacer el recorrido desde la Tierra hasta Marte (si se pudiera)”.

También señala que en este momento no existe ningún vehículo espacial que haya ido más allá de la Estación Espacial Internacional, “entonces cuando comienzan a haber esas pruebas ya uno puede anticiparse al desarrollo del vehículo. Las exploraciones espaciales son importantes porque es una necesidad humana, permite expandirnos como especie y no excluye otras actividades” e investigaciones.

Y el trabajo es continuo, si bien se verá en el futuro. Miguel Vásquez, astrónomo del Planetario de Medellín, señala que en aproximadamente diez años se plantea la posibilidad de enviar a Marte la primera misión tripulada. “Artemisa es el nombre y para esta exploración la idea es que la primera persona que toque la superficie sea una mujer, esto posiblemente ocurra en 2030. La atmósfera de Marte es muy delgada, es casi 200 veces menos pesada que la de la Tierra”.

¿No parecen muchos años, verdad? Para que el ser humano pueda algún día pisar Marte, Vásquez insiste en que se necesitan los avances tecnológicos y científicos, pero también “la ayuda de los Gobiernos, que se brinden los recursos a las entidades como la Nasa, la tecnología, las ideas y las ganas están, se necesita es el apoyo para que suceda”.

Otros factores que influyen y deben resolverse antes de enviar una misión con seres humanos son, según la astrónoma González, “cómo protegerse del frío y de la radiación, los retos mentales, entre otros, pensaría que pueda ocurrir quizá en la década de 2040”. Así que las fechas no son concretas: algunos especialistas creen que antes, otros después. Lo importante es que el trabajo es desde ya y el interés es cada vez mayor: Elon Musk, dueño de los cohetes SpaceX, promete llevar pasajeros en 2026, mientras que Amazon lanzó la idea de algún día poder crear colonias flotantes sobre el planeta rojo, aunque no dio fecha.

Trabajo en el presente

Por ahora las investigaciones apuntan a saber más de ese planeta. Por ejemplo, “en Marte se intenta entender su atmósfera que es bien tenue, la perdió con el viento solar hace miles de millones de años, la composición del suelo que es donde se pueden encontrar las posibles señales de vida y lo que existe debajo de esa superficie porque parte de sus misterios es que no tiene campo magnético”, explica el investigador Soler. Haciendo una comparación, el campo magnético de la Tierra es cien veces más débil que el del imán de una nevera, pero fue suficiente para proteger a los seres humanos del viento solar. El campo magnético de Marte es mucho más débil y no logró proteger su atmósfera.

Y en ese conocer más, “durante los próximos dos años se harán pruebas en el sitio donde aterrizó la sonda, la misión está especializada en el análisis geológico a partir de la observación del suelo en múltiples frecuencias para determinar su composición, la extracción de muestras que eventualmente serán retornadas a la Tierra y el estudio del lecho del lago que probablemente tuvo agua hace 3.500 años”.

Para realizar este procedimiento, el Perserverance cuenta con una especie de helicóptero o dron llamado Ingenuity (pesa lo mismo que un computador portátil) que hará barridos de suelo en distintas frecuencias y longitudes de onda de luz para aprender la composición e intentar encontrar el cráter Jezero (45 kilómetros de ancho), donde posiblemente fluyó un río hacia un cuerpo de agua del tamaño del lago Tahoe en California (Estados Unidos).

“En caso de lograr operar y elevar el helicóptero, este hito se convertirá en el primer vuelo propulsado en otro planeta. Durante el próximo mes, aproximadamente, Ingenuity seguirá almacenado en el interior del rover donde tiene un compartimiento en el que ha estado durante todo el viaje. Ya se recibió una señal indicando que el helicóptero está bien”, precisa González.

Sobre el rover, este caracterizará la geología y el clima, y almacenará las muestras que regresarán a la Tierra para analizar en laboratorios. Pablo Cuartas, profesor de Astronomía y Ciencias Planetarias en la Universidad de Antioquia, explica que robot con Inteligencia Artificial hace el trabajo de un biólogo o un geólogo, pero no superan la capacidad de análisis y resolución de problemas del ser humano.

“La Nasa diseña un laboratorio astrobiológico móvil que lleva aparatos para hacer experimentos meteorológicos, biológicos y geológicos, tiene unas ruedas porque también se quiere ingresar a cráteres y romper rocas”.

El Perseverance está compuesto por 23 cámaras (muchas más que cualquier otra misión interplanetaria en la historia), cuatro aspas de fibra de carbono especialmente diseñadas, innovadoras células solares, baterías y tres chips de silicio con los nombres de casi 11 millones de personas que se inscribieron a través de internet manifestando su deseo de hacer parte de este viaje.

Primeros resultados

Los mensajes que envía este robot a la Tierra se demoran entre 10 y 40 minutos debido a que llegan a través de ondas electromagnéticas. Y ya empezó a dar resultados importantes para los científicos.

El primer video de un aterrizaje en Marte lo consiguió el pasado 22 de febrero, dura 3 minutos y 25 segundos y muestra el momento en que se desplegó el paracaídas para ralentizar su aproximación a la superficie que se ve de color marrón, no muy distinta a un desierto rocoso. La Nasa también divulgó el primer audio de Marte captado por Perseverance: un leve sonido de viento.

“Esta misión se hace en nombre de la humanidad, gente de todo el mundo está tratando de entender si hubo o no vida en Marte”, puntualiza el profesor Cuartas. Estas exploraciones seguirán tratando de resolver cuándo estaremos preparados para ver humanos pisando suelo marciano.

¿Y en qué más se trabaja?

La misión tripulada a Marte es un sueño que todavía no se ha podido realizar porque la fisiología humana no está diseñada para vivir en el espacio, no soporta los altos niveles de radiación y presión atmosférica. Así que la Estación Espacial Internacional es un laboratorio de preparación para las misiones tripuladas de larga duración, como lo sería una al planeta rojo, allí se estudia ingeniería de materiales, genética y cómo el cuerpo humano se adapta a vivir en el espacio.

Y hay más. Marte es el planeta con más satélites artificiales después de la Tierra, hay unos de observación, otros de comunicación y otros que están estudiando el suelo, las rocas, el clima. Mientras tanto, los científicos en la Tierra reciben la información sobre la composición de la atmósfera y el terreno, analizan la probabilidad que exista algún animal para estudiarlo y los movimientos de los robots o satélites para que funcionen correctamente.

Las dos misiones más recientes que llegaron a Marte son la Tianwen-1 de China que entró a la órbita el pasado 10 de febrero (lleva un vehículo que se espera esté en la superficie en mayo) y la sonda Hope de Emiratos Árabes Unidos que se dedicará a estudiar la atmósfera (alcanzó la órbita marciana el 9 de febrero).

Así que ir a Marte es un sueño, en el que se trabaja desde ya. El Perseverance es un ejemplo