Familia y clase media
Por PIEDAD PATRICIA RESTREPO R.
prestrepo@medellincomovamos.org
Los principales resultados de nuestro Informe de Calidad de Vida de Medellín en 2017 muestran una reducción de la pobreza y de la pobreza extrema y un crecimiento de la clase media. No obstante, aún la ciudad tiene desafíos para mejorar en equidad, donde no hemos avanzado lo suficiente en los últimos años.
Aunque no existe una definición única de clase media, en general, la mayoría de las mediciones se enfocan en los ingresos. El Banco Mundial, por ejemplo, propone una clasificación de la población en cuatro clases sociales, a saber: pobres, vulnerables, clase media y clase alta, las cuales define a partir de los ingresos de los hogares expresados en dólares, comparables al tomar en cuenta el poder adquisitivo de las monedas.
Así, la clase media está conformada por los hogares cuyo ingreso diario por miembro está en el rango de US$ 10 – 50; para Colombia en 2017 significaría un ingreso mensual por persona entre $ 363.000 y 1.815.000.
Adoptando esta metodología encontramos que en Medellín la clase media pasó de 62 % a 63,2 % entre 2016 y 2017, la clase alta también aumentó, mientras se redujeron los porcentajes de personas en pobreza y vulnerabilidad.
Una ventaja de esta clasificación es el realce a una clase social poco estudiada en Colombia. En la agenda pública hay una tendencia a dividir entre pobres y ricos, cuando en la práctica hay realidades diversas que pueden expresarse mucho mejor con una aproximación de cuatro clases sociales frente a dos.
El Instituto Brookings está promoviendo un debate interesante en Estados Unidos frente a las condiciones de una clase media en declive. Pertenecer a esta en la sociedad estadounidense ha sido aspiracional, casi equiparado a la realización del sueño americano.
La investigadora Isabel Sawhill, luego de analizar cuantiosa información para ese país, habla de una secuencia de éxito para reducir la pobreza: educación, empleo y familia.
La secuencia se describe como un nivel educativo mínimo alcanzado de bachillerato, un trabajo a tiempo completo -en Colombia podría plantearse en términos de empleo formal- y una familia donde se da una relación de compromiso; es decir, una crianza que involucra a la pareja. El balance muestra que si se da esa secuencia hay un 75 % de mayor probabilidad de pertenecer a la clase media y solo un 2 % de probabilidad de estar en situación de pobreza.
El desafío para una mejora sostenible de la equidad en Medellín es que los pobres y vulnerables, especialmente los jóvenes, permanezcan en el sistema escolar, acrecienten sus capacidades, accedan en mejores condiciones al mercado laboral y puedan ser parte de la clase media. Para ello es fundamental una familia comprometida con estos propósitos.