El que nada debe
He creído siempre que los dichos populares encierran una filosofía importante. Son ciertos, bien empleados se ajustan con propiedad a la vida diaria. Si alguien recopilara todos estos dichos, nos enriquecería con un gran tratado de filosofía.
Se ha recrudecido la crítica a nuestro querido Ejército Nacional. Han vuelto a atacarlo porque, en cumplimiento de su misión, tienen medios para hacer seguimientos e inteligencia a personas de diferentes oficios. Esa es misión importante para cualquier ejército del mundo.
Nada hubiera pasado en el Palacio de Justicia si, en tiempos de Pablo Escobar y del M-19, se hubieran interceptado las comunicaciones entre ellos y de otras personas como políticos comprometidos, que los había. Ejemplo: Santofimio Botero.
Los organismos de seguridad no podrían adelantarse a los hechos, sin un seguimiento previo a los actores. Ese seguimiento se tiene que hacer con la mejor tecnología, y más, en un país invadido por el narcotráfico, por los grupos subversivos, por la violencia en general.
Hay que hacer los seguimientos a todos los que puedan tener información. Buenos y malos, pero se necesita conocer la información que pueda conducir a evitar más violencia en Colombia.
Estoy seguro de que, cuando yo era alcalde de Medellín, tiempos en que la prensa capitalina me trataba de ser amigo de Pablo Escobar, de ser narcotraficante y de tantas acusaciones sin ninguna base cierta, los organismos de seguridad me tenían todas mis comunicaciones “chuzadas”. Lo podían hacer, sabía que lo hacían, pero yo nada tenía que temer. “El que nada debe, nada teme”.
Desde que no se llegue hasta la vida privada de las personas, la autoridad competente puede intervenir las comunicaciones de cualquier colombiano que pueda conducir, a esa autoridad, a evitar grandes males para la patria. El escándalo desatado, puede ser hasta sospechoso, si nada malo se hacía ¿qué se temía?
Si la autoridad se excedió en sus funciones, claro que hay que adelantar una investigación. Pero, lo importante, es que esa investigación sea con todo el profesionalismo y la imparcialidad que tema tan complicado exige. Lamentablemente, en Colombia, tenemos altos magistrados en la cárcel. Hay otros, aparentemente, comprometidos e investigados por diferentes causas. Que esta vez se aplique una justicia verdadera, sin otros giros que puedan ser dañinos. Que Dios ilumine a nuestros magistrados.
Ahora se habla de “Bastón”. Entiendo que es un sistema sofisticado para hacer seguimiento a las comunicaciones, para chuzar conversaciones, para hacer espionaje. Lo curioso, por decir lo menos, es que ese sofisticado sistema fue comprado e instalado en el año 2017, gobierno de Juanpa –como le gusta que le digamos–. Fue instalado antes de unas elecciones presidenciales que nos dejaron tantas dudas o, mejor, tantas evidencias del manejo torcido de las mismas. ¿Sirvió el sistema “Bastón”?
Ante lo que pasó, parece que a alguien le sirvió mucho, tanto que pudo “¿gobernar?” cuatro años más. ¿Ese sistema, criticado ahora, les sirvió mucho a quienes hoy se lamentan de su uso, ahora sí aplicado para lo que se debe usar.