EL FANTASMA DEL APAGÓN
No se entiende el porqué el Gobierno Nacional se empeña en tranquilizar a los colombianos sobre un posible apagón, cuando a ojos vistos está claro el oscuro panorama energético del país, producto de la sequía, en parte por el fenómeno de El Niño y en su mayoría por la ausencia de una política de planeación coherente para el sector eléctrico.
Los embalses se encuentran en un nivel crítico y los daños en la central hidroeléctrica de Guatapé, propiedad de EPM, y de Termoflores, en Barranquilla, son la evidencia de que el país tampoco estaba preparado para semejante emergencia. Por eso, no tiene presentación que una potencia hídrica como se vanagloriaba Colombia, ahora salga a comprar energía a Ecuador y gas a Venezuela.
Es insólito que el saliente ministro de Minas y Energía, Tomás González, no hubiera reconocido a tiempo la grave situación del sector eléctrico, cuando el contralor general de la República, Edgardo Maya, advirtió que el país se encuentra a un paso de sufrir un déficit de potencia que puede producir cortes de energía entre 1 y 3 horas en los momentos de horas pico, quien destacó que Antioquia sería uno de los departamentos de mayor riesgo de apagón. Lo que resultaría una cruel paradoja.
Claro que como para el presidente Santos todo ocurrió en los gobiernos anteriores, demás que esta falta de previsión ante un fenómeno como El Niño, que se identificó desde hace décadas, es culpa de los otros y no de sus más de cinco años de mandato, tiempo en que pudo corregir todos “los errores” de sus antecesores para evitar el fantasma del apagón.
Por eso, los racionamientos de energía serán una medida extrema que el Gobierno tarde o temprano tendría que tomar. A pesar de las consecuencias que traerían para la vida cotidiana y la economía de todo el país.
Para el actual Gobierno, en Colombia todo es perfecto, somos los más felices del mundo, la crisis del petróleo no parece tocarnos, ni el alza en el dólar, ni el desempleo, ni la delincuencia en las ciudades. Esperemos que el posible apagón tampoco nos afecte. Aquí nunca pasa nada, todos estamos bien.
El equipo del presidente Santos pareciera también que tiene la orden de calmar. Cada uno de sus funcionarios se ha convertido en un tranquilizador de su área. ¿Esa es la política de “todos por un nuevo país”? Porque si no lo es, ¡qué casualidad!
Señor presidente, la gente tiene claro el plebiscito y cómo lo votará. No le demos más vueltas a la desafortunada venta de Isagén. Porque quiéralo o no; nos parezca a los colombianos, o no... habrá apagón. Busque a quién echarle la culpa; así que, qué lo preocupa.