La Colombia excluyente
Nos estamos acostumbrando a que cada dos meses se divulgue una encuesta sobre la percepción de colombianos sobre gobernantes y algunos temas del acontecer nacional.
Los medios le dan garrote todo el día y así va calando entre la gente. Pero ¿qué y a quiénes se mide? Y quiénes los miden.
La encuesta se hace en 5 ciudades que cobijan un universo de 10,5 millones de personas, menos del 25 % del total nacional. Se hacen 1.200 entrevistas vía telefónica.
Desde esas ciudades se dicta cátedra al resto del país.
Una de las críticas a los gobernantes es la toma de decisiones desde cómodas oficinas que afectan poblaciones lejanas que el funcionario ni conoce. Y si las conoce no a profundidad.
No es un mal bogotano, se da en todas las regiones. Desde Medellín, por ejemplo, se impone el desarrollo de Urabá, para citar un caso, una imposición basada en la mayor capacidad técnica de la metrópolis con la cual se obvia la realidad diaria de los habitantes de la región.
Y se obvia pese a que se citan reuniones en las que los asistentes son meros espectadores de presentaciones que ni entienden o sobre las cuales poco se les permite hablar. La temida socialización.
Así con las encuestas. No es igual la percepción sobre la violencia en la gran ciudad, que en el pueblo de la periferia, tampoco sobre la paz ni sobre la economía o los gobernantes. Hay una especie de subvaloración de la provincia, de sus pobladores, que solo aparecen en los medios que compran la encuesta, cuando ocurre una tragedia medida en muertos, enfermos, casas o infraestructura destruidas.
Bien lo decía ayer en El Colombiano el antropólogo wayúu Weilder Guerra refiriéndose a lo que sucede en La Guajira: “El gobierno solo va donde están los periodistas y los turistas”.
Y contaba que en épocas de hambruna las wayúu cambian hijos por comida. Si eso lo viera un periodista citadino, pegaría el grito y armaría escándalo: porque desconoce la realidad de la región.
Aparte de lo engañosa y perjudicial que puede ser la encuesta (¿qué objeto y validez tiene preguntar si se aprueba o no la gestión de un alcalde cuando no lleva ni 2 meses en el cargo o medir a tan corto plazo opinión sobre asuntos que se mueven al vaivén de las noticias del día?, contribuye además a forjar una visión parcializada y parcial del país, sometiendo a los excluidos a la línea que traza la gran ciudad.
Centralistas a morir.