El negocio de los disfraces pierde impulso porque hay menos niños
En compensación, la categoría de adultos y mascotas está creciendo.
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Daniel Toledo, gerente de Fantastic Night, afirmó que el negocio de los disfraces “ha venido reduciéndose” porque en el país ha mermado la cantidad de niños, quienes son el público objetivo de la empresa.
El ejecutivo habló con el diario La República y reveló que la compañía está produciendo entre 250.000 y 300.000 disfraces al año. Y aunque afirmó que este 2023 se espera un crecimiento de hasta 15%, se entiende que las ventas se han moderado a causa de las tasas de natalidad que actualmente reporta el país.
Según el Dane, el censo de 2018 muestra como 22,5% de la población colombiana correspondía a menores entre los 0 y 14 años, lo que indica una disminución de 8,2 puntos porcentuales frente al 30,7% que se evidenciaba en la base demográfica de 2005. Pero el descenso es más abismal si se compara con los datos de 1964, cuando los más chicos eran el 46,6% de la población.
Lo anterior indica que efectivamente hay una menor tasa de natalidad, y los datos evidencias que en los años 70 las mujeres tenían en promedio 6,8 hijos, pero para 2015 la concepción ya era de 1,9; algo que según los especialistas obedece al cambio de la función social, dado que ellas tienen más participación en ámbitos académicos y laborales.
En este orden de ideas, el gerente de Fantastic Night indicó que el interés de las personas adultas por comprar disfraces también ha ido creciendo, pero los niños siguen evidenciando la mayor demanda. Así mismo, se abrió un nicho de mercado para mascotas.
“Hemos notado que la gente joven no quiere tener muchos hijos e indudablemente eso está limitando el crecimiento [en la categoría] de niños, pero sí puede estar creciendo en adultos y mascotas. En este momento no es tan notorio, pero sí vemos una tendencia hacia allá”, comentó el ejecutivo.
La situación económica del país le ha jugado en contra a esta industria de los disfraces, puesto que han tenido que aumentar los precios por la desbordada inflación que todavía se vive. En promedio, según Toledo, los colombianos invierten entre 120.000 y 150.000 en trajes de la mejor categoría, pero mencionó que de ahí para abajo pueden conseguirse menores precios.
Frente a la ventaja comparativa de sus disfraces, el gerente destacó la calidad de la manufactura: “Nosotros tenemos un análisis de todo lo que hay en el mercado exterior y la calidad es pésima, de 5 minutos. Sí, tienen buena apariencia, pero después de la primera lavada quedan a la mitad. La ventaja de nosotros, y eso es lo que el público nos reconoce desde hace tantos años, es que nuestros disfraces de temporadas de hace 8 o 9 años todavía los vemos en Halloween caminando por las calles”.