¿Barrismo, sinónimo de delincuencia?
Por Brian Ferrer Almeida
Universidad Pontificia Bolivariana
Facultad de Com. Social, 6° semestre
@BrianFerrerA
No, el barrismo es sinónimo de alegría, pasión, espectáculo, fútbol. Nada más contagioso que la emoción que nace del retumbar de los tambores y del decorado rojo y azul o verde y blanco que engalana el Atanasio Girardot jornada tras jornada del fútbol colombiano.
A pesar de ello, constantes mensajes de rechazo he observado y escuchado ante el “experimento marica” de tener nuevamente un espectáculo a dos barras.
Queremos y exigimos un país con condiciones pero no somos capaces de tolerar procesos de tolerancia, inclusión y convivencia de unas minorías. Queremos y exigimos una ciudad mejor, pero no concebimos que el otro también pueda ser mejor y aportar a la construcción de la misma.
Ellos, los jóvenes barristas, también son Medellín, también son innovación, también son cultura metro, también son paisas; y, por ende, también merecen ser incluidos dentro de ese proyecto de la Medellín que soñamos.
Entender que es un proceso secuencial, gradual, paulatino, es clave dentro de esta discusión a saber que el alcalde Federico Gutierrez no tiene la barita mágica para reestructurar, de la noche a la mañana, la mentalidad que como colectivo social se ha construido en torno al barrismo, desde y hacia ese fenómeno.
Pensar que los clásicos eran mejores únicamente con la presencia de la hinchada local en el estadio es seguir eximiendo a la administración de su responsabilidad de educar a la sociedad y de salvaguardar la seguridad de sus ciudadanos en cualquier espacio de la ciudad. Pensar de esta manera es eximir a las autoridades de su responsabilidad de individualizar y judicializar los casos que sean pertinentes. Pensar así es también, seguir permitiéndole a alcalde (como se hizo con el anterior mandatario local) e instituciones que se laven las manos frente a estas responsabilidades.
La ciudad debe ser un espacio de convivencia ciudadana y el estadio no puede estar exento de ello. Los jóvenes, y en este caso, los barristas, no son delincuentes, son constructores y gestores de convivencia ciudadana. La paz se debe vivir desde ahora y los jóvenes deben ser sus coprotagonistas . n
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