Columnistas

Cuando suena Hatogrande

19 de septiembre de 2015

Estaba oscuro y a través de la puerta del auditorio se escapaba una luz efímera. Llegué tarde, los músicos ya estaban en plena presentación y para entrar fue necesario atravesar el protagónico escenario y subir entre penumbra las escaleras que llegaban al único asiento libre. Minutos después los asistentes estábamos inmersos en sonidos de instrumentos y ritmos que nos llevaban por ríos o montañas de Colombia y veíamos en escena a un grupo de jóvenes que cantaba con los ojos cerrados, bromeaba o explicaba sus canciones a un público que sonreía, aplaudía y comentaba en voz baja. Un integrante del grupo anuncia la canción Emilia y la emoción se expande en el recinto sin dejar inmunes: “(...) Guardate las prisas, bajate el cansancio, mi fin de camino podría ser vos. Ya despedí, ya dije adiós, ya se fue Emilia con los besos que no dio, luz de algún sol, destellos de alba...”. Cinco jóvenes son los responsables de esta noche memorable del 2015: William Felipe Palacio Villa, Víctor Hugo Castro Alzate, Manuela Castro Alzate, John Edison García Castro y Carlos Andrés Zapata Gil, integrantes de Hatogrande, una agrupación creada en el 2008. A ellos se suma Fred Danilo Palacio Villa, quien ha compuesto gran parte de las canciones. Carlos Andrés Zapata, el integrante mayor del grupo y con casi 30 años, cuenta que todos se conocieron hace más de 10 años en Girardota. “Nos juntamos por el deseo de hacer música con los amigos. Después de escuchar a Fito Páez, Charly García o Mercedes Sosa, que en el pasado interpretaron canciones del folclor argentino, quisimos hacer música local y nuestra que nos lleve a reconocernos como país y ver nuestras raíces en este tiempo de globalización donde esto se va olvidando”. El nombre del grupo recuerda lo que le ha sucedido a lugares como Girardota, que “era un hato, un lugar donde la gente se reunía para cultivar y contarse lo ocurrido. Tomamos esa metáfora para contar la vida cantando. Girardota dejó de ser ese pueblo bucólico dedicado a la agricultura para transformarse en lugar de transición hacia la gran ciudad”. En estos siete años Carlos recuerda momentos como aquel concierto en un pueblo de Antioquia donde los asistentes se conectaron tanto que lloraron juntos cuando sonó “El Canto de Güida”, que recuerda pregones y la masacre de Bojayá del 2002. También han ganado becas, estímulos de la Alcaldía de Medellín y han participado en certámenes nacionales. Este año y gracias al Ministerio de Cultura, viajaron a Francia, donde presentaron su álbum “Esquina Sur” que lanzarán próximamente en Colombia. Los jóvenes de Hatogrande perseveran y emocionan a quienes asisten a sus conciertos. También confían, trabajan para que llegue pronto el respaldo de la empresa privada y más gente pueda apoyarlos para dedicarse totalmente a su sueño: hacer esa música colombiana que toca el alma de la gente cuando suena. Hatogrande se presenta el 15 de octubre de noche en el Centro Cultural de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia. Los encuentran en Facebook y Twitter: @Hatogrande.