Columnistas

DEFENDIENDO NUESTRAS INICIATIVAS

10 de mayo de 2016

Hace alrededor de una década se priorizaron los clústeres de la ciudad, seis en total: salud y odontología, energía, TIC, construcción, textil–confecciones y turismo de negocios y convenciones. Este proyecto fue liderado por la Cámara de Comercio de Medellín con la Alcaldía del momento, con el objetivo de fortalecer nuestras vocaciones productivas y que nos permitiera evitar la dispersión estratégica, priorizar recursos, pero sobre todo focalizarnos en sectores que nos permitieran impactar el desarrollo económico de nuestra ciudad.

Reconozco muchos aciertos en la estrategia, pero también la importancia de hacer un alto en el camino y determinar cuál puede ser el segundo empujón a esta apuesta para que siga dando frutos. Sobre todo, para potenciar el desarrollo que, en el escenario actual, con tasas de crecimiento del PIB cada vez más débiles y lo que esto implica para la generación de empleo, necesita el fortalecimiento de estrategias como las de desarrollo de proveedores y políticas de compras públicas desde la administración municipal.

De gran importancia ha sido el clúster de Turismo de Negocios, que con esfuerzo se logró posicionar en Medellín de la mano, sobre todo, de la ciudadanía que se apropió del sentido de pertenencia de la ciudad para proyectarlo a los turistas.

Todo esto, después de dos décadas de violencia que parecía imparable. Durante esos años, la ciudad no era visitada casi por extranjeros, y quienes lo hacían estaban obligados a fuertes esquemas de seguridad, y sus aseguradoras les ratificaban que, en caso de viajar a Medellín sus seguros de vidas no les darían cobertura. Con ese panorama era apenas lógico que quienes viajaban lo hacían por estricta obligación. Así las cosas, solo se hospedaban un par de días sin gastar un solo dólar en sitios diferentes a los del hotel donde se hospedaban.

Hoy día, vemos cómo ha vuelto la confianza y Medellín tiene una mejor cara en el extranjero, vemos cómo prosperan los nuevos negocios asociados al turismo. Los viajeros ya no son extraños y lo mejor, cuando se les pregunta por Medellín siempre terminan resaltando su gente amigable, el verde de la ciudad y su belleza.

Preocupa, sin embargo, que de manera extraña en las últimas semanas vimos cómo se esfumaron los Juegos Nacionales. Al tiempo, casi nos quitan la Feria Aérea de Rionegro. Todo esto, más por decisiones políticas que por capacidades, escenarios y logística.

La región no puede perder la capacidad de seguir buscando eventos, captando congresos, conciertos, desarrollando nuevas ferias y fortaleciendo las que ya existen. Es claro que este tipo de servicios, además de bajarle la presión al desempleo, promueven la ciudad internacionalmente, estimulan la inversión y nos llenan de orgullo. Muy pocas ciudades en el mundo pueden contar la historia de terror que vivimos y la realidad con que vivimos hoy día.

La pujanza paisa y el enroque entre alcalde, gobernador, gremios, empresarios, congresistas debe regresar para defender lo ya logrado y conseguir más para el bien de los antioqueños. En Antioquia ya se volvió costumbre luchar por causas comunes entre todos y no puede ser que casos como los Juegos Nacionales, solo sean de la Gobernación o la Feria Aérea de la Alcaldía de Rionegro. Estos eventos son de la región y así se deben defender como muchos otros.

P.D: en la misma dirección, el túnel del Toyo no es del alcalde y el gobernador, es de todos los antioqueños y por ello es menester de cada ciudadano defender que la obra se realice.