Economía

Retrasos de 4 meses en pagos del Invías asfixian a constructores

Constructores no reciben giros desde octubre, mientras ejecutan las obras con sus recursos.

08 de marzo de 2023

A los problemas macroeconómicos que han hecho que las obras públicas de infraestructura se encarezcan hasta un 40% en el último año, se le suma un retraso en los pagos a constructores y consultores del Instituto Nacional de Vías (Invías) de hasta cuatro meses. Algunos de ellos no reciben un peso desde octubre, pese a continuar con las obras como ordena el cronograma de ejecución.

Si bien no es un asunto generalizado, sí está afectando a varias empresas del sector que ven cómo su liquidez se reduce cada vez más.

“Nosotros hace dos meses no tenemos caja para pagarle a los proveedores y estos a su vez no pueden pagarle a sus trabajadores”, contó el directivo de una empresa constructora a la que no le pagan desde octubre.

A nivel gremial ya se escaló la queja ante el Invías, porque la falta de dichos recursos garantizados en los contratos tienen al borde de la quiebra a algunas firmas constructoras, la respuesta que recibieron es que algunos contratos no cuentan con caja para ejecutar los giros. Un hecho sin precedentes, porque cada contrato debe contar con cierre financiero, asignación presupuestal y disponibilidad de recursos.

“Que no haya caja no es una respuesta válida, no puede serlo. Todos los contratos tienen que contar con los recursos y el gobierno no puede pretender que las obras se ejecuten con el patrimonio de las constructoras”, resaltó un líder gremial.

Aunque las quejas son muchas, los empresarios no se atreven a decirlo públicamente, porque sienten que el Invías tiene el sartén por el mango, si se quejan las demoras se pueden alargar e incluso pueden dejarlos sin contratos a futuro. “Todo lo que uno diga puede ser utilizado en su contra con este gobierno”, dijo uno de ellos.

Cristina Vásquez, líder del área de Infraestructura y Derecho Público de Posse Herrera Ruiz, explicó que se han identificado “demoras entre tres y cuatro meses para el pago a algunos contratistas, pero realmente no es generalizado no es a todos y se están demorando más de la cuenta sobre todo en recibir las vigencias futuras para poderlas destinar al pago de los contratistas”.

De acuerdo con el Invías es retraso no es tan significativo, pues “las cuentas radicadas al 19 de diciembre de 2022, fueron obligadas y pagadas en gran parte, como dato estadístico, en el ultimo trimestre se tramitaron 11.509 cuentas las cuales se cancelaron por valor de $1,2 billones”.

Según la entidad, durante los meses de enero y febrero de 2023, la Subdireccion Financiera ha tramitado 3.703 cuentas por valor de $554.445 millones, correspondiente en su mayoría a las cuentas radicadas en la última semana del mes de diciembre de 2022. “Las cuentas pendientes de pago que ascienden a $108.000 millones, los cuales se cuentan con los recursos para cancelar en próximos días”.

La rentabilidad, a pique

De acuerdo con su análisis es normal que a comienzos del año el Invías empiece a presentar demoras, más cuando hay cambio de gobierno, pues el acople entre una administración y otra es demorado.

Y aunque en algunos contratos al contratista se le exige una carta de crédito, que garantiza que un banco le prestará los recursos necesarios para operar en caso de ser necesario, las altas tasas de interés no hacen prudente ejecutar dichos compromisos. Además, no todos los contratos cuentan con ella y, cuando no, le corresponde al constructor asumir la obra con su presupuesto hasta que llegue el giro del gobierno, que obviamente llega con intereses de mora como está establecido contractualmente.

Que esos pagos se demoren meses en llegar es gravísimo porque el contratista dentro de su planeación seguramente estableció una frecuencia de pagos con más periodicidad, y la caja va pasando factura, por eso termina incurriendo en más sobrecostos e incluso perjuicios que no se compensan por el único reconocimiento de la mora”, explicó Vásquez.

Otro constructor consultado dijo que su rentabilidad se está yendo al piso: “Nosotros negociamos el contrato con una inflación cercana al 8%, hoy es superior al 13%, el dólar estaba cercano a los $4.000 y hoy está por el orden de los $4.700, las tasas de interés que estaban en 7% hoy están en el 12,75%, y el salario mínimo aumentó 16%, sin mencionar el incremento en el costo de operación producto del precio de los insumos y materiales. Pero además, no nos pagan a tiempo entonces uno tiene que acudir a créditos muy onerosos, y a abrir un hueco para tapar otro”.

Y aunque el panorama es desalentador, para todos es claro que el Invías pagará, porque siempre paga y porque está contractualmente obligado a hacerlo, aunque cada día de atraso signifique más traumatismo para las compañías involucradas.

El dólar juega en contra

Durante todo este año los constructores han manifestado su preocupación por el precio del dólar, ya que la mayoría de los contratos son de mediano y largo plazo y deben lidiar con los factores macroeconómicos cambiantes. María Lucía Amador, directora de la firma Mendoza, explicó hace algunas semanas que “dada la diferencia que resulta de la devaluación del peso en este momento, algunos proyectos no deben estar generando los ingresos necesarios para el pago de los compromisos asumidos y la rentabilidad esperada. Lo anterior, por cuanto la mayoría de las deudas se asumen en dólares y, en el caso de los inversionistas extranjeros, estos plantean su rentabilidad en esta divisa, pero la generación de ingresos del proyecto está ligada al peso”.