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“Nihil nimis”

06 de julio de 2019

Como casi siempre, terminé donde el padre Nicanor, mi tío, hablando del tema que había tocado en mi columna anterior. Que fue el de la clase media y la necesidad de evitar los excesos como medida para contrarrestar la polarización. Le comenté mi intención y casi me paró en seco con un latinajo:

-¡Nihil nimis! -gritó.

-No se me exalte desde el principio, padre. Vamos por partes.

-Está bien. Esta expresión latina, que en griego suena “medén ágan” y significa “nada en exceso” es el principio del equilibrio que debemos guardar en todo.

-Un llamado a la moderación, en fin de cuentas.

-“Nihil” en latín, hijo, como bien lo sabes, significa “nada” y “nimis” es un adverbio de cantidad que se traduce por “demasiado”. La expresión “nada en exceso, nada en demasía”, era una norma de conducta del mundo clásico y sigue siendo para todos un ideal de moderación en el que radica la virtud.

-Lo dicho, padre: nada en demasía.

-El lema “nada en demasía” es una de las más exquisitas cualidades del espíritu helénico: la moderación. Hay quienes atribuyen la expresión a Critias de Atenas, tío de Platón, y estaba grabada en el frontispicio del templo de Delfos, junto al famoso “conócete a ti mismo”. Recuerdo haber leído que el verso completo era: “Nada en demasía, que todo lo bello está unido a la conveniencia”.

-Qué bueno y enriquecedor es navegar por la cultura griega.

-Del “nada en demasía” se desprende la “áurea mediocritas”, la mediocridad dorada de las odas de Horacio y que fray Luis de León tradujo por “medianía”, porque al parecer ya estaba desprestigiado el término “mediocridad”.

-Como quien dice, la virtud está en el medio, que es lo que siempre se ha oído.

-La virtud como término medio entre el exceso y el defecto viene de Aristóteles. Santo Tomás de Aquino, inspirándose en el Estagirita, va a acuñar la conocida frase “in medio virtus”, a que tú haces alusión. La virtud sería el camino recto, sin torcerse hacia la derecha o hacia la izquierda, es decir, sin pecar por exceso o por defecto.

-Ni la derecha ni la izquierda; el centro, ¿cierto?

-No es buena conclusión, muchacho. Sobre lo que es y no es el centro hablaremos en otra ocasión. No es lo mismo el punto medio, el “nihil nimis”, que el centro, sobre todo si este se refiere a política. De todas maneras, en un país tentado a toda hora por la desmesura, vale la pena meditar sobre la moderación de los griegos.

-Como quien dice, padre Nicanor: contra polarización, situarse en el justo medio. Si eso no se logra, todo se desborda, como nos está pasando en Colombia. Dios nos ampare