Economía

Bolsa de Valores de Colombia, ¿qué hay detrás de su caída?

El mercado se ha ido “secando” en la última década, sin retornos ni dinámica, y eso ha hecho que nuevos emisores no quieran llegar a la bolsa a vender sus activos.

Soy periodista egresada de la Universidad de Antioquia. Mi primera entrevista se la hice a mi padre y, desde entonces, no he parado de preguntar.

15 de enero de 2023

Cada vez hay menos sociedades comisionistas de bolsa, menos empresas emisoras de títulos y menores rendimientos y esa es una crisis que parece que no se detendrá rápidamente. Hoy por hoy, con la alta inflación y las altas tasas de interés no es muy rentable invertir en acciones colombianas, pese a que las empresas estén generando utilidades históricas.

En 2022 el índice MSCI- Colcap, que agrupa a las empresas más líquidas del país, cayó 11%, y más de 20 emisores descendieron en la bolsa local el año pasado. De hecho, las únicas acciones que sacaron la cara en el terreno positivo fueron: Nutresa (50,14%), El Cóndor (36,65%), Sura (31,64%), Bancolombia (19,83%) y preferencial Bancolombia (3,45%), y a excepción de El Cóndor, las demás estaban bajo la influencia de las Ofertas Públicas de Adquisición lanzadas por el Grupo Gilinski.

La acción de Mineros, Preferencial Sura, Corficolombiana y Cementos Argos, tuvieron desvalorizaciones superiores al 40%. Sorprende, por ejemplo, Ecopetrol, que en el año de sus mejores utilidades y desempeño redujo su valoración bursátil 14%.

Explicar qué es lo que pasa realmente es difícil, porque las razones son múltiples y cada una tiene consecuencias diferentes en un mercado bursátil que apenas resiste, varios analistas dieron su opinión para este artículo pero prefirieron no ser citados para no afectar a las empresas que representan.

La entrada de conglomerados

Enrique Velásquez Echeverri, en su libro Entre crisis y bonanzas, se lo atribuye a la caída de Interbolsa y a la entrada preponderante de los grandes conglomerados financieros como comisionistas de bolsa.

Por un lado, los inversionistas dudaban de la seriedad de las sociedades comisionistas y llevaron sus recursos a los bancos, pues se habían visto engañados en su buena fe, y por el otro estos últimos no tenían tanta sed de utilidades a través de la renta variable, pues su verdadero negocio está en la colocación de créditos más que en las comisiones, pues el margen que obtienen por los intereses es hasta 10 veces superior a las comisiones que obtienen en la operación de la bolsa o de un Fondo de Inversión Colectiva.

Y aquí las cifras son rotundas: A julio de 2012, las 11 sociedades comisionistas de bolsa independientes eran responsables del 36% de los 12,1 billones de pesos administrados, mientras que las 4 bancarizadas movían $7,7 billones. Y ya para 2018, solo eran cinco sociedades independientes manejando portafolios de 2 billones de pesos, frente a los $22 billones que estaban manejando las bancarizadas. “La disminución del número de firmas, unida al menor valor de los fondos administrados, fue a menos de la mitad de lo que tenían en 2012”, se lee en la página 175 del libro.

Más adelante, agrega que esta es una competencia desigual, pues los grupos financieros tienen economías de escala que les permiten tener menores costos administrativos y mayor cubrimiento en sus operaciones.

Las ventajas competitivas de las comisionistas están en la personalización del servicio; sin embargo, desde el 2001 más de 30 comisionistas han desaparecido.

Cada vez menos empresas

Otro de los factores que ha debilitado a la bolsa es que cada vez tiene menos empresas listadas, en lo que va de este siglo 108 compañías se han retirado, sea por quiebras, adquisiciones, fusiones o simplemente porque no querían mantenerse en la bolsa y el ritmo de las nuevas no es tan rápido, por ejemplo, mientras en 2022 salieron cuatro emisores solo entró uno nuevo.

Felipe Campos, gerente de inversión de Alianza Valores, aseguró que el mercado se ha ido secando en la última década, sin retornos ni dinámica, y eso ha hecho que nuevos emisores no quieran llegar a la bolsa a vender sus activos por los precios de hace 10 años.

Y es que el poco apetito que hay por la BVC hace que las mismas empresas desistan y a la vez que lo haga también los inversionistas, es una bola de heno que crece y crece sin parar de rodar.

Pobre universo de inversionistas

Pocas personas se animan a comprar acciones, pesa mucho el desconocimiento, el miedo y la falta de cultura y de incentivos. La mayoría de los títulos que se transan en la BVC están hoy en poder de los fondos de pensiones y censantías, y en los fondos de inversión colectiva, aplicaciones como Trii han empezado a democratizar el acceso a la bolsa, porque normalmente las comisiones son muy altas para un inversionista con un moderado excedente de liquidez, su intermediación es barata y rápida, pero todavía falta.

Hacia atraer un mayor universo de inversionistas apunta la integración del mercado MILA, que busca que inversionistas de Colombia, Chile y Perú puedan comprar en las tres bolsas, y que a la vez los emisores locales se vean expuestos a inversionistas extranjeros, pero aún no es suficiente.

Desde diciembre de 2019 la Misión del Mercado de Capitales entregó sus recomendaciones y aún no parecen dar fruto, menos emisores, menos inversionitas y altas desvalorizaciones desestimulan el crecimiento de la que debería ser una oportunidad de crecimiento para las compañías colombianas. Hoy por hoy, pocas compañías confían su futuro en manos de las rondas bursátiles y las opciones que les quedan son los ángeles inversionistas y los poderosos fondos de inversión que terminarán convertidos en los dueños de las empresas más importantes de las próximas décadas, dejando atrás al ciudadano de a pie.