Manual de la excusa perfecta
Para intentar disminuir el sentimiento de culpa en uno y el dolor en el otro al decirle la verdad, se inventó la mentira plena, la dizque “piadosa” y una variante más sutil y supuestamente amable, la excusa.
Uno de los filósofos más importantes del confucianismo chino fue Mencio, quien ofrecía consejos a los gobernantes de su época, llamada “de los reinos combatientes”, plagada de guerras regionales en las que los estados grandes intentaban tomarse los pequeños.
No entiendo como a un tipo tan “buena gente” como Mencio, convencido de que la naturaleza humana es justa y buena y que decía que “aquel que es verdaderamente bueno, no tiene enemigos”, le creyeran semejantes depredadores del poder y lograra vivir 81 años.
También dijo algo bello, pero probablemente ingenuo: “la sinceridad es el camino al cielo”. Supongo que es justo que vayas al cielo después de haber vivido en el infierno que debes vivir cuando dices siempre y sin temor, todo lo que piensas y la verdad químicamente pura. No niego que suena ideal un mundo totalmente cristalino y sin opacidades, pero probablemente inviable. Tal vez ahora Kurt Cobain sí esté en el “Nirvana” cumpliendo uno de sus deseos: “Me gusta tener opiniones fuertes sin nada que las respalde, además de mi sinceridad primaria. Me gusta la sinceridad. Me falta sinceridad”. Coincido con Kurt.
¿No le gustaría poder contestar sin pánico lo que piensa cuando su esposa le pregunta: ¿me veo gorda con este vestido? Sería hasta delicioso, pero por los graves efectos secundarios, usted dice lo que siempre dice.
Para intentar disminuir el sentimiento de culpa en uno y el dolor en el otro al decirle la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad, se inventó la mentira plena, la dizque “piadosa” y una variante más sutil y supuestamente amable, la excusa.
Pero como todo en la vida, hay grados de excelencia hasta en la excusa. Seguramente todas resulten finalmente malas, dependiendo de la rabia del otro, pero debería hacerse mejor. Pongo un ejemplo. Jordan Raynor sugiere que en vez de usar una excusa tan mala como “no tengo tiempo”, cuando te invitan a algo que no quieres ir, sería más anestésico y poderoso apuntalando tu argumento ficticio, decir: “estoy totalmente comprometido”. Es tan interesante como sutil esta variante, que podría reducir el dolor del despreciado porque incuba la duda razonable.
Como en casi todo, las buenas intenciones no son suficientes, es necesario refinar y mejorar las excusas porque hay unas que, aunque aparentemente no quieren hacerle daño al otro, por lo mal diseñadas o gastadas terminan sabiendo a .... ¿Qué opina cuando le dicen: “no soy tu, soy yo”, “podemos ser amigos”, “tengo dolor de cabeza”, “no estoy preparada para una relación”, “es que ahora quiero estar sola”, “necesito tiempo y espacio para encontrarme y vivir nuevas experiencias”, “eres demasiado bueno, no te merezco”, “es por tu bien”, “te mereces alguien mejor que yo”? ¡Carajo! Aunque queme la piel y lo de adentro ¿no será mejor que te digan: “eres feo, pobre, viejo y te quiero a años luz de mi”? Pero a muchos les gusta que les mientan. En Colombia, a 11´291.986 para ser precisos.