Economía

Las dos caras del escándalo de las cifras del Dane

En la semana que termina se puso en tela de juicio la idoneidad de
las cifras de
la entidad.

Editora de Economía de El Colombiano. Amante de las buenas y nutridas conversaciones, la música y los viajes.

13 de mayo de 2019

Después de un debate de control político citado en la Comisión Tercera del Senado, la semana pasada, un mal sabor quedó sobre la autoridad estadística nacional debido a las falencias reseñadas por el órgano legislativo en dos importantes mediciones: el Censo Nacional de Población y de Vivienda y el Censo Nacional Agropecuario.

Originalmente, este debate estaba previsto para octubre del año pasado, pero por prioridades como la Ley de Financiamiento, el Presupuesto General de la Nación y el Plan Nacional de Desarrollo se dio hasta esta fecha.

La polémica se enmarca en una crítica de visión de retrovisor del actual director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), Juan Daniel Oviedo y una mala ejecución de su director anterior, centrada en Mauricio Perfetti, y en críticas como las falencias presupuestales, y técnicas para la recolección de datos en el ejercicio censal.

La revisión de las cifras estadísticas oficiales también pasa por la Encuesta Nacional de Calidad de Vida, base para la medición de pobreza multidimensional, que de acuerdo con Oviedo impidió una medición real de este tipo de pobreza en Colombia.

EL COLOMBIANO presenta las dos visiones de los personajes que están en el ojo del huracán debido a esta puja .

Que el Dane desarrolle 126 operaciones estadísticas al año que implican, al menos 350 publicaciones, señala que las críticas no son constantes, que en el fondo no hay un liderazgo con espejo retrovisor; sino unas falencias estadísticas del Censo Nacional Agropecuario (CNA) y el Censo Nacional de Población y Vivienda (Cnpv), que hay que reconocer, pero que esto no desdibuja la idoneidad de las cifras, pues por otras técnicas se podrán tener las mejoras necesarias.

Así lo cree el actual director del Dane, Juan Daniel Oviedo que pasa por una de las mayores crisis por esta polémica.

¿Cómo recibió el Censo Nacional de Población y de Vivienda 2018?

“Sin terminar, que a penas había cerrado operaciones en 40 % del país y no tenía recursos. Se recibió con una situación deficitaria de 25.000 millones, pero solo se requirieron 9.500 millones”.

¿Por qué estaba desfinanciado?

“Objetivamente, porque así el ministro de Hacienda y el Gobierno Nacional quisieran darle la plata al Dane, no podían porque estaban congelados los recursos por ley de garantías, así desde perspectiva técnica hay un argumento objetivo no político de no hacer una medición de este tipo en épocas electorales. Si bien, el Dane no se apaga en los años electorales (sigue calculando el PIB, el desempleo, entre otros) estas megaoperaciones logísticas (censos) requieren recursos, capacidad de respuesta a contingencias y un margen de maniobra que el gobierno no logra cuando está paralizado por la ley de garantías”.

¿Las falencias logísticas por falta de personal, ola invernal y el intenso diálogo con comunidades étnicas daña la calidad del censo?

“Nosotros fuimos al Congreso a decirle que el Dane cuenta con una posibilidad histórica, que con herramientas metodológicas de imágenes espaciales, georeferenciadas y nuevos métodos probabilísticos para medir la omisión censal, y poder decir los datos definitivos del censo poblacional y de vivienda a mediados de este año a finales de junio.

Y cuando digo que tengo todos los métodos para consolidar la información definitiva hay procedimientos de ajuste, corrección, cálculos de omisión censal, expansión (...) pero creo que el país tendrá la posibilidad de contar con la información para tomar decisiones de política pública.

El Dane está en capacidad de impedir que los errores en el cómo se recopila la información no impacten en la calidad del qué ”.

¿Qué es una omisión censal y qué tan normal es?

“Cuando se hace un censo, sobre todo de periodo extendido, tienes el riesgo de que no haya gente en la casa (por falta de permiso, o por noticias falsas). Ahora estamos calculando esa cantidad de personas que no se pudieron contar, que es lo que se conoce como omisión censal, ejercicio obligado en estas mediciones para llegar a la información final. Este valor no puede ser superior al 7 %, Colombia está por debajo. Esa cifra es la que vamos a publicar a finales de junio”.

¿O sea los problemas del censo no son técnicos, sino logísticos?

“Sí, son logísticos. Estadísticamente no es un censo complejo, las preguntas no pueden ser muy largas para evitar que la gente se distraiga. Gracias a que toda la información está georreferenciada, tenemos capacidad de analizar con tecnología satelital para corroborar la consistencia de la información. Para eso tenemos una comisión de expertos independientes que lleva evaluando esto todo el año.

Estas situaciones están en una magnitud tal que el valor y el bien público de tener la información se va a preservar”.

¿Por qué se ha demorado tanto en entregar?

“Porque se extendió el plazo en el censo digital, en campo se tuvieron retos logísticos, a nosotros nos llegó el censo desfinanciado y desde que llegamos hemos estado en labores poscensales (se digitalizaron las respuestas de papel, análisis de consistencias demográficas, se consolidaron las bases electrónicas, para evitar duplicidad etc.) para darle el aval a la medición.

En Australia, que es ejemplo en estos temas, el proceso poscensal se demoró 18 meses; estas demoras son usuales”.

¿Qué pasó con el Censo Nacional Agropecuario?

“Cuando el Dane presentó el CNA con los consolidados de área sembradas en el país, había fuentes alternativas de información que no estaban dando el mismo resultado, específicamente en el área sembrada de tubérculos.

Gracias a las nuevas TIC satelitales y geoespaciales vamos a poder resolver las divergencias de información para poderle dar un aval a las estadísticas del CNA y eso implica revisión, en compromiso con la calidad y series históricas.

Cuando asumo la dirección del Dane, la responsabilidad es compleja porque soy miembro del gobierno y gabinete, pero tengo que comprometerme con un comportamiento ético que permita que la información que produzca sea neutral al juicio político, pero eso no me inhabilita para hacer una revisión de una cifra en 2014 que si va ayudar a que el país tenga mejor información”.

¿Qué pasó con las cifras de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida, base para la pobreza?

“El reparo se dio en la medición de pobreza multidimensional. Es la primera vez, este año, que el Dane hace una encuesta con representatividad departamental. Usualmente lo son solo para 6 regiones. En 2017, el Dane solo tuvo la tercera parte del presupuesto para hacer esta encuesta y lo único que pudo hacer fue la calidad de condición de vida del país. Eso hizo más vulnerable la calidad de información, y un grupo de expertos que retomamos a finales del año pasado y que oficializamos este año, que audita los procedimientos y ordenó hacer revisiones de esta Encuesta y se hallaron unas inconsistencias del marco muestral, que llevaron a que se subestimara la pobreza. Hubo tan poco presupuesto y tan pocas observaciones de la Colombia rural que se perdió la traza y por eso tuvimos que romper la línea en esta serie y el total nacional; la única que se preservó fue la urbana. Así, la comisión de expertos no está haciendo un retrovisor, sino preservando la información de la serie estadística. La pobreza empezó a deteriorarse desde el año pasado y eso no lo habíamos podido ver por un error muestral, que hizo pensar que el país seguía reduciendo la pobreza de manera drástica cuando eso no era cierto”.

Mucho ruido ha generado en su gestión la revisión del PIB, la nueva metodología de IPC, etc. ¿Qué decir sobre esto?

“Cada diez años se debe cambiar la base del PIB, de inflación, porque necesitamos tener una canasta actualizada. ¿De dónde sale esto? de la actualización de la Encuesta de Igresos y Gastos que se hizo entre 2016 y 2017, la publica el 6 de agosto de 2018 y una vez se hace se da la nueva canasta familiar, para usar 10 años después en febrero de 2019 se mide la inflación de 2019. Y frente al PIB, siempre se ha revisado, incluso en mayores magnitudes en el pasado. Las cuentas nacionales tienen datos definitivos después de dos años de publicados”.

Entonces, ¿Juan Daniel Oviedo está liderando con espejo retrovisor?

“No. Estoy ejerciendo la responsabilidad como funcionario público. Lo que no puede entender la opinión pública es que el ejercicio de revisión, por rigor estadístico, se vuelva espejo retrovisor. Yo le tengo que garantizar al país que las series estadísticas son robustas y avaladas por conceptos técnicos”.

¿Hay mano negra en las estadísticas de las que hemos hablado?

“Yo no puedo opinar sobre esto. La Contraloría ya está revisando los datos del censo”.

Las críticas en contra de Mauricio Perfetti, exdirector del Dane, son desestimadas por el exfuncionario, quién se basa en la calidad técnica y en el respeto de las proporciones estadísticas, por ejemplo, para la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del año pasado. Sobre los censos agropecuario y poblacional, afirmó que ambos eran prioritarios y que la época electoral no incide en la generación de estadísticas de calidad.

¿Qué tiene que decir sobre los cuestionamientos que se están haciendo sobre la idoneidad de las cifras bajo su gestión?

El objetivo no es entrar en polémicas que afecten la credibilidad de una institución tan seria como el Dane.

El Departamento, históricamente, ha contado con personal técnico de altos estándares en su conocimiento, experiencia, profesionalismo y dedicación. El equipo de trabajo que adelantó los dos censos, así como las diferentes operaciones estadísticas, estuvo conformado por personas altamente calificadas que trabajaron con mucha rigurosidad y disciplina.

Vale la pena recordar que el proceso de acceso de Colombia a la Ocde se aprobó el proceso estadístico colombiano en términos de cobertura, tipo de estadísticas, confiabilidad en los análisis y, sobre todo, se destacó el sistema de calidad que tiene diseñado el Dane.

En su momento, la Ocde señaló, en el informe oficial para el ingreso de Colombia al Comité de Estadística y Política Estadística, “que el Dane implementó prácticas que son innovadoras a nivel internacional, tales como la coordinación del Sistema Nacional de Estadística y la certificación de las estadísticas oficiales (sistema de calidad)”.

¿Por qué se priorizó el censo nacional agropecuario por encima del censo poblacional?

Ambos censos fueron prioridad, pues son estratégicos para la toma de decisiones económicas y sociales en el país. El CNA evidenció información de alto valor para el sector agropecuario, y el de población y vivienda, sin duda, arrojó datos y cifras que serán la base para los tomadores de decisiones.

¿Qué pasó específicamente con el Censo poblacional?, realmente hubo falencias en el trabajo de recolección de datos (logísticos, operativos y de confianza), así como en supuestos, lo que llevó a que la población realmente fuera menor en 9 % a lo esperado? ¿Cuál fue el porcentaje de omisión censal y qué tan distinto es al de otros censos del país y al de otros países?

Es recurrente en el mundo que los resultados de los censos de población muestren una cifra total inferior a las proyecciones poblacionales. Ese hecho no es indicio, ni mucho menos, de la calidad de un censo. Este proceso en su preparación incluye la definición del marco censal. Desde la elaboración de este, con información primaria y secundaria, se sabía que Colombia no llegaría a los 50 millones de habitantes. Adicionalmente, desde 2016 y 2017 se venía trabajando con institutos de estadística como el de Corea para fortalecer las metodologías de proyecciones demográficas. No hay que dudar ni temer a la nueva realidad poblacional de Colombia.

El Censo Nacional de Población y Vivienda comenzó su preparación desde el año 2014. Se desarrolló de acuerdo con los lineamientos, los estándares y las recomendaciones del Sistema Estadístico de las Naciones Unidas. En su preparación se contó, entre otras, con una amplia discusión con expertos del Bureau de Censos de los Estados Unidos, Francia, el director del INE de Polonia, un experto de Brasil y varios expertos nacionales. Es un censo incluyente, pues además tuvo un proceso de consulta y concertación con las distintas poblaciones étnicas del país, y con preguntas para la población en condición de diversidad funcional. Además, la preparación del Censo, contó con la realización de un censo experimental en el municipio de Jamundí (Valle del Cauca).

El CNPV contó con el sistema más avanzado y moderno para el seguimiento y el control de la operación censal, tal y como afirmaba la actual directora de Censos y Demografía del Dane, “ha sido el Censo con el mayor y mejor control operacional que ha tenido el país”. Ese control permitía saber, por ejemplo, el rendimiento diario por censista, y subir a la base de datos casi en línea cada formulario.

Este proceso tuvo un componente muy importante de innovación: el censo electrónico, avance sustancial en Colombia que no había sido utilizado por ningún país en América Latina y de amplio uso en otras latitudes del mundo. Esto facilita el diligenciamiento, abarata la operación y, sobre todo, evita las dificultades relacionadas con la contratación del personal requerido para la operación. El mercado laboral en Colombia ha cambiado sustancialmente, toda vez que con mayor frecuencia es difícil contar con el total del personal requerido tanto en muchas zonas rurales como en las principales ciudades, lo cual incidió en sobretiempos y reprocesos de capacitación que alargó el tiempo de recolección de información.

El 6 de agosto de 2018 tal y como se comunicó públicamente, el CNPV tenía una cobertura de 89,9% de las edificaciones y predios, 11,1 millones de hogares y cerca de 35 millones de personas censadas. Los avances posteriores corresponden a las decisiones tomadas por la nueva administración.

Otro cuestionamiento es que su aplicación fue en un momento inconveniente por el panorama electoral, ¿por qué se tomó esta decisión de aplicarlo (ya un antecesor suyo había reaccionado de una manera contraria (Jorge Bustamante), qué tanto afectó la ley de garantías?

En relación con la Ley de Garantías, el contrato interadministrativo de gestión celebrado entre el Dane y Fonade (contrato número 702147), y publicado en Secop II, fue suscrito el 22 de noviembre de 2017. Es decir, meses antes de que comenzara a regir la Ley de Garantías.

Frente al tema electoral, nuestra democracia es altamente participativa, con una dinámica muy frecuente de estas características. La información estadística se debe levantar de forma permanente debido a los cambios acelerados en la sociedad, que implican tomarle el pulso al país. Seríamos una nación paria, aislada de las transformaciones tecnológicas y de la realidad actual, si se dejara de medir su comportamiento en las variables sociales y económicas por motivos electorales.

Lo que no podríamos esperar los colombianos es que en el próximo trimestre dejemos de conocer las cifras de desempleo, inflación y crecimiento por ser 2019 un año electoral.

Desde que salió a la luz el Censo se cuestionó la falta de inclusión de preguntas relevantes, por falta de presupuesto, ¿Cuánto era el ideal y cuánto realmente se utilizó? ¿Qué tanto afectó esto los resultados?

Para este proceso nos regimos a los lineamientos que estableció Naciones Unidas para la realización de los censos. Además, los expertos internacionales que revisaron el cuestionario sugirieron reducir la cantidad de preguntas para ser más eficaces en la recolección de la información y evitar pérdida de datos.

Reitero que este es un censo incluyente, que tuvo un proceso de consulta y concertación con las distintas poblaciones étnicas del país, y con preguntas para la población en condición de diversidad funcional.

¿Cómo explicar que el censo del 2018 haya costado 58% más que el censo del 2005, de acuerdo con el debate de control político del Congreso?

Desconozco la cifra que usted menciona y cómo fue calculada. En el caso de Fonade, se realizó un proceso contractual de conformidad con las normas legales que rigen la contratación pública en el país. A su vez, dada la magnitud de las operaciones censales en términos de procesos administrativos, financieros y volumen de la operación, desde hace varios censos atrás el Dane ha utilizado entidades especializadas en prestar apoyo a estas labores.

¿Por qué el gobierno Santos cerró sin haber dado los resultados del censo? ¿Qué hubo detrás de eso?

Durante el proceso de empalme con el actual gobierno dejamos cifras concretas y avanzadas sobre la gestión. Reitero que el 6 de agosto de 2018 el CNPV tenía una cobertura de 89.9% de las edificaciones y predios, 11.1 millones de hogares y cerca de 35 millones de personas censadas. Los avances posteriores corresponden a las decisiones tomadas por la nueva administración.

¿Qué cambios metodológicos que se han hecho en esta dirección, venían planeados de antes? ¿Qué piensa del cambio de metodología de IPC y de la corrección del PIB...

En primer lugar, la Encuesta Nacional de Presupuesto de los Hogares, que fue realizada entre 2016 y 2017, permitió el rediseño de la canasta y los ponderadores del Índice de Precios al Consumidor (IPC); este último rediseño comenzó a probarse desde comienzos del año anterior. De igual forma, los resultados de cómo gastan los colombianos, que presentó la nueva administración, resultan de la encuesta ya mencionada al inicio de esta respuesta.

Otro aporte fue la Encuesta Mensual Manufacturera, que se empezó a publicar a partir de este año, ya no por regiones geográficas sino a nivel departamental y para algunas de las principales ciudades del país.

En el tema del PIB, la revisión del dato de crecimiento del año 2017 en 0,4 llama la atención por la magnitud del ajuste, pues en quinquenios recientes no se había observado un ajuste de esa magnitud.

Es importante tener en cuenta que los cálculos y las síntesis de resultados correspondientes al PIB de 2017 en su versión preliminar se realizaron de acuerdo con la información básica disponible en ese período. Para el caso de los impuestos (el rubro que presentó la mayor revisión por parte de la nueva administración), su cálculo y análisis original se basó completamente en la información proporcionada por la Dian, como fuente obvia de esa información. La Dian, ese año, indicó un aumento importante del recaudo como consecuencia de la reforma tributaria que incluyó, además, un aumento del IVA y se gravaron algunos productos nuevos.

Cabe anotar que la versión preliminar del dato de crecimiento del año 2017 se publicó con la nueva base de cuentas nacionales, la cual tuvo acompañamiento técnico permanente por parte de organismos internacionales como el FMI.

En pobreza, el actual director aseguró que había más pobres en 2017 que lo que se había dicho ¿Qué posición tiene usted sobre este tema?

No puede afirmarse que la reducción de la muestra de la Encuesta de Calidad de Vida -y con la cual se obtiene la información necesaria para calcular el Índice de Pobreza Multidimensional, la cual en todo caso garantizó la representatividad de los resultados del IPM para los dominios geográficos urbano, rural y total nacional- haya, ni mucho menos, pretendido reducir de manera artificial los resultados de la pobreza multidimensional, pues las ponderaciones entre urbano y rural se mantuvieron como siempre se había hecho en 77% y 33%, respectivamente. De tal manera que la decisión de no reconocer los resultados rurales porque se encuestó menos hogares en la zona rural dispersa y más en el centro poblado, con lo que se conforma el dominio rural en su conjunto, es forzada y deja a Colombia sin dato del IPM para 2017, sin ser necesario, además que es alarmante y un antecedente preocupante para varias encuestas del Dane que generan información estratégica.

Es importante anotar que el Comité de Pobreza del año 2018 no objetó la medición del IPM para 2017 a partir de explicaciones y argumentos estadísticos apropiados e indicados.

Aquí lo fundamental frente a estas discusiones es que prime la información netamente técnica y no permitir que este tipo de debates tomen otro rumbo: que se esté pasando del verdadero cálculo de cifras estadísticas, a otro tipo de información que genera especulaciones o vacíos en cifras estratégicas.

¿Qué repercusiones espera usted de esto?

La información estadística debe ceñirse estrictamente a los estándares internacionales, incluyendo los de la Ocde. La opinión pública debe recibir datos confiables que se han levantado y procesado de manera responsable y transparente.

Los colombianos merecen confiar en la información de una institución tan seria como el Dane, con más de 60 años de existencia, donde sus datos sean debidamente utilizados, sin ningún interés, diferente al de soportar información sólida para la toma de decisiones.

¿Usted cree que el Dane debe ser más independiente el Gobierno de turno?

El Dane ha demostrado, a lo largo de su historia, que los datos estadísticos son utilizados para las grandes decisiones estratégicas del país que impactan la economía y las condiciones sociales. Ha demostrado su independencia en 60 años de existencia. De los 36 países que integran la Ocde, solo dos tienen un ente estadístico autónomo, que son Inglaterra y México. El resto tienen instituciones que hacen parte del aparato estatal, pero que son regidas por políticas estrictas de transparencia e idoneidad técnica. Además, en el caso colombiano, el sistema estadístico cuenta con el Consejo Asesor Nacional de Estadística cuya misión es velar, entre otras, por la calidad de la información.