La tributaria quitaría el apetito por las acciones
En lo que va de este año el principal índice de la bolsa de valores acumula una contracción del 13,3%.
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.
El proyecto de reforma tributaria del gobierno de Gustavo Petro lleva poco más de un mes sobre la mesa, tiempo en el que ha sido objeto de todo tipo de análisis y en el que expertos, en temas fiscales y bursátiles, han analizado sus potenciales efectos en la dinámica inversionista.
Es así como, por ejemplo, las iniciativas contenidas en el texto radicado en el Congreso que apuntan a incrementar el gravamen a los dividendos y a aplicar un nuevo impuesto a la utilidad en la venta de acciones, entre otras, tendrían impactos negativos en el mercado accionario colombiano, dada una menor rentabilidad por la mayor carga tributaria, reduciendo así el apetito de los inversionistas por el mercado bursátil.
El proyecto contempla la eliminación de la tarifa especial a los dividendos, que está entre el 0% y el 10%, y la aplicación de una tarifa general que puede llegar hasta el 39% para residentes.
Asimismo, se propone que para los dividendos recibidos por no residentes o inversores extranjeros la tarifa aumente del 10% al 20%. Igualmente, se resalta que se aplicará una retención del 20% sobre valor bruto de pagos o abonos por concepto de dividendos.
A lo anterior se suma la propuesta de eliminación de diferentes exenciones sectoriales, lo cual se traduciría en mayores impuestos a las personas jurídicas, pues en la iniciativa no se reduce la tarifa nominal establecida.
Las diversas apuestas y sus efectos
Juan Guillermo Ruiz, socio de la firma de abogados Posse Herrera Ruiz, explicó que de ser aprobado como se presentó el proyecto se reviviría luego de 40 años la figura de la doble tributación en materia del impuesto de renta para los dividendos.
Actualmente la utilidad empresarial queda en cabeza de la entidad societaria que la produce a la tarifa corporativa general del 35%, pero con la propuesta de la reforma al distribuirse las ganancias, a título de dividendos entre personas naturales residentes, se generaría un nuevo tributo como si no se hubiese pagado el impuesto de renta en cabeza de la compañía.
“Esto supone una doble imposición jurídica y económica clarísima sobre una misma renta, lo que llevaría la tributación combinada a niveles entre 50% y el 60%, esto sería profundamente desestimulante para la inversión y un mensaje muy inconveniente para los tenedores de capitales en el país y en el exterior”, explicó el experto.
Para los inversionistas foráneos, dependiendo del país en el que se encuentre, los cambios en el sistema tributario para los dividendos podría llevar sus tasas de contribución a niveles entre 35% y 48%, lo que sería un “gran castigo” para los inversionistas residentes fiscales colombianos y una invitación implícita a cambiar de domicilio, dada las asimetrías que se generarían frente a los inversionistas localizados en el exterior”, añadió.
Unas cargas que afectarán a las empresas
Juan Pablo Espinosa, director de Investigaciones Económicas del Grupo Bancolombia, también considera que la reforma podría generar un menor apetito de los inversionistas por el mercado accionario, dado que la rentabilidad neta después de impuestos se vería afectada por los altos tributos.
Entre los aspectos relevantes del proyecto mencionó que se elimina de las ganancias ocasionales no gravables a las utilidades provenientes de la venta de acciones de una empresa que cotiza en la Bolsa de Valores de Colombia, cuando dicha venta no represente más del 10% del circulante de la compañía.
Además, los dividendos que partían de una tasa impositiva del 10% pasan ahora a ser parte de la base gravable del impuesto de renta y se tributaría sobre ellos con base en las tarifas descritas en el estatuto tributario, es decir, la tarifa correspondiente del sujeto de renta.
Igualmente, para las personas naturales sujetas de impuesto al patrimonio, el hecho de tener que valorar las acciones que posean a precios de mercado (establecido como el valor correspondiente a la cotización del cierre del mercado del día hábil inmediatamente anterior a la fecha de causación del impuesto), podría incrementar el cálculo del patrimonio bruto en la medida que hayan adquirido las acciones a precios mucho más bajos (ver Dicen de...).
Espinosa comentó que el tratamiento del ICA, la permanencia de la sobretasa para el sector financiero, así como la eliminación de otros beneficios tributarios podría afectar en alguna medida las utilidades de las empresas.
De igual forma, el impuesto a las exportaciones de petróleo, carbón y oro, así como el de las bebidas azucaradas y plásticos de un solo uso, podrían reducir los márgenes de algunas compañías.
“De las compañías listadas en bolsa, Ecopetrol es quizá la más expuesta ante la actual reforma tributaria, teniendo en cuenta el impacto que podría tener el impuesto a las exportaciones de petróleo, al igual que la no deducción de las regalías de su impuesto de renta. Ambos factores tendrían un impacto negativo en la generación de caja de la compañía, al igual que en la distribución de utilidades a sus accionistas”, advirtió el experto de Bancolombia.
Menos apetito, pero no una desbandada
Felipe Pardo, experto en impuestos de Posse Herrera Ruiz, sostuvo que para quienes tienen acciones el golpe más grande que dará la reforma será la eliminación del ingreso no constitutivo de renta en la enajenación o venta de participaciones menores al 10% de entidades cotizadas.
Este es un beneficio que busca incentivar la bursatilidad y el movimiento accionario de acciones listadas en bolsa, pero en la medida en que esto se elimine se van a afectar este tipo de transacciones.
Entonces, ¿podríamos asistir a una desbandada de inversionistas de renta variable en la bolsa de valores, antes de que se apruebe la reforma y se elimine este beneficio? “No lo sé. Creería que no, pero esto va a cuestionar a los inversionistas a la hora de venir al país”, respondió Pardo.
Al quitar un estímulo para atraer capitales al mercado bursátil y frenar un beneficio se va a propiciar una limitación. “No creo en una desbandada, pero muchas personas ya se están planteando salir de estas inversiones por dos factores: la eliminación del estímulo y la implementación del impuesto al patrimonio que grava la posesión de acciones, aún cuando la utilidad no se ha realizado porque estas no han sido vendidas”, aclaró Pardo.
Por su parte, José Ignacio López, director de Investigaciones de Corficolombiana, comentó que el proyecto de ley de reforma tributaria, tal y como se presentó, tendría un efecto adverso en el crecimiento económico, al desincentivar la formalidad, el ahorro y la inversión
“Esperamos que el Gobierno modifique el proyecto en materia de dividendos y ganancia ocasional. La incertidumbre es mayor frente a los temas de impuestos al sector minero-energético (no deducibilidad regalías, impuesto exportaciones) y algunas exenciones sectoriales”, agregó.
Impacto a la competitividad del país
Desde la perspectiva de Ángela Sánchez, socia de PwC y presidente del comité tributario de la Cámara de Comercio Colombo Americana, el objetivo de la reforma es que el impuesto a los dividendos pase de una tarifa del 10% al 20%.
“Realmente con nuestra tarifa de renta del 35% y un impuesto a los dividendos del 20%, en este momento lo que más se impacta, más allá de la necesidad de recaudo que tiene el Gobierno, es la competitividad por parte de la inversión extranjera”, advirtió.
Sánchez enfatizó que el impuesto a los dividendos no solo afecta las inversiones sino la vida societaria y los negocios en Colombia, y agregó que “este impuesto va muy de la mano con el tema de ganancias ocasionales que contempla un incremento de tarifa del 10% al 30%, casi equiparándolo a la tarifa de renta ordinaria por lo que, sin duda, es otro punto que también impacta de manera importante la inversión extranjera”.
Al respecto, Ricardo Ruiz, socio de KPMG, coincidió en que el impuesto a los dividendos crea un efecto nocivo en la economía colombiana, ya que el país volvería a la doble tributación que se había mitigado en el año 86.
“Salvo por los países que tengan tratado para prevenir la doble imposición, no vamos a ser un país con el que se pueda competir para atraer inversión, asimismo, Estados Unidos se vería seriamente afectado por la carencia del tratado para prevenir la doble imposición; son argumentos bien importantes de competitividad y que no se pueden desconocer”, enfatizó Ruiz.
Para Michel Janna, presidente del Autorregulador del Mercado de Valores de Colombia (AMV), un incremento en la carga tributaria para las empresas, en algunos casos superior al 60%, puede llegar a generar un ambiente menos amigable para la creación de nuevas empresas, afectando el crecimiento potencial y el empleo.
El contar con menores incentivos para la creación de empresas, potencialmente derivaría en menos actores buscando financiación de largo plazo, menos inversión y, por ende, el país obtendría un mercado de capitales más restringido.
“Con esta iniciativa se evidencia una desventaja local frente a otras jurisdicciones de la región, al contar con tarifas más altas, pues la tributación de empresas es Colombia sería del 69%; mientras que en Perú estaría en 35%; en Ecuador y Chile en 32% y en México 52%.
Movimientos accionarios en este 2022
En lo corrido de este año el principal índice de la Bolsa de Valores de Colombia, el MSCI Colcap, acumula una contracción del 13,3%, derivada en parte de las presiones de aversión al riesgo del panorama internacional y la incertidumbre de la transición hacia un nuevo gobierno, lo que mantiene un sentimiento de pausa en el mercado local.
Parte de esa dinámica se refleja en el hecho de que el monitoreo de Davivienda Corredores a 30 especies de la bolsa muestra que este año solo 4 variaciones positivas en su precio (ver gráfico).
En ese entorno, para los analistas de Casa de Bolsa el proyecto de reforma tributaria no solo tendría efectos adversos para algunos de los emisores, especialmente pertenecientes al sector de hidrocarburos y minería, entre otros, sino también las importantes afectaciones que traería sobre la rueda de renta variable en la bolsa, tanto para la negociación como de cara a los accionistas, desestimulando así el mercado de valores.