Agua, agua y agua
Cuando el país entienda que el agua lo es todo para crecer de manera sostenida, solamente ese día podremos estar seguros que vamos por el camino correcto. La gestión integral del agua es el único camino que tenemos para recorrer en los próximos años, integrando el rol de la institucionalidad, conocimiento, tecnología, conservación, restauración, participación, financiación y seguimiento.
En temas relacionados con la institucionalidad, es muy importante cambiar hacia una cultura del agua. Necesitamos identificar nuevos socios estratégicos como profesores, comunidades, oenegés y organismos multilaterales. Se debe consolidar una propia mesa del agua, con un plan de acción con metas en el corto, mediano y largo plazo. Fortalecer la política de pagos por servicios ambientales y replicar instrumentos financieros como fondos del agua, custodios del agua, pactos por el agua. Se debe diseñar una estrategia de gestión integral de sedimentos y participar activamente en los consejos de cuencas establecidos para la zonificación de las áreas de interés hídrico.
Incrementar el conocimiento hídrico será fundamental. Necesitamos más investigación y análisis hidroclimático en profesionales responsables del monitoreo del agua a escala local en sus cuencas. Transferir todo el conocimiento en climatología tropical, hidrología y modelación de variables hídricas, ambientales y humanas. Adquirir y operar modelos hidrometeorológicos y de sedimentos a escala regional que se ajusten a las necesidades de todos y un sistema de alerta temprana para amenazas hidroclimáticas.
Para conservar el agua debemos identificar el territorio hídrico más allá de los límites de las cuencas aferentes (ej. cuencas superficiales y subterráneas). Debemos identificar y conservar zonas de recarga y nacederos de aguas. Para ser eficientes se deben identificar y fortalecer los proyectos ya existentes de conservación en áreas protegidas. Implementar proyectos económicos que protejan los bosques como los agrosilvopastoriles, agroforestales, manejo de forrajes, entre otros. Incrementar acciones de conservación en ecosistemas de alta montaña.
También debemos restaurar el territorio erosionado. Para esto debemos realizar un diagnóstico de áreas degradadas que afecten el rendimiento hídrico de las cuencas aferentes. Establecer y mantener corredores de conectividad que garanticen la conservación de la biodiversidad y el mantenimiento de los servicios ecosistémicos. Diseñar actividades de restauración de especies de flora y fauna así como de sus bienes y servicios. Reconstruir suelos y rondas hídricas. Establecer un portafolio de áreas para compensaciones ambientales obligatorias o voluntarias que oriente la inversión efectiva.
Bajo ninguna excusa se nos puede olvidar la gente. Para ello debemos fortalecer la capacidad de las comunidades con emprendimientos sostenibles incluyentes en la cuenca. Apoyar la creación de asociaciones y juntas de acción comunal. Identificar con ellos las amenazas y vulnerabilidades en las áreas de influencia de los proyectos con indicadores y metas, a corto, mediano y largo plazo.
Implementar proyectos productivos familiares autosostenibles de mercados verdes. Implementar un programa de educación y comunicación ambiental para reconocer impactos, gestión de residuos sólidos y líquidos, así como en salud.
Como el clima es cada vez mas impredecible, es obligatorio adquirir pólizas de seguros que amparen impactos o riesgos hidroclimáticos. Debemos valorar costos que impliquen desviaciones en el presupuesto anual para atender contingencias relacionadas con eventos de variabilidad climática extrema. Realizar el análisis de vulnerabilidad financiera de la compañía respecto a eventos climáticos o impactos ambientales. Diseñar e implementar instrumentos financieros innovadores que prevengan y reduzcan las pérdidas económicas y desviación del presupuesto anual de la compañía. Incrementar la capacidad efectiva a través del fortalecimiento de la capacidad de predicción y de pronóstico hidroclimático. Y destinar un mayor presupuesto para reducir los riesgos.
Y por ultimo, debemos asegurarnos que las metas establecidas se cumplan. Para ello debemos crear un comité hídrico por cuenca, encargado de las alertas hidrometeorológicas y de calidad, así como las medidas implementadas para reducir sus riesgos y gestión integral del agua. Definir y ajustar indicadores, variables, metas y personal responsable del cumplimiento de planes de acción establecidos. Y por supuesto reportar periódicamente los resultados. Todas las semanas hablamos de esto, y por supuesto no es suficiente. Necesitamos construir una sociedad hidrológica.