Liberland, el país donde todo vale
¿Quiere tener mil mujeres? ¿O quizá mil esposos sin que nadie le mire raro? Pues existe un lugar donde la poligamia está permitida o cuando menos no hay nada regulado al respecto. Una tierra sin dueño donde todo es posible. Ese extraño país no está en la Luna. Ni tan siquiera en un recóndito lugar de África. Esa nación sin leyes acaba de nacer y está en Europa. Su nombre es Liberland y ocupa siete kilómetros cuadrados, lo que convertiría a este minúsculo territorio en el tercer Estado europeo más pequeño tras el Vaticano y Mónaco, de llegar a ser reconocido. Cosa harto complicada en la que anda su fundador, el político liberal checo Vit Jedlicka, que ya ha sido detenido por la policía croata al tratar de entrar a su país soñado. Y es que el pasado 13 de abril este libertario euroescéptico aprovechó una vieja disputa entre Croacia y Serbia para reclamar un pedazo de bosque de difícil acceso al oeste del río Danubio. La rencilla entre ambas naciones por esta porción de tierra, olvidada tras la caída de Yugoslavia, evitó que ninguna de ellas reclamara para sí un territorio considerado “tierra sin dueño”. Así que, ni corto ni perezoso, Jedlicka se autoproclamó presidente de Liberland bajo el lema “vive y deja vivir”.
Sin embargo, la que pretende ser la nación más joven del planeta tiene complicado su futuro. La Policía croata ha frenado a los treinta primeros colonos en su entrada por tierra dos semanas atrás.
Con todo, ya se han registrado más de 260.000 peticiones de ciudadanía. Usted mismo puede optar al pasaporte de Liberland. Solo necesita registrarse en la web del país (liberland.org) y cumplir una serie de requisitos mínimos. Están excluidos los criminales, los comunistas, los nazis y otro tipo de extremistas.
Además, en Liberland se requiere un gran respeto por la propiedad privada. El borrador de la Constitución elimina la posibilidad de expropiar cualquier terreno si no hay acuerdo con el propietario e introduce las donaciones como forma de financiación. “Queremos ser el primer país del mundo en el que pagar impuestos sea voluntario”, señalaba Jedlicka en una reciente entrevista. El checo espera que con esta política, el país se convierta en un “refugio fiscal” que atraiga las inversiones. Además, la fijación o subida de cualquier tributo tendrá que someterse a referéndum. Liberland aspira a convertirse en un territorio con una administración mínima y la menor regulación posible. Por eso, en principio, el Ejecutivo solo dispondría de cinco ministerios: Justicia, Seguridad, Tesoro, Interior y Exteriores. Sin ejército.
Los 260.000 fundadores debaten en la web nacional las escasas normas que estarán en vigor, la moneda, la lengua oficial o las materias sobre las que el nuevo Estado debería legislar. De momento, hay dos lenguas cooficiales (el checo y el inglés), aunque muchos abogan por retirar el checo e introducir el español, por su alcance mundial y porque los hispanohablantes son sus principales seguidores en las redes sociales.
Hay cuestiones que ya están propuestas desde el borrador de la Constitución. Así, Liberland será un Estado en el que los presupuestos nunca podrán ser deficitarios y en el que los matrimonios estarán desregulados. En cambio, las drogas serán ilegales aunque, contrariamente a lo que ocurre en toda Europa, habrá libertad para llevar armas y el derecho a utilizarlas en caso de legítima defensa.
No es la primera vez ni la última que surgen naciones sin ley. Allí mismo, en su continente, han tenido hasta hace poco tres. Las tres Guayanas, donde casi todo era posible años atrás. En una de ellas, por cierto la moneda oficial es el euro, ya que aún es políticamente Europa, como parte de los territorios de ultramar de Francia.
Auguro una existencia muy corta a Liberland, pues aún siendo liberal de la cabeza a los pies, ninguna sociedad sobrevive con normas que caben en una hoja de papel. Vivimos en un mundo imperfecto en el que el hombre es un lobo para el hombre. Necesitamos leyes, aunque sea para quebrantarlas. Además, si no hay nada prohibido ¿dónde está el picante?.