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Las selfis se incorporan al lenguaje

El impulso de retratarnos tiene historia antigua pero internet y la tecnología le dieron un nombre.

Lectora sin remedio y contadora de historias. En general, diletante. Periodista de El Colombiano.

02 de enero de 2015

¿Quién no se ha tomado una? Como obligación social o por la necesidad de retratar momentos cuando no hay nadie más para disparar la cámara, muchos hemos sucumbido ante la famosa “técnica” fotográfica del selfi.

Por la popularidad de este término y su vertiginosa inserción en el lenguaje en 2014, la Fundación del Español Urgente (Fundéu), institución que se especializa en resolver dudas sobre el uso de la lengua, declaró que selfi (sin e) es la palabra del año.

No es algo nuevo

Se cree que hace 175 años, con un daguerrotipo -una de las primeras técnicas fotográficas que se popularizaron-, y tras 15 minutos de absoluta quietud, el químico Robet Cornelius fue el primero en tomarse una selfi en frente de un espejo.

Pero fue hasta 2002 que en internet se registró oficialmente la palabra, según el diccionario de Oxford que, por cierto, también seleccionó a selfie como la palabra del año en 2013 después de calcular que su uso entre los anglohablantes había crecido en un 17 mil por ciento.

El autor fue un joven australiano en estado de embriaguez que publicó una fotografía de su labio hinchado con el mensaje: “Disculpen el enfoque de la imagen, pero fue un selfi”.

Pero es desde hace unos dos años que la moda de los selfis domina las redes sociales: políticos y artistas famosos las han usado para aumentar su popularidad y hasta el Papa ha mostrado su parte más espontánea posando junto a los feligreses.

Distintos temas y ángulos

Las selfis también se transforman. Han tenido variaciones como #Belfie, un selfi con nalgas incluídas; #BraggieFirstDate, para presumir los lugares visitados; #DonutSelfie, selfi en 36o grados; #FirsDateSelfie, la selfi de la primera cita; entre otras.

Y las selfis no sólo llaman la atención de los seres humanos.

Elfie se nombró a la primera fotografía de este tipo que se tomó un elefante usando la trompa y un mono atrevido, que robó la cámara de un fotógrafo y se autorretrató, generó una gran discusión sobre derechos de autor en Estados Unidos.

Buscando explicaciones

Hasta la ciencia ha tenido que ver con las famosas selfis. Mientras algunos tratan de poner en números la fórmula para lograr el encuadre perfecto, otros han tratado de demostrar que las personas que más publican selfis tienen poco sexo.

Es el caso del científico holandés Christyntjes Van Gallagher, que en un estudio realizado en la Universidad de Wageningen llamado ‘El rodaje de las dificultades y la soledad’, investigó a 800 personas adictas a los selfis en busca de conductas narcisistas. Pero para su sorpresa lo que descubrió fue que el 83% de estas tenía un gran abandono sexual.

Más tecnología y más selfis

Las selfis incluso han generado avances tecnológicos. Los teléfonos inteligentes de gama media y alta desarrollaron cámaras frontales, hay decenas de aplicaciones para optimizar la toma, disparadores inalámbricos especiales y el económico selfi stick, un bastón para tomar selfis, se ha vendido como pan caliente en Amazon y otras tiendas virtuales.

¿Tomarse una selfi será acaso una cuestión de vanidad o es sólo el impulso natural e inconsciente de retratarnos? Cualquiera que sea el motivo de su popularidad y aunque puede estar cargada de ligereza, selfi es la palabra que ganó el reinado este año, por encima de amigovio y superluna .