TigoUne le pone velocidad a las telecomunicaciones
El operador móvil reclama condiciones equilibradas para competir con el comercio. ¿Cuáles son sus metas?
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.
Sin comprometerse a dar cifras sobre las metas financieras para los próximos años, el presidente de TigoUne, Marcelo Cataldo Franco, aseguró que la apuesta de este operador de telecomunicaciones es crecer, manteniendo los compromisos de inversión aún en un escenario de competencia agresiva, de oscilaciones de la tasa de cambio del dólar y de regulación a la que le hacen falta ajustes.
En ese contexto, el empresario de origen paraguayo, destacó el inicio de pruebas de la tecnología 4.5G que aumenta en diez veces la velocidad de descarga de datos. Pero, ¿qué sentido tiene ejecutar estas inversiones, cuando en otros países ya se habla de la tecnología 5G?
“En este caso la inversión es importante, pero se puede usar la infraestructura disponible y hacer las adaptaciones electrónicas que se necesitan para ofrecerle a los usuarios una mejor experiencia y prepararlos para la futura llegada del 5G”, explicó en diálogo con EL COLOMBIANO.
La cobertura de este servicio 4.5G está disponible en zonas de alto tráfico en Bogotá (Parque de la 93 y Centro Mayor) y la promesa es que, por tardar en dos meses, se active esta cobertura en Medellín.
¿Servicio subutilizado?
Según cifras del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones al cierre de 2017 el país tenía 62,2 millones de abonados a los servicios de tecnología móvil, pero esto no significa que los colombianos estén aprovechando plenamente el servicio.
“La tecnología 4G está disponible hace cinco años en el país, pero el nivel de penetración es de un 30 %, así que hay oportunidades para crecer ”, señaló Cataldo, quien anticipó que en un año la compañía acometerá un plan de expansión para fortalecer su red 4G, con la instalación de 1.000 antenas, número suficiente para darle cobertura a todo Paraguay.
En este punto tampoco se reveló el monto de la inversión, pero se indicó: “Desde que nos fusionamos en agosto de 2014, con Une, hemos invertido un billón de pesos anualmente. Hay que tener en cuenta que 2016 y 2017 fueron años difíciles”.
Como prueba de las complejidades económicas del último año, la empresa redujo en 1,66 % sus ingresos, pues mientras en 2016 reportó 5,14 billones, el año anterior totalizó 5,06 billones de pesos. No obstante, las pérdidas también disminuyeron de 190.545 millones en el 2016 a 40.267 millones el año pasado.
“Este año tendrá mejores números que 2016 y 2017, hemos vuelto a crecer después de pasar por la tormenta. Ahora, viene un momento político muy importante con las elecciones y eso implica un cambio de Gobierno, lo que conlleva a una etapa de incertidumbre para toda la economía”, manifestó.
De paso, esta semana con la renuncia de David Luna al Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones la coyuntura se vuelve más compleja.
Y es que a menos de tres meses de que finalice el actual periodo presidencial, son varios los pendientes que tiene el sector de las telecomunicaciones en el país.
“Esperamos una definición sobre el regulador convergente, temas que pese a las discusiones que ha tenido en el Congreso aún no se define. Este es un sector convergente en el que intervienen los servicios móviles, fijos, televisión y requiere un ente que regule todo. La apuesta es que se integren la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) y la Autoridad Nacional de Televisión (Antv)”, añadió (ver Paréntesis).
Competencia dura
Hace tres semanas Fenalco, el gremio de los comerciantes, alertó sobre una iniciativa de la CRC en la que se establecerían nuevas condiciones en la comercialización de equipos móviles.
Para el comercio, el proyecto reviviría las cláusulas de permanencia (desmontadas en 2016), y le permitiría a los operadores móviles como TigoUne atar el servicio de comunicación móvil con ofertas en la venta de celulares.
“El borrador de la CRC lo único que dice es que le permite al operador promocionar el teléfono al momento de la venta. No dice nada de cláusulas de permanencia, así que no vuelven”, enfatizó Cataldo.
Desde su perspectiva quienes aplican ese tipo de condiciones son las grandes superficies: “Un teléfono que vale un millón de pesos y pagando con la tarjeta equis baja a 800 mil pesos, pero luego viene la cuota mensual con interés y tasa de usura. Esa sí es una cláusula de permanencia”.
Adicionalmente, señaló que los comercializadores de teléfonos temen perder la porción de mercado que han ganado, pero sostuvo que la intención de la CRC es hacer que el usuario tenga más opciones para hacer la compra.
En la misma línea se declaró Asomóvil (Asociación de Claro, TigoUne y Movistar) que consideró que son necesarias las modificaciones que aumenten los usuarios con servicios de internet.
Pero si desde el comercio se evidencia la dureza de la competencia en este negocio, los demás operadores de telecomunicaciones también ponen a prueba la capacidad de sus contendores y lanzan constantemente desafíos.
“En telefonía móvil hay una realidad que permanece desde hace tiempo y es que hay un operador dominante (Comcel) que concentra un 47,17 % del mercado, después seguimos Telefónica con el 23,45 % y nosotros con un 18,39 %”, precisó.
Y, ¿entonces qué hacer para competir contra esa hegemonía? Cataldo respondió que la responsabilidad de tener un mercado equilibrado recae en el Gobierno.
Finalmente, para el empresario son múltiples las preocupaciones: “Antes el competidor era otro operador, pero nos enfrentamos a empresas que venden videos por internet, las cuales no pagan impuestos, no tienen obligaciones y no abren tiendas”.