“HOY ES EL PRIMER DÍA DEL RESTO DE MI VIDA”
Dios se le reveló a Moisés con el nombre de Yahvé (Éxodo 3,8-15), que en hebreo significa Yo soy y cuya traducción más completa sería Yo actúo. Los ídolos no “son”, porque no actúan. Yahvé actúa liberando a los israelitas de la esclavitud. Esta rememoración nos invita a reconocer la acción salvadora de Dios, siempre dispuesto a librarnos de la esclavitud del egoísmo con todas sus consecuencias.
“El que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga”, dice Pablo en su primera carta a los Corintios (10,1-12). Esta exhortación a la vigilancia constante, la hace evocando la historia del pueblo de Israel después de haber sido liberado de la esclavitud en Egipto, en su camino por el desierto hacia la tierra prometida. Durante ese camino, fueron muchas las tentaciones que experimentaron los hebreos y muchos cayeron en ellas. Pero también hubo quienes permanecieron fieles a Dios, esforzándose para no apartarse del camino del bien. También nosotros, en medio del desierto que tenemos que atravesar durante esta vida, debemos reforzar constantemente nuestra vigilancia para no caer en las tentaciones. ¿Cómo hacerlo? Acudiendo al poder liberador de Dios mediante la oración, poniendo cada cual de su parte y buscando también asesoría espiritual.
La parábola de la higuera en el Evangelio (Lucas 13, 1-9) viene precedida de dos referencias a hechos de muerte sucedidos poco antes, uno por asesinato y otro por un accidente. Jesús los menciona para indicar que ninguna de estas muertes había ocurrido porque quienes las sufrieron eran pecadores, como si los hechos trágicos fueran consecuencia necesaria del pecado, una creencia antigua todavía muy común. Contra esta suposición, Jesús dice que la muerte, sea cual fuere su causa, es destino de todos, y por ello todos debemos estar preparados. Como a la higuera de la parábola, Dios nos concede el tiempo de vida terrena que nos queda para producir el fruto que Él espera de nosotros. Jesús mismo, el Hijo de Dios, intercede por nosotros ante su Padre para que nos dé la oportunidad de vivir productivamente durante el tiempo que nos queda en este mundo. Como diría el famoso escritor Og Mandino en su libro El vendedor más grande del mundo, “hoy es el primer día del resto de mi vida”.