LA SALUD AMERITA ATENCIÓN
* Por Andrés Aguirre Martínez
En la reciente “Gran Encuesta” realizada para una alianza de medios, incluido EL COLOMBIANO, la salud resultó ser el tema principal que tendrán en cuenta las personas al votar en las próximas elecciones presidenciales. Ello expresa el sentir sobre un sistema de salud, que aunque tuvo el innegable avance en cobertura, presenta falencias que deben ajustarse y retos para poder cumplir con su real propósito, que trasciende lo económico.
En primer lugar el sistema debe enfocarse en la salud poblacional e individual. El envejecimiento, el aumento de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, la condición de obesidad que se incrementa, entre otros, requieren, para su mitigación, un abordaje que involucre a múltiples sectores además de los propios agentes de salud. De no hacerlo, la carga de enfermedad continuará desbordando los escasos recursos económicos disponibles.
Igualmente, en salud individual, la provisión de servicios debe pensarse en torno a las personas y sus necesidades singulares, de forma tal que se les garantice un acceso oportuno y de calidad: poner barreras agrava las enfermedades y aumenta considerablemente los costos de atención. Hay que superar la atención por niveles de complejidad e implantar nuevos modelos de atención más fluidos. El uso de tecnologías de información, incluyendo historias clínicas que puedan compartirse, inteligencia artificial, programas para evaluación de riesgos, debe ser una prioridad.
En segundo lugar, el país debe enfocarse en corregir las inequidades en salud, originadas por condiciones de territorio con baja infraestructura y escasez de recursos humanos, pero por sobre todo en la actualidad, en desempeños inadecuados de algunos aseguradores que, paradójicamente, en lugar de atender el riesgo de salud, terminan siendo su causa. Deberá abordarse la situación de entidades como Savia Salud, Coomeva, etc. que no se van a resolver solas. Un reto de cualquier sistema es el uso eficiente de los recursos: la lucha contra la corrupción hace necesario fortalecer la hoy débil y muchas veces ineficaz vigilancia y control, involucrando a otras entidades como la Superintendencia Financiera, la de Sociedades y la Procuraduría; deben reducirse los altos costos de transacción, originados en un mal diseño y prácticas inadecuadas de auditoría de cuentas que buscan evadir los justos pagos a los actores del sistema.
El análisis para incorporar medicamentos y tecnologías debe consolidarse, para propiciar un uso racional y pertinente de ellos, de tal forma que se impacten efectivamente los resultados en salud. Hay que abolir muchas normas que imponen requisitos superfluos para el funcionamiento de hospitales y que solo alimentan una innecesaria burocracia. El Estado debe pensar cómo saldar las deudas justas e insolutas que dejaron liquidaciones de EPS.
Colombia debe avanzar en una verdadera política de recursos humanos en salud. Hay bajo número de médicos y enfermeras, debe propiciarse un rol más activo de estas así como de otros profesionales como químicos farmacéuticos, nutricionistas, psicólogos y trabajadores sociales.
Finalmente pensar en una rectoría colegiada del sistema que por su complejidad lo amerita y que la calidad, el humanismo y la ética sean imprescindibles.
* Director General, Hospital Pablo Tobón Uribe