Economía

¿Se puede dolarizar la economía colombiana?

Con la eventual dolarización de la economía el país perdería la moneda y el Banco de la República su poder.

Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.

12 de julio de 2022

En momentos en los que la cotización del dólar observa cifras nunca antes vistas en Colombia, pues hoy se pagan $4.513,28 por cada uno, emerge una conversación recurrente en este tipo de coyunturas, y es la que hace referencia a la conveniencia o no de dolarizar la economía colombiana, es decir eliminar el peso y adoptar la divisa norteamericana como moneda oficial.

Con una dolarización total, la moneda estadounidense sería de curso legal y forzoso, se convertiría en el medio de pago y la unidad de cuenta, es decir que los precios de productos y servicios estarían atados a esa denominación.

Así, el peso como lo conocemos hoy desaparecería, los sueldos se recibirían en la moneda norteamericana, y serían estos billetes y monedas los que se llevarían a las tiendas y almacenes. En lo financiero, los activos y pasivos del país también se denominarían en términos de esa divisa.

Esto ocurre en países vecinos como son los casos de El Salvador (2001), Ecuador (2000) y Panamá (1904). De hecho, el número de países o territorios independientes que se encuentran dolarizados totalmente es reducido y poco representativo, siendo Ecuador el más grande en términos de población y Producto Interno Bruto (PIB). De esa lista también hacen parte Palau, Micronesia, Islas Marshall y Timor Oriental.

Para el decano de Economía de Eafit, César Tamayo, el tema de la dolarización sale de cuando en cuando, siempre que se ven movimientos acentuados en la tasa de cambio.

“Pero, mientras mantengamos un banco central independiente, concentrado en reducir la inflación (que es un impuesto que golpea fuertemente a los más pobres), convendrá mantener una moneda propia y un tipo de cambio flexible”, expresó el docente.

Y es que solo en el último mes, el dólar se ha valorizado un 15,35% frente a la moneda colombiana, pasando de $3.912,51 a $4.513,28, o sea que subió $600,77.

Voces fuertes

Mientras el precio de la divisa norteamericana arranca esta mañana en un valor récord, el presidente Iván Duque abogó por señales que le quiten la incertidumbre al país.

Según el mandatario, “cuando hay mensajes que generan incertidumbre frente a la inversión de largo plazo o frente a lo que se puede avecinar en los regímenes de inversión en el campo, son cosas que generan esta situación (alzas del dólar)”, expresó Duque ante periodistas, en la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Alta Gerencia 2022.

Reconoció que este no es el único país en el que se está evidenciando el aumento del precio del dólar, y señaló cómo Chile está encarando una situación similar, pero insistió en la urgencia de que se den certezas sobre la estabilidad jurídica de largo plazo para la inversión.

En respuesta a las declaraciones de Duque, el presidente electo Gustavo Petro escribió en su cuenta de Twitter: “A quienes hoy están comprando dólares en Colombia, con el mayor respeto tengo que anunciar, que cuando los pongan de nuevo a la venta, valdrán menos en ese momento. ¡ojo! No pierdan sus dineros”.

Vale anotar que en las proyecciones económicas recientes de diferentes entidades un dólar superior a los $4.500 no estaba contemplado. En los supuestos económicos del Marco Fiscal de Mediano Plazo del Ministerio de Hacienda la cotización este año es de $3.924.

La Encuesta Mensual de Expectativas Económicas del Banco de la República apunta a $3.837,56 en diciembre, y la Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo apuesta por $3.820.

Orden en casa

Lillyam Mesa Arango, presidenta de la Cámara de Comercio Aburrá Sur, no cree que Colombia esté debidamente preparada para una dolarización de su economía en este momento.

Es así como opina que, en otros momentos, el país ha demostrado contar con capacidad suficiente para controlar los fenómenos inflacionarios y los procesos revaluacionistas, y en este caso en particular los factores que hoy presionan el alza en el dólar están más asociados a factores internos que a los fenómenos externos que la impactan.

“En ese sentido, y descontando los efectos exógenos que inciden hoy en la tasa de cambio como la inflación mundial o la guerra de Ucrania, creo que la acción más urgente y prioritaria para bajarle presión a la misma está condicionada a las señales, los mensajes y las directrices que comience a impartir el Gobierno entrante”, manifestó Mesa.

Y es que según ella, es necesario que el presidente electo, Gustavo Petro, fije unas posturas más claras y concretas frente a las no pocas incertidumbres ciudadanas, con el fin de “airear” la economía y subsanar los temores y las angustias de los inversionistas, los empresarios y muchos otros actores que están en “modo espera” al respecto.

En contraste, María Claudia Lacouture, directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana, estimó que no es conveniente suponer que el mercado de divisas está fuera de control.

“Tampoco se debe alimentar la inestabilidad por las incertidumbres que se antojan especulativas en tiempos de cambios de dirección en el Gobierno Nacional, máxime si las señales que hay de que habrá un manejo serio y responsable en manos del ministro designado de Hacienda, José Antonio Ocampo, un hombre con conocimiento y experiencia suficiente para hacerle frente a la situación”, comentó la exministra de Comercio.

Una locura

Uno de los sectores altamente sensible al comportamiento del dólar es el del comercio exterior, pues los empresarios para el despacho o recepción de mercancías dependen de lo que pase con esa moneda: si se incrementa su valor, como ocurre en la actualidad, resulta favorable para los que venden en el extranjero, pero no para quienes deben traer productos de afuera.

El presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), Javier Díaz Molina, sostiene que en momentos como los actuales, de dólar alto, lo que se demuestra es que una eventual dolarización de la economía nacional sería una locura.

“Perder el manejo de la política monetaria sería absurdo. Lo que está ocurriendo es un fenómeno mundial y lo están afrontando diversos países en el mundo. Colombia no es el que está más afectado, hay que mirar el euro que es una moneda que está muy golpeada”, comentó el dirigente.

También ejemplificó cómo los exportadores de Ecuador están preocupados con el fortalecimiento del dólar, lo cual les quita competitividad frente a los otros países que están devaluando sus monedas. Es decir, terminan perdiendo frente a sus competidores y socios comerciales, porque los productos ecuatorianos se vuelven muy costosos. “Eso lo puede soportar una economía como la de Estados Unidos, y aun así la economía norteamericana está con líos”, agregó Díaz.

Tamayo coincidió con Díaz y anotó que si en momentos como este tuviéramos una economía dolarizada, estaríamos pagando con menor demanda externa por nuestros productos en los mercados internacionales, e incluso comprometiendo gravemente la dinámica económica y la generación de empleo.

Mal remedio

Jaime Andrés Correa, docente de Economía de la Universidad de Antioquia, aseguró que Colombia ha sido una de las economías más estables en América Latina en los últimos 20 años y salvo medidas radicales, los fundamentales de la economía no deberían cambiar abruptamente.

Precisó que una posible dolarización traería inmediatamente un incremento inusitado de la inflación superior al que se vive actualmente debido al ajuste de precios y se daría un fenómeno de pérdida de riqueza por efectos de la conversión.

Prueba de ello es que el salario mínimo de $1 millón con la tasa de cambio de hace seis meses equivalía a US$255,24, pero con el nivel que tiene hoy bajó a $227,88, o sea que cayó un 10,7% (ver gráfico).

Adicionalmente, agregó Correa se perdería la autonomía en la política monetaria y por tanto ya no se justificaría la existencia del Banco Central. “La pérdida de autonomía pondría al país a expensas de la política monetaria internacional”, advirtió.

En ese contexto, los analistas económicos de Bancolombia sostuvieron que mantener una moneda propia tiene como gran beneficio la posibilidad de mantener ese uso discrecional de la política monetaria. Implica que el Banco de la República puede utilizar la tasa de interés como un estabilizador del ciclo macroeconómico.

Entre tanto, al dolarizar, Colombia se tendría que enfrentar a que las decisiones de política monetaria del país fueran tomadas por la Reserva Federal. Naturalmente, dicha entidad guiaría sus decisiones con base en las necesidades que tuviera en cada momento Estados Unidos, y no tendría en consideración aquello que esté sucediendo en Colombia.