Pese al crecimiento de las plataformas, más de 123 millones de espectadores en Colombia entraron a cine desde 2021
El apetito por ver películas en la pantalla gigante se mantiene y se incentiva con el Día del Cine que se celebra este viernes 8 de marzo.
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Desde que la exhibición de imágenes en movimiento se vendía como una curiosidad de feria, estaba claro que había gente dispuesta a pagar por ese tipo de entretenimiento. Han pasado más de 100 años y la industria detrás de las películas ha tenido que adaptarse a los cambios de cada época.
¿Cuál es la particularidad en el presente? Que la oferta para consumir producciones es muy variada, las plataformas de streaming le dieron un giro de 180 grados al mercado y eso solo significa una cosa: el pastel se lo tienen que disputar entre más participantes.
En medio de esa dinámica, este viernes 8 de marzo se vivirá en todo el país el Día del Cine, un evento en el que participan todas las salas de proyección con boletas a precio único. Exhibidoras como Royal Films, Cinépolis, Cinemark, Cineland, Procinal y Cine Colombia tendrán todas sus funciones, en todos sus horarios y en todos los formatos, a $6.000.
Estas empresas dejan las entradas a precio de costo, sin ganancia monetaria, para estimular futuras visitas del público; es una inversión que le da impulso a un sector que viene en senda de recuperación y que navega entre los múltiples canales que hoy día encuentra la gente para ver películas.
Hay quienes piensan que el formato de la pantalla gigante está en una cuerda floja. Pero las grandes exhibidoras colombianas coinciden en que esta es una experiencia que sigue vigente y con buena demanda
Datos del mercado indican que, el año pasado, solo las 10 películas más taquilleras convocaron a 24,4 millones de asistentes en el país; un aforo nada despreciable que le sigue dando sentido a este renglón del entretenimiento y da un parte de tranquilidad a los empleados que se ganan la vida en él.
Esas mismas métricas arrojan que, entre 2021 y 2023, 123,7 millones espectadores pagaron boleta para ingresar a las salas. Lo que está comprobado es que siempre y cuando la cartelera valga la pena, el público responde y todos los actores de la cadena ganan.
Hay que entender que la proyección de la cinta solo es el último peldaño de una escala que incluye la producción y la distribución, en las que hay una participación de las majors como Universal, Paramount, Warner Bros y Disney.
¿Fuera del juego?
Habib Osman, director general de Royal Films, reconoció el gran alcance que ganaron las plataformas en pandemia; un lapso en el que fueron la mejor opción de entretenimiento.
Después de ver la atracción que tenían, quizás, parecía que los exhibidores estaban en un potencial riesgo de extinción, pues en contraste, los productores siguen creando contenido y, en muchos casos, son dueños de sus propias plataformas de streaming.
Sin embargo, la reapertura avivó el apetito por ir a las salas de cine. De hecho, Osman resaltó que 2023 ha sido el mejor año pospandemia para el sector, alcanzando los 53,8 millones de asistentes en los complejos de proyección de toda Colombia.
Desde su óptica, la industria sigue viendo en las salas de cine un negocio. Y es que aquí vale mencionar que, según Statista, el año pasado la taquilla global totalizó unos US$31.106 millones. De acuerdo con la división que históricamente se ha hecho de esos ingresos, se sabe que cerca del 40% va a los exhibidores, 35% se fracciona entre distribución y producción; y el resto se va en impuestos y derechos de autor, aunque la fórmula puede cambiar en cada país.
El director general de Royal Films subrayó que la gente está volviendo a los cines y actualmente se está presentando una separación de públicos: las plataformas se quedan con el mercado de las series y las exhibidoras con las películas en estreno.
“La gente quiere salir a divertirse y uno de los planes más económicos sigue siendo el cine, que te hace olvidar problemas, te genera emociones y te da posibilidad de ir a reírte con tu familia, no es lo mismo ver una película en la casa que en una sala de gran formato”, comento.
Adaptarse es la clave
No es la primera vez que las salas de cine ven llegar otros canales de consumo audiovisual. Por ejemplo, iniciando la década de 1960, más de la mitad de las familias estadounidenses ya tenían televisión. Desde entonces, la industria tuvo que reforzar sus ventajas comparativas para no perder público, especialmente en EE. UU., el mercado más fuerte para industria.
Desde esa época se incorporó el Olor-o-visión (sistema para liberar olor durante la proyección) y hasta se puso de moda el 3D. El libro titulado La historia del cine a través de los carteles describe ese periodo de reinvención anotando que “se recuerdan con cariño las extrañas y maravillosas estrategias del productor William Castle: esqueletos que volaban sobre el público, gafas espaciales para ver fantasmas y, para la cinta Escalofrío, algunos cines instalaron butacas con el sistema ‘percepto’, que vibraban al mismo tiempo que un monstruo ‘irrumpía’ en la sala”.
Daniel Sánchez, jefe de mercadeo de Procinal, enfatizó en que las personas buscan esa experiencia que difiere del consumo casero. Entonces ahí jalan esos cuartos acondicionados para que el espectador se vea inmerso a través de las sillas que vibran, los efectos de luces y los olores.
“Muchas películas ya vienen con unas capas para activar todos estos efectos (...) También hay unos formatos que potencian los sonidos y cuando uno entra a una sala de estas se da cuenta de que hay parlantes hasta en el techo, esto hace que la experiencia llegue desde distintos ángulos”, detalló.
Paralelamente, hizo notar que los exhibidores están complementando la comercialización de series originales para las plataformas: “Vemos como están estrenando sus primeras temporadas con versiones para cine”.
“Hoy día —añadió— lo estamos viviendo con Demon Slayer, un anime, del que tenemos en estreno la película que une la temporada que está terminando con la que va a empezar, entonces las personas que están enganchadas con estas series están viniendo a cine a amplificar la experiencia y las productoras se están dando cuenta de ese tipo de consumo”.
Las perspectivas
El paro de actores en Hollywood afectó el rodaje de varias películas y se prevé que las productoras no alcanzarán a poner en cartelera tantas bluckbuster (cintas de gran presupuesto y taquilleras) como en 2024, pero igual habrá oferta.
“Será un año marcado por películas de una taquilla media que serán las protagonistas y las encargadas de hacer los espectadores que esperamos, no tienen esos grandes presupuestos, pero dan buenas sorpresas”, comentó el jefe de mercadeo de Procinal.
Por su parte, Habib Osman, director general de Royal Films, mencionó que “después de que siga existiendo material y la gente siga respondiendo para ir al cine, el negocio va a continuar”.