Ciencia

Dejar de fumar despierta células sanas que ayudan a regenerar el pulmón

31 de enero de 2020

Al dejar de fumar se frenaría el daño en los pulmones y ayudaría a que las células sanas empiecen la regeneración de las vías respiratorias, concluyeron investigadores británicos en un reciente estudio.

Este cambio en la proporción de células sanas y células dañadas ayudaría a proteger contra el cáncer.

Esta es la principal conclusión de un estudio publicado en el último número de la revista Nature, dirigido por expertos del Instituto Wellcome Sanger y de la Universidad College London.

Peter Campbell, del Wellcome Sanger, relata que “la gente que ha fumado mucho durante 30, 40 o más años a menudo dice que es demasiado tarde para dejar de fumar, que el daño ya está hecho”.

“Lo que es emocionante de nuestro estudio es que demuestra que nunca es demasiado tarde para dejar de fumar”. Incluso fumando más de 15.000 paquetes de cigarrillos a lo largo de la vida, “a los pocos años de dejarlo muchas de las células que recubren las vías respiratorias no muestran ninguna evidencia de daño por el tabaco”.

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Y es que, los investigadores han comprobado que, en comparación con las personas que todavía son fumadoras, aquellas que han dejado el tabaco tienen más células pulmonares genéticamente sanas y, por lo tanto, tienen un riesgo mucho menor a desarrollar cáncer.

Estos resultados destacan los beneficios de dejar de fumar definitivamente a cualquier edad, según una nota de prensa de la organización Cancer Research UK, que financia este trabajo.

Fumar daña el ADN y aumenta enormemente el riesgo de cáncer de pulmón, insisten los investigadores, que recuerdan que este daño al ADN de las células que recubren los pulmones crea errores genéticos.

Alteraciones

Algunos de estos daños son “mutaciones conductoras”, que son cambios que dan a la célula una ventaja de crecimiento; eventualmente una acumulación de estas mutaciones puede provocar que las células se dividan de manera incontrolada y se vuelvan cancerosas.

Sin embargo, cuando alguien deja de fumar, evita la mayor parte del riesgo posterior de cáncer de pulmón.

Para llegar a sus conclusiones, los investigadores analizaron las células epiteliales bronquiales de 16 personas: tres niños, cuatro no fumadores, seis exfumadores y tres fumadores, y después secuenciaron el ADN de 632 células individuales para observar el patrón de cambios genéticos en las células pulmonares no cancerosas.

Encontraron que a pesar de no ser cancerosas, 9 de cada 10 células pulmonares de los fumadores actuales tenían hasta 10.000 cambios genéticos adicionales mutaciones en comparación con los no fumadores, unas mutaciones que eran causadas directamente por los químicos del humo del tabaco.

Más de una cuarta parte de estas células dañadas tenían al menos una mutación cancerígena, lo que explica por qué el riesgo de cáncer de pulmón es mucho mayor en las personas que fuman.

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