De Vuelta a las Calles
Esta semana en Medellín de homenaje a las Bicis, ha sido excepcional; pues lo más esencial de las ciudades estuvo como tema de conversación diario, nuestras calles.
Piensen en una experiencia urbana memorable que hubieran tenido. Estoy seguro que sucedió en alguna de las calles o paseos inolvidables que han caminado.
Mi mejor recuerdo adolescente es de un espacio urbano cotidiano, es el recuerdo de encontrarme todos los viernes en la tarde en la esquina con mis amigos del barrio, en una esquina hecha por dos calles, una banca y un árbol. Y en esta calle esquina que era nuestro lugar, montábamos todas las tardes en bicicleta. Todavía no me puedo olvidar de mi Monark, una bici roja de contrapedal.
La forma más sencilla y más precisa para evaluar la calidad de vida de una ciudad está determinada por sus calles y su armonía y convivencia en ellas. Todas las ciudades le deben su fundación a un proyecto de calles.
Cuatro calles trazan una plaza, las arquitecturas de la ciudad se dan a lo largo de ellas, las instituciones, los poderes más representativos se hacen visibles en ellas, los barrios mismos son definidos por sus calles, son el espacio esencial para el encuentro cotidiano. Son el lugar del transporte y la movilidad, como también del verde y las celebraciones colectivas.
La radiografía del estado de desarrollo y armonía de una ciudad y sus habitantes, son sus calles.
Todo lo bueno, y también lo malo de una ciudad se hace visible y se manifiesta en este espacio cotidiano. Para evaluarlo solo basta con caminar o montar en bici, estas dos acciones tan sencillas, son la medida más precisa y transparente de una ciudad.
Tal vez lo más importante de la bici es que nos hace comprender la importancia de una calle humana. La bici es una gran revolución, pero lo más importante es que nos llevará de vuelta a aplicar el sentido común para tener un uso más sensato y sostenible del espacio urbano.
El programa más importante de una ciudad y es el más urgente en Medellín, es el proyecto urbano de civilizar sus calles. Una acción de gestión y rediseño del espacio de las calles existentes, para lograr el uso equilibrado y armónico entre peatones, ciclistas, transporte público, vehículos, como también de actividades y espacios verdes.
Hace dos meses en Barcelona le pregunté a un reconocido urbanista, ¿cómo va tu ciudad?, y su respuesta fue “Barcelona sigue, pero se soporta fundamentalmente en el proyecto de humanizar sus calles, que ha tenido continuidad ya desde hace años, y ha sido la base de la transformación de esta ciudad”, y agregó, “esto a pesar del actual gobierno, pues sus nuevos proyectos, todos grandes obras, no serán realidad”.
Estuvimos luego caminando a lo largo de la ampliación de los andenes (también para bicis por supuesto) y de las zonas verdes de la Avenida Diagonal, una de las más tradicionales de la ciudad; como también la bella renovación de la calle Enric Granados del Ensanche, una lección de armonía entre residentes, peatones, ciclistas, y terrazas de cafés.
Caminando con mi amigo en Barcelona pensaba en Medellín y me preguntaba, ¿si la ciudad son sus calles, por qué siempre tratamos de inventar la rueda?.