INNOVACIÓN FRUGAL PARA LA PAZ
Creo firmemente, que la innovación tiene una relación directa con la cultura y el ambiente en el que crecemos. Esto significa que Colombia, que ha vivido momentos difíciles de guerra, y que es un país de grandes desigualdades -generadoras de violencia-, todos debemos pensar en el otro y en ayudarnos más. Por la mente de cada uno de nosotros, en algún momento, se nos han pasado cómo resolver problemas del lugar en el que vivimos, incluso, pensamos soluciones para otras comunidades. Hay zonas de alto riesgo, como los barios de invasión, veredas incomunicadas, o escuelas rurales donde muy probablemente una idea sencilla podría convertirse en una gran innovación que impacte en forma positiva a los habitantes de la zona. La innovación no está solo en la alta tecnología, la podemos lograr en las cosas simples, en la vida diaria, lo importante es que esa idea tenga un efecto específico y positivo en ese sector o comunidad a la que buscamos mejorarle sus condiciones de vida.
La innovación Frugal nació para hacer más con menos, y lograr que a partir ideas sencillas se puedan resolver problemas del día a día. Navi Radjoupor, uno de los grandes inspiradores en este tipo de innovaciones cuenta cómo, por ejemplo, en África, donde los recursos son limitados y la creatividad se manifiesta de otra forma, a través de innovaciones poco estéticas pero 100 % funcionales, una nevera no necesariamente debe ser eléctrica sino de arcilla y así mantener la temperatura para conservar los alimentos por más tiempo. O cómo han desarrollado cargar el celular con el giro de la rueda de una bicicleta en zonas interconectadas. Para estos innovadores y emprendedores, el laboratorio son las calles, donde observan la realidad que en últimas sirve como fuente de inspiración para cambiar la cotidianeidad de muchos. La clave está en resolver problemas, complejos o básicos, lo importante es hacerlo con pocos recursos.
Los indios llaman Jugaad a una solución improvisada que nace de la adversidad. No son perfectas y mucho menos sofisticadas, pero en realidad resuelven una necesidad y crean valor a un costo muy bajo, dice Radjoupor.
En el posconflicto si queremos mantener una paz sostenible debemos ser muy creativos en cómo llevar soluciones lógicas y económicas a las zonas que vivieron el conflicto de manera directa y donde el desarrollo no ha llegado todavía. Zonas donde el celular no tiene señal, la electricidad no existe o es intermitente, Internet o televisión por cable son palabras de otro planeta. Zonas en las que el Estado tendrá que intervenir y hacia donde nuestras universidades, emprendedores e innovadores deben mirar para aportar a la paz de Colombia.
Hoy día, ya existen héroes en Colombia que lo están haciendo. Felipe Betancur, es un joven paisa creador de la fundación Todos Podemos Ayudar que lleva varios años dedicado a la innovación frugal. Él, le devolvió la escritura a una mujer amputada de manos por la guerra, en el municipio de Valdivia, después de 20 años. Su innovación no valió más de dos mil pesos y el impacto fue invaluable. Colombia necesita más personas que como Felipe quieran generar innovaciones sociales para el proceso de reinserción que se avecina.
Creo que el apoyo al proceso de paz no debe ser solo a los desmovilizados sino a las miles y probablemente millones de personas que el conflicto tocó directamente y hoy viven en condiciones de desigualdad no deseadas.
La paz es de todos y la innovación debe ser un instrumento para la sostenibilidad de quienes más lo necesitan.