Columnistas

Una historia que desafía la razón

18 de mayo de 2016

Después de ver la película Risen (Resucitado) en la que cuenta la historia de un centurión romano que busca el cuerpo (supuestamente sin vida) de Jesús, tuve la oportunidad de entrevistar a dos de sus actores: Mario Tardón (quien actuó como San Andrés Apóstol) y Pepe Lorente (San Judas Tadeo).

Dirigida por Kevin Reynolds y protagonizada por Joseph Fiennes esta película se centra en un personaje ficticio: El centurión Clavius, quien fue enviado por Poncio Pilato a resolver el enigma de la desaparición del cuerpo de Jesús tres días después de su muerte. Sin embargo, en esa búsqueda ocurren algunos acontecimientos que marcan profundamente la vida de Clavius, le despiertan una sensibilidad especial y hacen que cambie de rumbo.

A Mario Tardón lo que más le llamó la atención de su personaje, San Andrés apóstol, fue su “ingenuidad y bondad”, así como “su forma de ver la vida, desde el amor más profundo hacia su hermano (Simón Pedro) y hacia Jesucristo, a quien le entregó su vida, convirtiéndose así en el primer grupo de distribuidores de la palabra de Dios”.

“Aquí tuve que interpretar momentos muy felices y positivos como el encuentro con Jesucristo. Esto hizo que me encontrara siempre en un estado muy feliz”, comenta.

Tardón comparte cómo esta película lo acercó más a la persona de Jesús: “Volver a ver ese personaje, tener la suerte de vivir escenas con quien lo interpretaba de una manera magistral (Cliff Curtis) hacían que revitalizaras tu fe y tus creencias”.

Pepe Lorente, por su parte, describió una escena preciosa de Risen en la que los apóstoles aparecen con Jesús resucitado. En ese momento llega Clavius atendiendo el mandato de Pilatos y queda conmovido al ver que el cuerpo que buscaba está vivo y para siempre. Que ni los azotes ni la crucifixión misma pudieron dar fin a la vida de Cristo. Los apóstoles, que parecían derrotados por la muerte de su líder, pasaron a ser los primeros de una fila interminable de personas que, como Clavius, hoy hemos tenido la dicha de conocerlo y la responsabilidad de anunciarlo.

“A veces uno como actor trabaja con un material que lo mueve menos, pero esto (la resurrección de Cristo) es tremendo”, me dijo Pepe Lorente, quien actuó como San Judas Tadeo.

“Tratamos de imaginar que estábamos frente a un hombre que es Cristo. Un Cristo que ilumina, con una compasión tremenda, con apertura de corazón y con una presencia transformadoras”, indica Lorente. “Estábamos muy movidos interiormente, y muy agradecidos y eso lo poníamos en los personajes. Cuando acabamos el rodaje todos cantamos juntos el Aleluya. Los técnicos cantaban desde el sótano. Fue un momento de comunión precioso”.

Es bonito ver que las empresas de cine le siguen apostando a estas historias llenas de valores en las que prima el amor que es capaz de transformar corazones tan duros como el que aparentemente tenía Clavius. Un personaje ficticio, pero a la vez real en la vida de muchas personas que optan por cambiar cuando se encuentran con Jesús y con el mensaje que trae. Porque su amor, que es capaz de vencer la muerte, es una verdad que desafía la razón.