EL PAÍS HERIDO DE MUERTE
Qué responsabilidad tan grande con el país para todos aquellos Padres de la Patria, que enmermelados han votado una ley para favorecer a los visitantes de La Habana, que por más de cincuenta años han regado el suelo colombiano de sangre, a la sociedad de sufrimiento y a nuestros territorios de cultivos de coca, para fortalecer la guerra y multiplicar sus patrimonios.
La irresponsabilidad con el país de esos Padres de la Patria, hoy tan mal calificados por las diferentes encuestas. Tendrán que pagarla, al haber pisoteado la Constitución Colombiana, esa sí pisoteada, como nunca antes y acolitados por unos periodistas y medios comprometidos por el Gobierno a base de contratos en publicidad, con costos económicos altísimos, esos si, como nunca antes, que es como quieren mostrar sus pobres ejecuciones y capacidad, para debatir con conocimientos jurídicos.
La incertidumbre es todo día que pasa más grande; observar unas Fuerzas Armadas y de Policía totalmente anestesiadas, ver que los jefes o cúpula militar deja maltratar a sus anterior jefes y triste ver militares calificados como héroes, con el pecho lleno de condecoraciones, como invitados de piedra en La Habana, calentando asiento en compañía de sus antiguos verdugos, hoy con el beneplácito del Gobierno, ocupando micrófono, televisión, prensa y otros medios dándose pantalla nacional e internacional, opacando a nuestras legitimas Fuerzas Armadas de Colombia.
Se enrarece cada día más el ambiente y deduce cualquier ciudadano del común, que lo que estamos viendo colma toda expectativa de una manera negativa, para que en Colombia tengamos una verdadera democracia, donde los principios a todas las escalas se negocian y el amigo, viejo amigo “Don Dinero”, contamina cerebros y principios, renunciando al bien común, olvidando la ética y no cumpliendo con Dios y la Patria el juramento al momento de posesionarse.
Decía un viejo presidente de la Andi: La economía va bien, pero el país va mal; eran otras épocas, cuando lo Gremios no se arrodillaban, los partidos debatían en los diferentes escenarios libremente sin vender sus principios al mejor postor y los cargos públicos se daban a personas pulcras, calificadas, que dedicaban el tiempo a administrar la cosa pública; hoy solamente es pantalla y politiquería barata, controvertir y no estar de acuerdo con el proceder del Gobierno, convierte al que tiene el valor civil de hacerlo en enemigo; pruebas tenemos.
Dios salve a la Patria de tanta irresponsabilidad en el manejo de los diferentes poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, hoy tan cuestionados, con razón y con alto riesgo de caer en manos de un manejo con influencia externa, como ha ocurrido en otros países, donde los empresarios y la sociedad, al estar llenando sus arcas en lo económico, pensando en el “Amigo Don Dinero”, aterrizaron tarde de la realidad que hoy desplazados en otros países piensan en lo que pudo haber sido su patria y no fue, por pensar que no era con ellos, mientras tenían los balances económicos satisfechos. ¿Para dónde va Colombia? ...ejemplos tenemos y muy cercanos.