Juegos de rol
¿Qué tan fácil es ser uno mismo en Medellín? ¿Cuántos toman a diario decisiones basadas en el llamado quedirán? ¿Es posible mostrar emociones en ciertos ambientes y salirse del molde si así se quiere? Es domingo y en la fila del supermercado hay una pareja. Él va desocupando con rapidez el carrito ante la caja registradora hasta que suena un celular. Su esposa, que está detrás, contesta: “Hola querida, estamos mercando porque mañana salimos para Balsillas”. Y ahí, en plena conversación, el marido le arrebata el celular para decir: “mamá, estamos de afán; Cecilia no puede conversar”. Y ella, silenciada, baja la mirada y se muerde los labios para no llorar ante la gente que mira. En otro lugar de la ciudad, una mujer joven se queja. Decidió no salir más con el hombre que le presentaron porque al dejarla en la portería del edificio, él aceleró el carro sin esperar a que ella atravesara la puerta. Le pareció interesante pero recordó que sus tías y amigas dijeron siempre que un hombre valioso no puede hacer eso. A propósito de estas historias, viene a la mente un libro: “Mujeres que corren con los lobos”, de Clarissa Pinkola, psicóloga y experta en el trabajo de Carl Jung. En él aparecen relatos centrales de culturas diversas. Uno de ellos es el cuento de Barba Azul en el que una mujer descubre que su marido guarda en un cuarto los cadáveres de sus esposas antiguas y sobrevive a la propia muerte cuando es salvada por los hermanos. Según Pinkola, el hombre de la historia encarna al depredador, es decir, esa energía que paraliza la psique, le impide ser ella misma, la aleja de su intuición y la lleva a seguir solo el camino que dictó la cultura. Y agrega que la presencia de este factor explica por qué algunas mujeres que dicen desear una relación harán todo lo posible por sabotearla o por qué algunas personas se fijan objetivos que no cumplen y terminan con un sentimiento de desprecio hacia ellas mismas. Marta Cecilia Gutiérrez, psicóloga que trabaja con niños y familias, dice que además de analizar con profundidad ciertos relatos, el libro aborda una categoría de lo femenino, es decir, ese saber conectarse con otras personas. Y dice que al mencionar lo femenino no se refiere solo a mujeres sino también a esa capacidad que también tienen los hombres de relacionarse, entender el valor de las emociones y conocer que somos productos de culturas ancestrales con fuerzas emocionales que a veces reprimimos o no sabemos manejar adecuadamente. Dice que el mensaje del libro tiene que ver con el significado de las relaciones humanas. “No se trata de decir que algo es bueno o es malo, es reconocer si uno está siguiendo o no un patrón que construye la cultura. Es saber si a uno le puede pasar lo que ocurrió a la protagonista del cuento ‘Las Zapatillas Rojas’, que deja su vida por un deseo y al final se siente mal por haberse traicionado a ella misma”. La incapacidad de dejar la sumisión o salirse del patrón que dicta el estrato y el miedo de tomar un camino liberador o distinto, son causa central de la agresividad creciente en calles y redes sociales.