¿CUÁL CLIMA ES CULPA DEL CAMBIO CLIMÁTICO?

Como la política, el clima puede ser un tema contencioso, especialmente cuando el cambio climático entra en la mezcla.
El cambio climático ya no puede ser visto como una amenaza lejana que podría perturbar las vidas de nuestros nietos, sino una que puede ser señalada como un factor, posiblemente un factor crítico, en la tormenta que inundó su casa la semana pasada. La ciencia de la atribución del clima extremo trae el cambio climático a nuestras puertas.
Entender cómo el cambio climática está afectando el clima extremo es crítico para aseguradores, legisladores, ingenieros y administradores de emergencias a medida que evalúan riesgos y se ingenian cómo hacer más resistentes a las comunidades. Este conocimiento puede ayudar a dirigir decisiones en cuanto a dónde y cómo construir o reconstruir después de una tormenta o inundación, o si construir o reconstruir vale la pena.
Y esas son decisiones que vamos a enfrentar cada vez con más frecuencia a medida que el planeta se sigue calentando.
Los científicos ahora pueden evaluar, en algunos casos en cuestión de unos días, si el riesgo de un evento climático extremo ha cambiado y cuánto ha cambiado en comparación con el pasado, es decir, antes de que los gases de efecto invernadero que atrapan el calor alteraron nuestro clima. Este conocimiento ayudará a que las comunidades tomen decisiones apropiadas para los riesgos de hoy. Estos pueden incluir mapas de riesgo para marejadas ciclónicas que reflejan la elevación del nivel del mar, mejor manejo del agua para reducir los efectos de sequías más largas e intensas, y el manejo de terrenos inundables en áreas propensas a inundaciones.
El cambio climático trae consigo muchas amenazas existenciales, mares elevados, océanos acidificados, extinción de especies. Pero las amenazas más inmediatas y costosas resultan de los riesgos cambiantes del clima extremo. Nuestra percepción de estos riesgos ha sido basada casi completamente en el pasado.
He aquí un ejemplo que resalta el poder predictivo de la atribución de un evento extremo: un estudio publicado recientemente en la revista Nature Climate Change analizó las históricas lluvias que inundaron millones de hogares y negocios en Gran Bretaña y causaron más de $700 millones en daños en el invierno de 2013-2014. Los científicos encontraron que dicho evento se había convertido en un 40 por ciento más probable. Como resultado, aproximadamente 1000 propiedades más ahora están en riesgo de inundación, con daños potenciales por valor de unos USD 40 millones.
Claro que el cambio climático nunca es el único personaje en un así llamado desastre natural. Muchos otros factores naturales y humanos están en juego. Incontables comunidades son vulnerables por sus limitados recursos y mala infraestructura. Será relativamente fácil analizar y atribuir ciertos tipos de eventos extremos (olas de calor, fuertes lluvias, ciertos tipos de sequía) mientras que otros están en el lejano extremo de lo que la ciencia ahora puede entender (tornados, incendios descontrolados y la frecuencia e intensidad de huracanes).
Se espera, por ejemplo, que las olas de calor se hagan más comunes, intensas y largas debido al aumento de gases atrapadores del calor en el atmósfera.
La sequía es más complicada debido a los múltiples factores -temperatura, precipitación, humedad del suelo, niveles de acumulación de nieve, involucrados. La sequía de California es un ejemplo de esta complejidad. Aunque ahora sabemos que las altas temperaturas que resultan del calentamiento global están empeorando la sequía, la evidencia actual indica que la falta de precipitación en el estado no es principalmente un resultado del cambio climático.
Sin las metodologías rigurosas explicadas en el informe de las Academias Naciones, corremos el riesgo de atribuir el clima extremo al cambio climático con base en pura conjetura o prejuicio político.
Y algunas veces es más fácil culpar al cambio climático que reconocer la falta de acción de cara a factores que no tienen nada que ver con el clima: el crecimiento de la población, el aumento en el consumo de agua y tuberías con fugas...
Aún se necesita más inversión en la investigación, pero podemos estar seguros de que si no tomamos acción inmediata para reducir la velocidad del cambio climático, su influencia en nuestras vidas solo se intensificará