MAGISTER DIXIT
Magister dixit, latín para “lo ha dicho el maestro”. Lo aprendí con mi padre -un profesor de toda la vida- y que lo solía usar cuando quería reforzar la contundencia y definitiva de ciertas afirmaciones. La expresión surgió milenios atrás en una época en la que el conocimiento procedía en su gran mayoría de los maestros y donde sus palabras eran aparentemente finales e indiscutibles. Una fase larga de la historia de la humanidad en que el conocimiento no era democrático y apenas estaba al alcance de algunos.
Este rol ha evolucionado, manteniéndose como una de las labores más importantes en el mundo. Su valor está asociado a conocimiento y aprendizajes acumulados durante décadas de experiencia. Es importante entender que este rol, particularmente para ciertas franjas etarias, está muchas veces orientado y condicionado por el sistema educativo. En estos escenarios enseñar muchas veces significa seguir un guión y pautas de contenido que garantizan que los estudiantes aprendan el mismo conocimiento base que se ha determinado como esencial para su crecimiento y éxito. Estas estructuras existen también para generar confianza y estabilidad a los grupos de interés involucrados. Es cierto que a medida que uno va accediendo a niveles de escolaridad más avanzados, la dinámica cambia un poco, los contenidos son más flexibles y se actualizan con mayor frecuencia y las metodologías de educación pueden ser diferentes. Pero el rol del profesor como orientador y educador se mantiene.
La tecnología e innovación también han impactado esta profesión, creando oportunidades pero también desafíos. Cuando enseñé por primera vez en 2001, todavía usaba retroproyector de acetatos; sí, la alta tecnología para nosotros era imprimir acetatos e imágenes de colores... Los tiempos han cambiado desde entonces y durante las últimas décadas las expectativas y creencias en torno al rol del profesor han evolucionado. Por otro lado, los estudiantes hoy tienen la información y conocimiento a un click de distancia, lo que ha venido también transformando la figura y papel del profesor. Sin embargo, al haber tenido la oportunidad de intentar enseñar durante cerca de dos décadas en diferentes países e idiomas, he aprendido que hay atributos que los docentes deben llevar consigo y que deben ser casi inmutables, sea modalidad virtual o presencial. Generar confianza. Aulas, métodos y estilo pueden variar y evolucionar; pero siempre al servicio de la creación de confianza. Comunicación. Oral, escrito, con o sin ayuda visual... no es tanto el cómo, sino que sea lo más claro posible. No tener miedo. Coraje y tranquilidad frente a lo desconocido y los errores. Mucho sentido del humor. Y, sobre todo, intentar crear conexiones con significado.
Ser profesor tiene tanto de importante como de retador. Tal como en otras profesiones, deben adaptarse a una realidad cambiante, sin embargo, hay que dar ese espacio a la evolución continua. A estos profesionales encargamos y confiamos a nuestros hijos desde una edad temprana hasta la edad adulta. Los buscamos para actualizarnos y orientarnos. Es cierto que la tecnología, el autoaprendizaje, el e-learning, han influenciado de manera importante. Para mí, simplemente refuerza su rol e importancia como seres humanos en la educación.