Columnistas

Luis Pérez: “Por sus obras lo conoceréis”

18 de octubre de 2015

“Quien no conoce la historia, está condenado a repetirla”. Partiendo de este dicho, quiero referirme a la candidatura de Luis Pérez a la Gobernación de Antioquia. Hay muchos posibles votantes que no vivían en Medellín cuando él fue alcalde. Otros, estaban muy jóvenes y no tienen elementos de juicio para analizar el ser y el actuar de Pérez.

Pérez es el candidato de los partidos que apoyan la gestión de Santos como presidente. Es decir, apoyan el proceso de La Habana, con todas sus incertidumbres, una posible impunidad y participación en política, sin tener en cuenta el Estatuto de Roma y la CPI. Además quieren volver político el crimen del narcotráfico y sus perversas consecuencias. Apoyan la mermelada en publicidad que bastante les conviene, lo mismo que ciertos proselitismos indebidos, que ya han exigido varios jaloncitos de oreja.

Juan Gómez menciona ciertas cosas buenas que Pérez eliminó y otras que hizo. Le agregó al Parque de Los Pies Descalzos, un espacio para la familia, el Parque de los Deseos, que no es propiamente para los niños. Hizo la Biblioteca de EPM: excelente. Sin embargo lo que iba a ser un pulmón verde a su lado, lleno de árboles, que bastante falta hacen en la zona tan recargada de cemento de La Alpujarra, lo cambió por la Plazoleta de las Luces: los árboles fueron reemplazados por una especie de postes de distintos tamaños, iluminados que no purifican el aire en vías con tan alta densidad vehicular. ¿Cuántos árboles habrá entre la calle 44 y la 50 y entre la Avenida del Ferrocarril y la carrera Bolívar?

Eliminó el Plan Fronteras que definía hasta dónde podían llegar los buses intermunicipales e impedía que a las horas pico entrara al centro de la ciudad un carro particular con un solo pasajero. Su objetivo era quitar el exceso de vehículos, con su consiguiente contaminación ambiental. Y disciplinar a los habitantes del Valle de Aburrá en cuanto a que, como en cualquier ciudad organizada del mundo, hay que caminar un poco y uno no puede ni subirse ni bajarse de cualquier medio de transporte en la puerta de su casa o trabajo.

Recuerdo, viviendo en el exterior, que el bus que me tocaba tomar pasaba por la puerta de mi vivienda, pero no paraba ahí sino tres cuadras antes o tres después. También, que de ida, para tomar el Metro tenía que caminar cuatro cuadras, y seis para llegar o salir del centro educativo. Todo esto en medio o de un verano húmedo de temperaturas elevadísimas o de un invierno terrible con temperaturas bajo cero y nieve que se congelaba en los andenes.

Mi Río, que lo quitó, fue un bello programa para limpiar los cauces de cientos de quebradas que bajan hasta el Río Medellín, y hacer pedagogía para que nadie arrojara en ellas desechos, colchones, tablas, etc. Y para evitar que se repitieran las inundaciones y hasta el rompimiento de calles como La Oriental, cuando la quebrada La Loca no aguantó todo lo que había en ella.

El bazar de los venteros ambulantes en la zona de San Antonio es un espacio digno, con baños, locales seguros adonde la gente va a comprar lo que de allí necesita. El de los Puentes quedó hecho, pero Pérez no ubicó en él a los venteros de la zona. Desocupado y sin vigilancia, se convirtió en el escondite del hampa.

Para terminar. Es una lástima que Luis Pérez haya acabado con el sistema de Valorización. Los mayores sabemos que prácticamente todo el desarrollo de Medellín se logró porque visionarios montaron el sistema y la ciudadanía pagaba pero veía las obras. Ahora hay una nueva generación que se opone a ella. Algunos tienen razón en reclamar por lo que tienen que pagar. Pero el sistema en sí es necesario para el desarrollo de todo municipio. El Estado no puede suplir todo. No puede ser paternalista. En una sociedad armónica, todos ponen y disfrutan del desarrollo, “el nuevo nombre de la paz”. Se me acabó el espacio pero no olvido el paseo a la Guajira, el manejo de EPM, de la Fundación EPM y la vajilla europea, apenas para el Palacio de Versalles.