¿El Día sin IVA es bueno o malo para Colombia? Su eliminación abre debate
Esas jornadas han movido más de $19 billones este año.
En mis bolsillos hay una grabadora y unos audífonos; en mi mente, amor por el periodismo.
A finales de 2019 Iván Duque anunció una de las medidas más polémicas de su gobierno: la adopción de tres días sin IVA al año en Colombia. La idea era estimular la economía y darle acceso a las familias a varios bienes por un menor precio.
Para 2020, en medio del debate por la idoneidad de adelantarlas en medio de una pandemia, esas jornadas arrancaron. Ropa, calzado, electrodomésticos y hasta útiles escolares estuvieron exentos, siempre y cuando las compras no excedieran un tope determinado.
A ojos del gobierno entrante de Gustavo Petro el Día sin IVA no ha tenido ningún sentido, pues según el próximo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, no significa un beneficio para los más pobres. Además, se considera que en estas fechas ha sacado más provecho el producto extranjero que el nacional.
En este sentido, el debate empezó desde los gremios. Fenalco, representante de los comerciantes, considera “un enorme error social y económico” acabar el Día sin IVA y le pidió al Gobierno un diálogo serio y técnico.
Cuentas del gremio apuntan a que el 30% de las ventas en esas jornadas suelen estar exentas del impuesto, mientras un 70% corresponde a productos con el IVA.
A juicio de Fenalco, el propio Gobierno se ha beneficiado porque lo que deja de recaudar por IVA se compensa con el incremento de ventas en productos que sí tenían IVA.
En respuesta a esto, el futuro MinHacienda dijo en la FM que quiere ver un estudio que diga qué porcentaje de las ventas del Día sin IVA ha ido para el 50% de los más pobres y qué porcentaje corresponde a productos importados. Y entonces estaría dispuesto a reconsiderar.
Las cuentas son así: en 2020 los tres días sin IVA movieron $13,9 billones y tuvieron un costo fiscal de más de $285.000 millones, lo que muestra que gran parte de los productos adquiridos tenían IVA y no todos los consumidores se beneficiaron.
En 2021 esas jornadas movieron en conjunto $31,42 billones y cálculos del Gobierno apuntaban a un costo fiscal de unos $400.000 millones.
Ya para este año la primera y segunda jornada de esa clase dejaron ventas por $9,1 billones y $10,61 billones, respectivamente, y aún no se ha precisado cuánto dejó de percibir la Nación.
Aunque son cifras nada despreciables, a ojos de la Andi, gremio de los empresarios, uno de los problemas es que las ventas se concentran demasiado en esas tres jornadas.
Para el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, también existen varias preguntas como el costo fiscal total, por lo que en su consideración es razonable que se estudie su continuidad.
Al respecto, centros de pensamiento como Fedesarrollo han dicho que estas jornadas tienen una incidencia regresiva, lo que quiere decir que los que “más aprovechan este beneficio son las personas de ingresos medios y altos”.
En un diálogo que sostuvieron el economista Mauricio Reina y Armando Montenegro, Chairman de BTG Pactual, antes de iniciar los Días sin IVA, el segundo anotó que lo que se deja de recaudar tiene un impacto significativo, toda vez que Colombia tiene un déficit fiscal alto desde hace varios años que necesita corregir y no puede darse el lujo de dejar exentos algunos bienes del impuesto así sea solo tres días.
Para los analistas que se han pronunciado al final los beneficios son el estímulo al consumo y la generación de empleo, pero en contraparte se beneficia principalmente a las clases medias y altas y se disminuyen los impuestos que recibe el Estado.