Dime con quién hablas
y te diré quién eres
Si en tres días un grupo de mujeres fue capaz de sacarme del lugar donde estaba, ¿a dónde te están llevando las personas, imágenes y situaciones que permites estén cerca de ti meses y años?
Hay momentos en los que por diferentes situaciones uno se siente indefenso, frágil y si se quiere, inseguro. Así estuve por un par de días y en medio de esa fragilidad melancólica y baja de energía. Abordé un avión y me dispuse a ser parte de la reunión anual de estrategia de Women In Connection, asociación de la que hago parte desde hace unos años y en donde confluyen mujeres líderes de todos los sectores del país. Al llegar al lugar donde estaríamos esos tres días, influenciada por mi estado de ánimo sentí miedo, todas ellas grandes mujeres, líderes reconocidas, gerentes con cargos enormes, trayectorias impresionantes y yo sintiéndome rota, con un delirio de no pertenecer, desorientada y con una voz en mi interior que me decía: “Caty estas en el lugar equivocado, tu no mereces ser parte de esta colectividad que genera tanto impacto”.
Inició el evento y con él llegaron las palabras, las acciones, las miradas, los reconocimientos. Espacios que me permitieron conectarme con esos sentimientos que estaba albergando y en ese momento se hizo la luz, entendí que lo que estaba pasándome era un reflejo del síndrome del impostor. Ese sentimiento que nos ataca cuando menos pensamos y nos dice “no eres suficiente”, que nos nubla, nos disminuye y al que sólo podemos vencer cuando logramos reconocerlo, aceptarlo y gestionarlo. Allí estaba yo con un mar de incertidumbres, cuestionándome sobre el rol que tenía en la sociedad, sobre el impacto que debía generar en otras personas, sobre los procesos de transformación que debían generarse y allí estaban ellas, ese océano de posibilidades.
Ese océano me ayudó a reconectarme con la energía vital, a gestionar al Pepe Grillo del impostor y recuperar la coherencia de mis emociones. Con la sola presencia de cada una de esas mujeres gestioné mi situación y entendí el poder que residía en mi para sobrepasar las circunstancias, y fue allí en ese momento en donde después de muchos libros, muchos maestros y muchos años comprendí lo que me decía mi abuela: “Catita, Dime con quien andas y te diré quién eres, dime con quien pasas tus días y te diré porque serás recordada”.
La invitación el día de hoy, es a que revises qué tipo de personas e información estás dejando entrar a tu vida, a que reflexiones ¿cómo esas intervenciones te están llevando a tomar decisiones? Si en tres días un grupo de mujeres fue capaz de sacarme del lugar donde estaba, ¿a dónde te están llevando las personas, imágenes y situaciones que permites estén cerca de ti meses y años?