Columnistas

Papa en Egipto, contra la tentación del “faraonismo”

03 de mayo de 2017

De nuevo el Papa Francisco nos sorprendió con una de sus palabras típicas que hacen parte de su vocabulario personal: faraonismo. Una expresión utilizada en su viaje a Egitpo, realizado los días 28 y 29 de abril. Haciendo alusión a la figura histórico – bíblica del Faraón, que quería mantener presos a su servicio a los esclavos israelitas y que no aceptó las peticiones de intercesión de Moisés a favor de su libertad, el Papa le dijo a los religiosos en el Seminario Patriarcal de Maadi de El Cairo que tuvieran cuidado con la tentación del “faraonismo”.

“Es la tentación de sentirse por encima de los demás y de someterlos por vanagloria, de tener la presunción, de dejarse servir en lugar de servir”, dijo el Papa, quien se la jugó toda para viajar a Egipto, aún con los riesgos que esto traía para su seguridad y máxime cuando este viaje se dio después de los atentados ocurridos en dos iglesias coptas ortodoxas el pasado Domingo de Ramos.

Y ante una minoría cristiana afilgida por la muerte violenta de sus hermanos el Papa clamó por una paz duradera y por la unidad de los cristianos en búsqueda de ese bien común. Unidad que se vio reflejada en la firma de la declaración conjunta que hizo con el copto ortodoxo Tawadros II, en la que decretaron que a partir de este momento no se repetirá el bautismo que se ha administrado en cualquiera de las dos iglesias para aquel que desee unirse a la otra.

“Pedimos a Dios nuestro Padre que nos guíe, en los tiempos y por los medios que el Espíritu Santo elija, hacia la plena unidad en el Cuerpo Místico de Cristo”, decía la declaración.

“Coptos ortodoxos y católicos podemos hablar cada vez más esta lengua común de la caridad: antes de comenzar un proyecto para hacer el bien, sería hermoso preguntarnos si podemos hacerlo con nuestros hermanos y hermanas que comparten la fe en Jesús”, dijo Francisco en una visita que realizó al papa copto ortodoxo Tawadros II.

Y hablando de este tema, el Pontífice aseguró que el único extremismo que se permite a los creyentes “es el de la caridad” y que cualquier otro extremismo “no viene de Dios y no le agrada”, dijo en el Estadio Air Defence de El Cairo.

“La historia no perdona a los que proclaman la justicia y en cambio practican la injusticia”, dijo el Papa en el encuentro con las autoridades egipcias en el hotel Al Masah, de la capital egipcia. “No perdona a los que hablan de igualdad y desechan a los diferentes. Tenemos el deber de quitar la máscara a los vendedores de ilusiones sobre el más allá, que predican el odio para robar a los sencillos su vida y su derecho a vivir con dignidad, transformándolos en leña para el fuego y privándolos de la capacidad de elegir con libertad y de creer con responsabilidad”.

En síntesis, el Papa dijo que la caridad supera el “faraonismo”. Sus palabras también tuvieron eco en varios musulmanes y en muchos hombres y mujeres que acogieron el mensaje de Francisco, quien dijo que el mejor antídoto para ese veneno es la frase del Evangelio: “Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” (Mc 9,35).